Tratados de Libre Comercio ¿Crecimiento y desarrollo para los pueblos?

Andrea Sato y María José Azócar
Investigadoras Fundación SOL – Chile

Todas las personas tenemos aspiraciones por un mundo mejor. Sin embargo, el significado de un mundo “mejor” es culturalmente relativo y contingente. Desde que América Latina fuese inventada por Europa a punta de violencia y colonización, se nos ha querido imponer un pensamiento centrado en progreso, crecimiento y desarrollo económicos.

Desde esta perspectiva, la historia no es más que un movimiento lineal de la barbarie a la modernización, de la represión a la liberación, de la pobreza a la opulencia. La apuesta globalizadora fue que, crecimiento y desarrollo vendrían de la mano con una industria exportadora que “abriría” los mercados locales al mundo para traer riqueza y modernización. En la práctica lo que ocurrió es que los territorios fueron nuevamente conquistados, saqueados y violentados.

Luego de 17 años de dictadura (1973 – 1990), gobiernos democráticos en Chile le dieron un nuevo impulso a esta “utopía” colonizadora a partir de la política de Tratados de Libre Comercio (TLC). El primer TLC firmado por Chile fue en el año 1996 con Canadá. Después de casi treinta años de ese primer acuerdo, se ha convertido en el país con más TLC vigentes en el continente: 29 firmados con 63 países

Los pueblos de Chile han sido meros espectadores de los debates infructuosos en las cámaras del congreso que aprueban estos tratados en 24 horas y sin ningún tipo de estudio de impacto en vidas humanas y no humanas. La gran ironía es que estos TLC no han traído desarrollo. Al contrario, han contaminado suelos, han desplazado comunidades, y han borrado de la memoria histórica a culturas enteras. Tampoco han traído crecimiento. De hecho, el indicador “Producto Interno Bruto Tendencial” se ha mantenido estancado y a la baja en el país.

Los TLC han reproducido la antigua lógica colonial de conquista, usurpación y dependencia al promover el extractivismo exportador de recursos naturales para ser vendidos al Norte Global. Con esto, unos pocos, se han visto beneficiados, profundizando así la desigualdad. De nuevo, han beneficiado a quienes nos han oprimido históricamente. Los TLC han permitido que las empresas multinacionales se apropien de semillas, sequen bosques, degraden ríos, y mantengan a la fuerza de trabajo de quienes explotan en condiciones de servidumbre por salarios que no alcanzan para vivir una vida digna. Peor aún, ponen cada vez más en riesgo nuestra existencia al regular la información, las economías digitales, los derechos de autor y patentes de medicamentos y semillas. Los TLC nos han coartado el sustento de nuestras vidas, la autodeterminación de los pueblos y la autogestión de las economías populares.

Pese a esta historia de violencia, nuestros pueblos resisten. El Buen Vivir como una utopía original de nuestros cuerpos-territorios de Abya Yala nos muestra hoy un nuevo horizonte de sentido. El Buen Vivir es una cosmovisión que nace de comunidades racializadas y precarizadas de Abya Yala. Es una cosmovisión que, a diferencia del capitalismo colonizador no propone una receta (un TLC) para que por arte de magia quede trazado un camino lineal hacia una vida feliz sin pobreza.

El Buen Vivir tampoco implica una nueva forma de romantización de Abya Yala. Por el contrario, como horizonte de sentido, se construye al calor de la acción de lucha. Como guía, como eje de orientación de nuestras maneras de ser, sentir y estar en el mundo, se ancla en los esfuerzos diarios de vivir vidas bajo el marco de los valores de la comunalidad, territorialidad, autonomía, democracia directa e interdependencia entre la humanidad y el medio ambiente. Es una propuesta que promueve redes alternativas al capitalismo, tejiendo intercambios en horizontalidad, y aspirando a vivir en plenitud y en armonía con la Madre Tierra, el cosmos, la historia y nuestra espiritualidad. En franca oposición a siglos de violencia contra nuestras vidas y territorios, el Buen Vivir en vez de ser un modelo alternativo de crecimiento y desarrollo, es un modelo alternativo al crecimiento y desarrollo. Buen vivir para re-existir, re-generar y crear un mundo donde quepan muchos mundos.

Agenda Latinoamericana mundial 2023.

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