El proceso interno de Morena puede interpretarse como violatorio de la ley electoral y acarrear sanciones que pueden llegar hasta la inhabilitación de las ‘corcholatas’.
No era imaginable siquiera una foto de los integrantes del Consejo General del INE con el presidente López Obrador en los tiempos en los que Lorenzo Córdova era presidente del Instituto.
Las críticas del presidente de la República no eran solo sobre el presidente del Instituto o sobre algún consejero en lo particular, sino sobre la institución misma.
Lo singular es que, con el relevo de los consejeros a partir del mes de abril, quedaron siete de los que estaban anteriormente y cambiaron solo cuatro.
Es decir, la mayoría de los que forman la máxima autoridad del Instituto permanecieron.
¿Por qué el presidente de la República incluso aceptó ahora una larga reunión con ellos?
Creo que el tema es muy claro: el proceso interno de Morena puede interpretarse como violatorio de la ley electoral y puede traer consigo sanciones que van desde amonestaciones hasta la inhabilitación de las personas que violen las reglas para registrarse como candidatos.
En su conferencia mañanera, el presidente López Obrador ya justificó que no hay ninguna violación de la ley, pues se trata simplemente de elegir al “coordinador de la defensa de la transformación”.
Si después éste o ésta se convierte en candidato presidencial de Morena y sus aliados… para el presidente, pues ya será una mera coincidencia.
Es como si se estuviera eligiendo al coordinador de un club y punto.
Si el INE asume el criterio expresado por el presidente y deja que todo corra como si nada pasara, se entenderá que la reunión celebrada en Palacio Nacional el martes pasado en realidad fue para planchar esta circunstancia.
Si resulta que, pese a la reunión, los consejeros no admiten que se le pueda dar vuelta a la ley de manera tan chabacana, entonces tendremos tiempos tormentosos en los que las sonrisas del martes ya no estarían presentes.
¿Basta con cambiar la denominación del cargo, poniéndole el nombre de coordinador a quien realmente será candidato para que no le afecte la ley?
El presidente de la República reveló ayer que habló personalmente con cinco ministros de la Corte cuando se iba a votar la constitucionalidad del traslado de la Guardia Nacional a la Sedena. Sin mencionar los nombres, dejó ver que fueron Loretta Ortiz, Yasmín Esquivel, Juan Luis González Alcántara, Margarita Ríos Farjat y Arturo Zaldívar.
El presidente echó en cara a quienes votaron en contra (Ríos Farjat y González Alcántara, que no le revelaron el sentido de su voto).
La mayoría de la Corte no aceptó las presiones y decidió asumir el riesgo de oponerse al presidente de la República.
¿Cree usted que algunos consejeros del INE aguantarían la presión de una llamada personal del presidente?
El gran dilema que hoy tiene el árbitro electoral es si resiste al presidente de la República, asumiendo las consecuencias que ello tiene. O si mejor justifican la violación de la ley diciendo que no hay tal.
También ese dilema será el que afronte en su momento el Tribunal Electoral, pues dé por hecho que los reclamos de la oposición llegarán hasta esa instancia.
López Obrador sabe –se lo hemos dicho ya varias veces– que pese a lo que diga públicamente, Morena no tiene ganadas las elecciones del próximo año. Tampoco la mayoría absoluta en las Cámaras.
El realizar intensas precampañas desde ahora y hasta el final del mes de agosto, puede dar una ventaja a quien resulte candidata o candidato de Morena, una que podría ser crítica a la hora de votar en 2024.
En los próximos días y semanas veremos de qué están hechas nuestras autoridades electorales. (El Financiero)