El crecimiento mundial de la economía para este año será del 2.7% con una ligera mejora
La OCDE elevó ligeramente sus previsiones de crecimiento mundial para 2023, pero advirtió que la economía todavía tiene por delante un «largo camino» hacia la recuperación, pese a la pausa en la inflación y a la reactivación de la economía china.
El crecimiento mundial de la economía para este año será del 2.7%, una ligera mejora en comparación con el 2.6% que pronosticó en marzo, indicó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con sede en París.
Sin embargo mantiene la misma previsión para 2024 (+2.9%), según el informe de la institución internacional publicado el miércoles con motivo de su reunión ministerial anual en París.
«La economía mundial está dando un giro», apunta Clare Lombardelli, recién nombrada economista jefe de la OCDE, en el preámbulo del informe.
La economía se está beneficiando de una pausa en la inflación, que batió récords el año pasado por el aumento de los precios de la energía y de los alimentos causado por la guerra en Ucrania.
Esto significa que los bancos centrales podrían limitar sus alzas de las tasas de interés, lo que es de buen augurio para el acceso a los créditos de los hogares y las empresas, para el consumo, y por ende para el crecimiento.
Por otra parte la reactivación de la economía china tras su draconiana política contra el covid-19 también está aportando oxígeno a la economía mundial, subraya la OCDE.
Para el gigante asiático la institución augura un crecimiento del 5.4% este año –un incremento de 0.1 puntos respecto a las previsiones de marzo– y del 5.1% en 2024 (+0,2 puntos).
Economía: crecimiento lento
Pese a estos signos positivos, la economía «tiene un largo camino por delante antes de lograr un crecimiento fuerte y sostenible», dice la británica Clare Lombardelli, que sucedió a la francesa Laurence Boone.
«La recuperación será más débil en comparación con los estándares del pasado», añade.
Entre los desafíos menciona la persistencia de la inflación «obstinadamente alta» y que obliga a que los bancos centrales «mantengan políticas monetarias restrictivas hasta que haya signos claros» de mejor.
«El periodo que atravesamos se caracteriza por un crecimiento lento, pero eso es lo que querían los responsables políticos, ya que su ambición era disipar las presiones inflacionistas», dijo a la AFP James Pomeroy, economista de HSBC.
En su opinión, «aún no hemos visto en todas partes los efectos de las subidas de los tipos de interés en la economía», que podrían dejarse sentir en los próximos meses en la zona euro y Estados Unidos y lastrar aún más el crecimiento.
Las subidas de los tipos de interés también están teniendo un gran impacto en las finanzas públicas de los Estados, aumentando el coste de sus créditos.
«Casi todos los países tienen déficits y deudas más elevados que antes de la pandemia, y muchos se enfrentan a una creciente presión sobre el gasto público derivada del envejecimiento de la población, la transición climática y la carga de los costes de la deuda», señala el informe, que anima a los gobiernos a orientar mejor sus ayudas presupuestarias.