Paola Gamboa Corresponsal | Pobladores de al menos siete municipios denuncian que el crimen organizado se está acabando la madera; aseguran que el delito se encubre con presuntos incendios
Al llegar al poblado de San Juanito, en este municipio de Chihuahua, llama la atención el olor a madera recién cortada y los camiones con remolque llenos de troncos que circulan por la avenida principal, señal del más reciente problema que enfrenta la Sierra Tarahumara: la tala clandestina.
Los pobladores de algunas regiones de la misma sierra dicen que los taladores son miembros del crimen organizado, quienes se están acabado la madera.
Testimonios recabados por este diario señalan que la tala clandestina afecta a los municipios de Bocoyna, Urique, Batopilas, Moris, Guachochi, Guadalupe y Calvo, principalmente.
“Ahorita está la cortadera de pinos. Están talando mucho, dieron permisos y para nosotros es triste porque se ve muy pelón. Están acabando con la madera”, dice una habitante de Urique, quien pidió omitir su nombre.
En comunidades como Bahuichivo y Cerocahui se pudo constatar que circulan numerosos tráileres cargados con troncos de madera, que presuntamente son para vender fuera de la entidad, de acuerdo con testimonios de los habitantes, quienes se dicen preocupados y denuncian esta situación.
Según contaron, durante 10 años no se permitió la tala clandestina en la sierra; sin embargo, a partir de marzo comenzó la tala ilegal a gran escala.
“Se agarraron a tirar pinos indiscriminadamente, a sangre fría, sin considerar el ecosistema para nada. Arrasaron la sierra”, dice una vecina de Cerocahui.
Pese a que han alzado la voz, muchos de ellos prefieren mantenerse en el anonimato, pues explican que aunque los cárteles de la región no están intimidando gente o comerciantes, sí se sabe que si denuncian la tala clandestina en la sierra, podrían ser atacados o hasta asesinados por dichos grupos.
“No es posible lo que están haciendo, no es posible. En el Cerro del Gallego [en Cerocahui, Urique] empecé a ver que al menos unos 160 árboles habían sido talados. Dicen para un lugar que se llama El Manzano, ahí sí talaron parejo. ¿Cómo se puede autorizar el tumbar parejo? No piensan en las aves, en el ecosistema”, lamentan los habitantes.
Quienes denunciaron esta situación señalan que para tapar la tala clandestina se están simulando, en algunas ocasiones, incendios forestales y así la autoridad toma el caso como tal y no como el delito de tala.
Negocio de la delincuencia
De acuerdo con el fiscal general de Chihuahua, César Jáuregui Moreno, la tala clandestina en la Sierra de Chihuahua siempre ha existido, lo nuevo es que ahora el crimen organizado se encuentra involucrado.
“Prácticamente los grupos del crimen organizado se han dedicado ya no sólo a la actividad criminal que les caracterizaba, que era el tráfico de drogas. Hoy hay otras actividades que se están reportando: la tala, la venta de alcohol y el tráfico de personas”, explica el funcionario.
En entrevista con esta casa editorial destaca que la tala clandestina y la venta de alcohol hoy en día le representan al crimen organizado más ganancias que las drogas.
“Estamos haciendo ya una estrategia para combatir ese tipo de delito, en donde hay demasiada gente involucrada.
En la tala hay demasiada gente involucrada y se da principalmente en la sierra, que es donde se puede hacer tala ilegal sin el permiso correspondiente de la autoridad federal”, refiere.
Por su parte, la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE) ha realizado detenciones y también decomisos.
De acuerdo con cifras proporcionadas a EL UNIVERSAL, del 1 de enero al 6 de mayo de este año fueron detenidas nueve personas y se aseguraron 3 mil unidades cargadas con madera.
También se han detenido seis vehículos involucrados en delitos contra el medio ambiente, y también se han decomisado más de 200 tablas que habían sido procesadas y empaquetadas para su venta ilegal.
Uno de los operativos realizados para el combate de este delito se llevó a cabo el 30 de marzo pasado en el municipio de Guachochi, en conjunto con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Guardia Nacional (GN), con el fin de asegurar dos tractocamiones.