(Primera, de 2 partes)
Por Benjamín González Oregel
Santiago Tangamandapio, Mich., a 4 de Julio del 2023.— Es interesante lo que, “como señores curas, recibimos. Porque, más que poder, es servicio, es responsabilidad. El caminar de una comunidad, depende mucho de nuestra labor. Es un gran compromiso que, con la ayuda y la gracia de Dios, realizamos diariamente, con todo el gusto del mundo”.
Así se expresa el presbítero don Juan Manuel Rojas Cervantes, quien, desde el pasado 5 de mayo, es el nuevo párroco de la comunidad católica de Chavinda. Y quien hoy, al final de una reunión –Foranía le llaman– con sacerdotes de la parroquia de Santiago Apóstol, en las instalaciones de la parroquia local, accede a una plática informal con el corresponsal. Justo es mencionar que, en esas juntas, los clérigos tienen como meta encontrar la senda por la cual conducir a la grey católica, de ambas comunidades.
Si uno, como feligrés, se fija, es que, cuando algún elemento, sacerdote o seminarista, es enviado a Roma, a su regreso, lo más probable es que se desempeñe como maestro en el seminario diocesano; don Juan Manuel no ha sido la excepción, pues desde que “llegué, de Roma, ya hace 6 años, estoy como profesor en el Seminario, conforme a lo que fui a especializarme: filosofía. Esto, compartido con el trabajo en las distintas parroquias”.
Breve resumen de su labor pastoral
Ordenado sacerdote el primero de septiembre, del 2007; el nativo de Jiquilpan, ha prestado sus servicios, como vicario en: “Los primeros 5 años, en San Juan Nuevo; luego, 2 años en Peribán. Después me mandaron a estudiar filosofía, a Roma, 3 años. Al regreso, fui vicario aquí, en Santiago Tangamandapio, en la parroquia de Santiago Apóstol. Además, duré 3 años en El Colesio, municipio de Ecuandureo, como Señor Cura; y ahora, a partir del “5 de mayo, Señor Cura de Chavinda”, cuenta el pastor.
Cuestionado acerca de los sentimientos que lo invaden, por ser el párroco de una comunidad como la chavindense, y haber nacido en Jiquilpan, Michoacán, uno de los pocos municipios del país que han tenido el privilegio de haber sido cuna en donde vieron la primera luz, 2 personajes que llegaron a ocupar la Presidencia de México –Anastasio Bustamante y Lázaro Cárdenas del Rio–, dice que “es interesante la responsabilidad que, como señores curas, recibimos porque, más que poder, es servicio, es responsabilidad. El caminar de una comunidad, depende mucho de nuestra labor.
Cada comunidad, es peculiar, son distintos los católicos
Es un gran compromiso que, con la ayuda y la gracia de Dios, realizamos diariamente, con todo el gusto del mundo”. Reconoce que los católicos de cada comunidad son distintos, porque “cada comunidad es peculiar; cada una tiene sus tradiciones, su manera de vivir, de entender la vida. No podemos hablar, obviamente, de que una sea mejor que otra. ¡Obviamente no! Son diferentes. Y, de cada lugar donde he estado, he aprendido. Sobre todo, he aprendido –subraya–. He compartido, también, mi manera de ver la vida, de ser católico. Y así entiendo mi labor, ahora como señor cura: somos compañeros de camino, con la comunidad de Chavinda. Ahora me toca servir como señor cura. Pero así lo entiendo: somos compañeros. Pero, el servicio, la entrega, es lo primordial”, señala.
–La cosa es que hay mucha chamba.
–Sí, ¡Bendito sea Dios! Y eso es lo que me encanta: que no hay tiempo para enfadarme, aburrirme,… Al contrario, quisiera que el día fuera más largo para hacer más cosas, para servir, con esta obra.
Me deja un paquete muy grande
–Las comparaciones son odiosas. Pero tengo el gusto de conocer a quien fue antecesor en la parroquia de Chavinda, don Jesús Valencia. Él, hasta donde tengo entendido dejó una nota muy alta, ¿no?
–Sí, sí. Porque él también se ha distinguido, a lo largo de su ministerio, por su entrega generosa, y un entusiasmo incansable. ¡Eso sí se lo admiro! ¡Y siempre con una sonrisa, siempre muy saludador! Creo que algo que le ha abierto muchas puertas en su ministerio, es precisamente su entusiasmo, su alegría; que contagia. Incluso a nosotros, como compañeros. Porque también nos contagia con ese entusiasmo. A más del trabajo y el esfuerzo que ha realizado y que ha puesto en cada comunidad. Sí, me deja un paquete grande, una gran responsabilidad. Para continuar con en esa línea, espero que, con la ayuda de Dios, poner mi granito de arena en el caminar de la comunidad de Chavinda.
El reto: buscar la estrategia, los métodos
A esta parroquia pertenecen los rebaños católicos de: La Cuestita, La Soledad y Magallanes. Pero, en la zona urbana de Chavinda, en los barrios, fieles y pastores han edificado las capillas de El Sagrado Corazón, San Isidro, San Pedro y San Pablo y San Martín de Porres. “Hay otros barrios que tienen su ermita, sin ser propiamente una capilla”, indica.
–Y en estos días, a partir del 5 de mayo, ¿cómo ha sentido a la feligresía?
–Deseosa de trabajar. Creo que después del ambiente de la pandemia (Covid 19), ha llegado el momento de retomar el trabajo en la iglesia, de buscar la convivencia y la vivencia comunitaria de la fe. Creo que hay un gran deseo. El reto, ahorita, es buscar cuál estrategia utilizar, o qué métodos utilizar para favorecer a la gente después de la pandemia.
El anuncio del Evangelio, lo primordial
–Luego de las reuniones que ha tenido El Papa con algunos de los líderes evangélicos, ¿cuál es la postura de la Diócesis en este campo? ¿No considera necesario que los fieles fuesen invitados a elevar su preparación; no sé: vía el impulso a la lectura y conocimiento de La Biblia?
–Sin duda alguna que sí. Y esa es, principalmente, nuestra preocupación. A eso me refiero cuando hablo de la vivencia de la Sinodalidad: Cómo llevar esa luz a todos los rincones; cómo, el cristiano, necesita ser reevangelizado. Necesita ese anuncio del Evangelio, que se requiere para vivir su fe. Y donde todos tenemos una palabra que decir: porque sabemos que el Espíritu Santo toca donde quiera e ilumina a todos. Y es ese caminar juntos. Caminar juntos, donde el anuncio del Evangelio tiene que ser lo primordial. Y de allí, de ese anuncio, nadie debe quedar fuera. Y si hay alguien que piense distinto de mí, que tiene otra confesión de fe, eso no significa que vayamos a estar peleando. Creo que la invitación de El Papa Francisco es a eso: a lo esencial, que es lo que nos une. Porque las distintas denominaciones cristianas religiosas… Pues la denominación no tiene que ser un motivo de división. Al contrario, es una oportunidad de respeto. Una invitación del Papa Francisco a buscar lo que nos une, y creo que nos marca claro el camino que debemos seguir.
“Ahora, es en la aplicación que cada uno demos en la parroquia, en la que cada uno estemos, es donde se tienen que definir las distintas estrategias, para, en verdad, favorecer a esa comunidad”.
(Continuará)
Pie de foto: El nuevo párroco de Chavinda, don Juan Manuel Rojas Cervantes, durante su estancia en Santiago.