De acuerdo con informes de inteligencia, al menos 10 grupos criminales asaltan a quienes cambian divisas
El asesinato del ciudadano indio sobre Viaducto, el pasado sábado, en un intento de robo de 10 mil dólares al salir de una casa de cambio, puso de nueva cuenta en la mira lo que ocurre alrededor del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) con respecto a los robos a quienes cambian divisas.
De acuerdo con información consultada, agentes de investigación refieren que hay bandas que trabajan de forma independiente para robar a extranjeros que arriban al país y cambian dólares a pesos mexicanos.
Un informe de inteligencia realizado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) hace poco más de tres meses, cuando tomó las instalaciones del aeropuerto, y que luego fue compartido con la fiscalía capitalina, detalla que son al menos 10 bandas —compuestas por un mínimo de 10 integrantes— las que se dedican a “halconear”, identificar, seguir y luego robar a los turistas que canjean dinero.
Durante el año pasado, con este modus operandi, se registraron 10 atracos.
En lo que va de 2023 van 5 denuncias de robo
Durante este 2023 suman cinco denuncias que se han interpuesto por las víctimas, que han referido el robo de dinero en efectivo, relojes de alta gama, e incluso, mercancía diversa que va desde pedidos en apps.
El trabajo de inteligencia refiere que algunos de los sospechosos trabajan como personal de limpieza, otros están asignados o destinados a tiendas cercanas a las casas de cambios, y otros caminan en los pasillos del aeropuerto esperando las llegadas internacionales.
El documento deja en claro que el delito no se comete dentro de las instalaciones federales.
¿Cómo es el modus operandi?
El modo de operar detectado es que cuando localizan a “la víctima”, comienza el seguimiento desde el aeropuerto.
La observan, revisan si tiene guardia personal, la señalan y vía telefónica se comunican con un segundo cómplice, quien afuera refiere a otro qué vehículo aborda. También él es el encargado de revelar si la víctima va solo o acompañado.
Con esa información, una tercera célula —en motocicleta y en vehículo— siguen a la víctima ya previamente seleccionada, y para este punto, los criminales ya saben a quién robar y si va acompañado.