Urge que los mexicanos sepan que el FAM es capaz de tener un planteamiento integral que beneficie al país y que todos ganemos, dice la aspirante presidencial
Al presumir que no tiene cola que le pisen, la senadora priista Beatriz Paredes Rangel asegura que está firme en la búsqueda de la candidatura presidencial del Frente Amplio por México (FAM) y se encuentra “entusiasmada, con propuestas y convencida de que estamos en el momento en que México dará un salto cualitativo y habrá una presidenta” en 2024.
Desestima las encuestas que colocan a Xóchitl Gálvez al frente de las preferencias ciudadanas dentro de la alianza opositora y subraya que la experiencia indica que las tendencias no son definitivas.
En entrevista con EL UNIVERSAL, afirma que la candidatura del frente opositor debe ser “centro progresista”, para poder generar la simpatía de la mayoría y se dice orgullosa de los valores aprendidos, como la lealtad y subraya que quienes han abandonado las filas del tricolor para sumarse a otro partido no por eso están “purificados”.
¿Cuál es su evaluación hasta hoy del proceso interno del Frente Amplio por México?
—Creo que es un método un poco laberíntico, pero no hay método perfecto. Hemos estado participando en él de muy buena fe y espero que eso comprometa a todos a participar con mucha transparencia y que el comité organizador sea muy cuidadoso en que se actúe con toda probidad. Las encuestas son asunto donde lo que importa es que la metodología sea correcta, la muestra esté bien seleccionada y el levantamiento sea eficaz.
¿Prevé usted que serán dos mujeres las que peleen la candidatura presidencial opositora?
—No me gusta la palabra pelear, eso de ninguna manera debe ser, ni siquiera una disputa. Es indispensable en esta etapa que la oposición actúe con mucha madurez, que logremos que cada quien saque sus mejores atributos y deje atrás sus debilidades o las cuestiones que no son las mejores que tengan. Me parece que lo que hay que hacer es construir un gran equipo, porque la empresa no es sencilla.
De lo que se trata es de articular un gran frente amplio, seguir convenciendo a la ciudadanía, garantizar la presencia de los partidos políticos que originariamente gestaron este movimiento, convencer a mucha más gente y después enfrentar con una estrategia inteligente y con una propuesta convincente a Morena. Entonces, si nos desgastamos en conflictos internos o en disputas internas estaremos siendo muy menores ante la problemática del país.
¿Sigue firme en su convicción de ser la candidata del frente opositor?
—Si yo no estuviera firme y si no tuviera la certidumbre de que tengo elementos para representar con dignidad al Frente Amplio por México y que tengo una propuesta que comprende la realidad nacional y es una propuesta de desarrollo incluyente, que atiende los problemas vigentes en el país, que no pretende negar la realidad y que impulsa una verdadera transformación del sistema político mexicano, con expectativas para que los jóvenes se adueñen del porvenir de México, ni siquiera hubiera entrado a participar.
Estoy firme y muy segura de que tengo la formación, la experiencia y la calidad moral para participar.
¿Le preocupa que Xóchitl Gálvez Ruiz vaya adelante en las encuestas?
—Recuerdo que hasta unas semanas antes yo iba adelante en todas las encuestas. Entonces, las encuestas son una foto del momento, por eso cuando me preguntaban si declinaba en favor de persona determinada yo decía: “Bueno, es como si cuando yo iba adelante en todas las encuestas les hubieran preguntado si declinaban en favor mío”.
Pero más que estar tan concentrados en el método a mí lo que me importa es que la gente sepa que somos capaces de tener un planteamiento integral en beneficio del país.
¿No le preocupa que Xóchitl Gálvez le gane la carrera a la candidatura presidencial?
—No veo esto como un asunto en donde unos ganan y otros pierden. Creo que la inteligencia en esta etapa es que logremos que todos ganen y que nuestra propuesta lleve a que la mayoría de las personas piensen que el Frente Amplio es lo que permite que todos los mexicanos ganen.
Lo que está en juego no solo es localizar una persona que pueda abanderar un movimiento político, sino recuperar la credibilidad de la sociedad mexicana.