Luego de conocerse algunos de los contenidos de los nuevos ejemplares que la Secretaría de Educación Pública pretende distribuir en las escuelas para el año lectivo 2023-2024, a muchos jefes de familia les causan asombro, cuando no molestia, los temas que abordan, pues los consideran inadecuados para sus hijos
“Hay mucha imposición”
Ricardo Cázares asegura que los nuevos libros de texto imponen ideologías políticas que no son aptas para niños de primaria.
“Los adultos estamos muy bombardeados por todos lados y como padres no ponemos resistencia al cambio, pero hay mucha imposición ideológica de política, de género, de muchos temas que, si nosotros como gente grande no procesamos, menos los niños”, dice a EL UNIVERSAL.
El padre de un niño de 10 años que está a punto de entrar a quinto de primaria considera que el sistema educativo sí debe ser modernizado, pero este cambio debería ampliar el conocimiento científico, en letras y numérico, mas no en temas que convienen a los partidos políticos o líderes en el poder.
“La imposición viene fuerte. No es dividir el no querer aceptar estas ideas, pero debe haber respeto por la educación de los niños. Hay cosas que sí tenemos que enseñarles desde temprana edad, como la sexualidad, las preferencias de género y darles información, porque yo lo hago con mis hijos cuando me preguntan cosas de las personas homosexuales, por ejemplo, pero hay temas que no se les deben imponer, como los políticos”, señala.
Delia, esposa de Ricardo, es maestra y tampoco está de acuerdo con los nuevos métodos de enseñanza de la Secretaría de Educación Pública a través de las nuevas obras.
La mujer considera que de por sí es difícil enseñar en casa algunos temas difíciles, por lo que será más complicado para los profesores en escuelas, pues muchas veces se ven rebasados con la impartición de conocimientos básicos.
No es dividir el no querer aceptar estas ideas, pero debe haber respeto por la educación de los niños, asegura. Foto: Hugo Salvador
“Hay que quemarlos en el Zócalo”
Claudia es madre de dos pequeñas hijas que en agosto próximo comenzarán a cursar el cuarto y el tercer grados de primaria, y dice que está al tanto de la polémica desatada por los nuevos libros de texto gratuitos y propone que padres de familia deberían quemarlos en una zona pública como protesta contra la Secretaría de Educación Pública.
“Soy de las ideas de antes. Hay que agarrar y quemar esos libros en el Zócalo de la Ciudad de México para protestar contra estos bodrios que les quieren imponer a los maestros, a los niños y a los padres de familia. Porque no nos debemos de dejar y tenemos que exigir una educación de calidad para nuestros hijos”, señala.
Ella trabaja como secretaria y su esposo es abogado. Ambos prefieren que sus niñas estudien en un colegio particular, porque argumenta que en estos momentos la educación en las escuelas públicas del país “se encuentra por los suelos”.
“De por sí la educación en México ya estaba para llorar, y ahora con este gobierno de [Andrés Manuel] López Obrador vamos como los cangrejos, para atrás. Por eso, mi esposo y yo decidimos apretarnos el cinturón para poder pagar la escuela de nuestras niñas”, dice.
Comenta que, aunque a sus hijas les entregaran los libros de texto gratuitos, “seguramente sus maestros se apoyarán en los que a nosotros nos piden, que son libros de español, matemáticas, inglés, y otras materias”.
Claudia asegura sentir preocupación porque no todos los padres de familia cuentan con los recursos suficientes para pagar un colegio privado, ante el retroceso que, afirma, se está viviendo en materia educativa en México.
“No me gusta que aborden política”
Alejandro Quevedo considera que enseñar a los niños sobre identidad de género, orientación y sexualidad es importante, pues hay que encaminarlos a un país incluyente y de respeto, pero instruirlos sobre política es aideologizarlos en temas que no abonan a su desarrollo.
“En la educación de mi hija me parece increíble que aborden temas de inclusión de género, porque deben encaminar a los niños a un país de respeto por todos, pero algo más profundo como la política es inútil para ellos porque no tienen una participación, es sólo ideologizarlos con un partido”, explica.
Asegura que no está en contra de enseñar temas más profundos a los niños, pero es necesario que tengan información completa para que la balanza educativa no se cargue hacia un lado.
Además, manifiesta su preocupación por la medida que elimina las matemáticas de los libros de texto, pues dice que es un conocimiento básico que acompañará a los niños durante toda su vida, por lo que es primordial.
“Las matemáticas y el conocimiento científico son muy importantes, aunque te digan que no. Las usas todo el tiempo. Los temas sociales también, pero creo que son para niños mayores que puedan comprender y a quienes se les pueda argumentar sobre los hechos para que no sea una educación a conveniencia”, detalla.
En el hogar de Alejandro la educación es incluyente, pues desde pequeña a su hija se le informó sobre las preferencias, la identidad y la sexualidad de las personas, ya que convive con personas de la comunidad LGBTTTIQ+ que son amigos de sus padres.
“No es la manera de educar”
La hija de Aldo iniciará segundo grado de primaria cuando comience el ciclo escolar 2023-2024. Asegura que buscará reunirse con otros padres de familia para ampararse contra los libros de texto gratuitos y que no lleguen a manos de los estudiantes de la Escuela Primaria General Vicente Guerrero, en San Martín Texmelucan, Puebla.
Comenta que se ha informado a través de la prensa escrita y de los medios electrónicos sobre los contenidos de los libros de texto gratuitos, y expresa que, aunque simpatiza con el gobierno de la llamada Cuarta Transformación, está en desacuerdo con la Nueva Escuela Mexicana que impulsa el actual gobierno y con los libros de texto de educación básica.
Dice estar enterado del proyecto de los libros de quinto grado de primaria en los que se les pedirá a los estudiantes la realización de una maqueta de los órganos masculino y femenino, simulando una eyaculación y el proceso del ciclo menstrual para que los estudiantes conozcan los aparatos reproductores.
Dice que, si bien es necesario impartirles a los alumnos de ese grado educación sexual, considera que proyectos como ese sólo despertarán el morbo de los alumnos.
“Como papá no me espanto, en verdad, pero creo que esa no es la manera de enseñarles a los niños educación sexual, porque no tienen la suficiente edad ni la madurez para entender esto. Por iniciativa propia hablaré con los papás para organizarnos e interponer un amparo”, dice.
Asegura que, así como reconoce los aciertos del actual gobierno, en esta ocasión rechaza los libros de texto gratuitos.
“Es grave que se quiten matemáticas”
Arquitecta de profesión, Luz expresa que gracias a que tiene amigas que son maestras de educación básica está al tanto de la polémica desatada por los libros de texto gratuitos y menciona que lo que más le preocupa es la reducción de la enseñanza de las matemáticas.
“Esta asignatura es una de las más importantes, y que los libros de texto muestren sólo una embarrada de esta área, me parece grave y preocupante, pues el conocimiento de los números sirve para toda la vida, incluida la laboral. Está claro que a este gobierno no le interesa una educación de excelencia, sino una mediocre en la que no se tenga posibilidad de que exista movilidad social”, externa.
Luz es madre de una adolescente que cursará el segundo año de secundaria. Menciona que tanto ella como su esposo están conscientes de que lo mejor que pueden heredarle a su hija es una educación en escuelas privadas.
Asegura que sus amigas docentes le han comentado sobre la carga ideológica que contienen los nuevos ejemplares que se repartirán entre los alumnos en agosto próximo.
“Estoy totalmente en desacuerdo que los libros tengan una carga ideológica, porque no se debe buscar que los niños se inmiscuyan desde pequeños en temas tan complejos, como la política. Lo de la educación inclusiva es terrible, porque si un niño de primaria no sabe si es ‘él o ella’, mucho menos comprenderán eso del ‘elle’”.
Luz desconoce quién está a cargo de la Secretaría de Educación Pública, pero comenta que su titular debería abrirse para conocer las opiniones de los padres de familia.
No se debe buscar que los niños se inmiscuyan desde pequeños en temas tan complejos como la política, afirma. Foto: Hugo Salvador
“Muchos papás no sabíamos esto”
Los profesores de la escuela donde el hijo de Javier estudia no han informado a los padres de familia que empezarán a distribuir nuevos libros de texto, por lo que desconocen su contenido.
“De entrada no sabíamos nada de esto, pero qué bueno que nos informa porque posiblemente es un plan para que no nos enteremos. Tampoco sabemos cómo se va a manejar esta nueva enseñanza, pero la SEP debería hacer un plan para informarnos a todos para saber qué se les está enseñando a nuestros hijos”, expone.
Hasta el momento, Javier únicamente sabía que habría nuevos contenidos, pero desconocía que fueran eliminados conocimientos matemáticos, que para él son fundamentales pues los considera la base educativa de muchas oportunidades laborales.
Javier es contador, su esposa es ama de casa y tienen un hijo de 10 años que va en quinto de primaria y otros dos más grandes en secundaria.
Se enteró únicamente de que había un amparo en contra de la distribución de las obras, pero desconocía el motivo.
“Quisiera que mis hijos tengan un espectro más amplio de aprendizaje que el que yo tuve. Queremos que todo sea bien enseñado, por eso los tenemos en una escuela privada y por esa parte no me preocupa porque quizá no los usen, pero no tenemos la seguridad de que no vaya a pasar”, dice.
A Javier no le molestan los contenidos explícitos sobre sexualidad e identidad de género u orientación, pues en su familia es un tema que se habla abiertamente, pero cree que inducir a los niños a temas políticos es una imposición.