El 15 de enero de 1930, vecinos del entorno de la plaza principal de nuestra ciudad, dirigen una misiva a don Adolfo Gómez, presidente municipal de aquel tiempo, donde le manifiestan que “deseosos del embellecimiento y progreso, solicitan de su apoyo para continuar con las mejoras iniciadas por administraciones pasadas, consistente en ampliar y hacer calle, el actual callejón contiguo a nuestra plaza principal, denominado Justo Mendoza” (AMZ. Fomento, Expediente 22, Caja 49, año de 1939)
Abundaban, en la misiva descrita, sobre la nobleza de la propuesta: “Ningún tiempo mejor, ahora que se están reformando algunas fincas afectadas con esta ampliación y los propietarios erogarán menores gastos. La calle de Morelos al desembocar a la plaza principal es tan reducida, que imposibilita el tráfico de autos cada día en aumento, y es necesario buscar nuevas arterias que faciliten el tráfico de coches. Tomando en cuenta, señor presidente, su espíritu progresista, no dudamos que aun a costa de algún sacrificio de parte de esa H. Institución y aun del vecindario, se implemente esa mejora que beneficia al pueblo en general” (Ídem)
Entre los firmantes de aquel documento, encontramos nombres y apellidos de quienes hoy forman parte de la historia comercial y agrícola local; tales como: S. Cabrera; R. Caballero; M. Castellanos; Rodolfo Paniagua; Manuel Godínez; M. Padilla; José C. García; L. M. Méndez; José Zamora; Madrigal; José Bustamante; Luis Méndez P; R. G. González y J. Navarrete.
Don Adolfo Gómez, presidente municipal de nuestra ciudad contesta que de acuerdo a la reunión de cabildo efectuada el día 17 de enero de 1930 que: “como presidente municipal continuará gestionando la ampliación del callejón de que se trata…ya que con anterioridad ha estado ejerciendo gestiones para conseguir ese objetivo”.
Con celeridad, el munícipe envía oficio al ciudadano José Ramírez a efecto de que “queda notificado para que se sirva mandar tirar la parte de barda que le corresponde en dicha vía de comunicación y recoja los escombros, para lo cual se le conceden, los días de la presente semana, bajo el concepto de que de no practicarlo en el término señalado, la misma corporación lo hará a costa de usted”
Al iniciar las obras de ampliación se dañó la propiedad de don Juan Ruiz, por lo que éste se quejará a través de su hermana Librada Tinajero para que le sea reparado el daño; hecho que finalmente sucedió y se logró la ampliación de la calle Justo Mendoza, para que comunicara las calles de Allende e Hidalgo, a un lado de la catedral de Zamora.
Eran los primeros estiramientos de una ciudad que pugnaba ya, por la cultura de la circulación vehicular.
Valga para el recuerdo colectivo de nuestra ciudad.