JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO // Revolución y reacción en nuestra ciudad

Don Conrado Magaña

Nuestra ciudad, como cualquier otra, tiene características que la hacen única. Así, por ejemplo, quienes han trascendido al sitial que los convierte en “ilustres”, han tenido que abandonar la ciudad para realizar las actividades que les permitieron ubicarse en el sitio que hoy muy pocos les regatean e, incluso, morir fuera de ella. Otra característica que la singulariza es tomar partido en contra de quienes han luchado, en diversos periodos, por hacer de esta ciudad un enclave del progreso social.

Contradicciones que, a la luz de tiempos pasados, se le ubica como ciudad reaccionaria y levítica, pero que a la aplicación de la dialéctica la encontramos progresista y revolucionaria.

Dos hechos nos pueden normar el criterio respecto a estos procesos de contradicción; ambos, sucedidos directa o indirectamente a personajes que participaron en la Revolución Mexicana.

El primer acto se realiza en contra de don Conrado Magaña en el año de 1912, cuando ya don Gildardo Magaña había sido encarcelado en la ciudad de México por difundir sus ideales revolucionarios:

“Al ciudadano Juez 1/° de letras. Presente.

Suplico á Ud. con toda atención se sirva expedir una orden escrita para que el Comandante de Policía o sus agentes puedan penetrar a la casa número 84 de la 5/a calle del Dr. Verduzco y 161 de Madrigal correspondientes a la propiedad de los señores Petronilo Rodríguez y Conrado Magaña, respectivamente, donde se tiene conocimiento que existe cierta cantidad de armas y parque, que han estado recopilando paulatinamente, sin saberse el objeto a que se les destine.

Reitero a Ud, etc…Zamora, 7 de junio de 1912.

El Prefecto” (Archivo Municipal de Zamora “Lic. Arturo Rodríguez Zetina. Fondo. Prefectura. Sección: Justicia. Caja 66. Expediente 54. Año de 1912). Y más adelante se reafirma la orden con una explicación:

“Ciudadano Comandante de Policía o sus agentes. Presente.

Por disposición de esta primera Instancia y con las precauciones necesarias pasaran a las casas de los señores Petronilo Rodríguez y Conrado Magaña, con objeto de practicar un cateo en virtud de tener conocimiento la Prefectura local, que en dichas casas existe alguna cantidad de armas y parque, y se teme con este motivo se cometa algún complot o delito de rebelión

Fundo esta orden en los artículos 77 fracción VIII, 81, 558 y 561 del Código de Procedimientos en materia criminal.

Don Francisco José Múgica

Zamora, 8 de junio de 1912.

El Juez Primero de Letras. Adolfo Cortés” (rúbrica).

De la misma manera ocurre con el General Francisco José Múgica en el año de 1915 y estando nuestra ciudad en mano de los Villistas, cuando se le imputa ser el propietario de la “Tienda La Sorpresa”:

“En la Ciudad de Zamora a los 25 días del mes de octubre de 1915 habiendo tenido noticia esta Presidencia de que la tienda llamada ‘La Sorpresa’ perteneciente á la extinguida sociedad ‘Enrique Ruiz S. en C’ fue confiscada en el tiempo que las fuerzas villistas ocuparon esta Plaza, a mandado, conforme con las funciones de su empleo, que se practiquen las diligencias conducentes al esclarecimiento de los hechos, levantando desde luego una acta de la visita y reconocimiento que se haga del local que ocupaba dicha negociación mercantil, formando un inventario detallado de las existencias que aparezcan en mercancías, enseres, etc.

En virtud de esta disposición el C. Presidente del H. Ayuntamiento, Victorino Flores acompañado de su secretario, se trasladó al local mencionado, que se encuentra en la esquina del Portal Morelos, Manzana tercera del cuartel primero; é instalados allí y estando presente el ingeniero Ignacio Ochoa Villagómez, representante legítimo de la señorita María Teresa Alcaraz, heredera única de los bienes pertenecientes a la intestamentaria de la señora Margarita Figueroa, que fue el socio comanditario de la cita negociación mercantil, declaró:

“Que el día seis de agosto próximo pasado recibió orden del General Jesús Cíntora comunicada verbalmente por el teniente Luis G. Cárdenas que era entonces el Presidente Municipal, de que hiciera entrega inmediatamente al Capitán Emilio Mora de las mercancías, encargos y valores en Caja pertenecientes a la extinguida Sociedad ‘Enrique Ruiz S. en C’, cuya entrega debería hacerse de conformidad con el inventario y liquidación que ocho días antes se había terminado…

…Agregando, además, que al día siguiente de haber comenzado la entrega de las mercancías pertenecientes a la negociación mercantil de referencia, tanto al señor Ignacio Ochoa Villagómez como el Sr. Lic. J. María Pérez, el primero como representante de la Srta. Teresa Alcaraz y el segundo como abogado de la intestamentaria, se presentaron ante el mismo Sr. Gral. Cíntora solicitando que revocara la orden de entrega de las mercancías, mostrándole una copia certificada de la declaratoria dictada por el juez 1° de letras de este Distrito, apareciendo que en el juicio de sucesión de la Sra. Margarita Figueroa había sido declarada legalmente su hija Teresa Alcaraz única heredera de los bienes todos de la finada su madre doña Margarita Figueroa, entre los que figuraba muy especialmente las mercancías, enseres y demás, de la negociación mercantil; pero que el Sr. General Cíntora no obstante que se enteró de dicho documento contestó que las personas que le habían hecho el denuncio de esos bienes le dijeron, ‘que pertenecían al Sr. Gral. Francisco José Múgica’, y que siendo esta persona uno de los enemigos de la causa que él defendía quedaban comprendidos dentro de la orden de confirmación que había recibido del Sr. Gral. Villa; y lo único que pudieron conseguir fue que se les devolvieran algunos libros de la contabilidad que se llevó en la negociación durante el periodo que la administró el Sr. Enrique Ruiz, como socio industrial que fue de ella.

(Más adelante y en foja encabezada con el título de Acuerdo Importante, se lee en el segundo párrafo: “Manda que se examine al testigo Julio Guerrero quien presenció que el 6 de agosto próximo pasado estando en la consigna juntamente con otros presos entró un grupo de personas a hablar con el Teniente Coronel Luis G. Cárdenas y pudo oír que le propusieron que se denunciara ante el Gral. Cíntora la existencia de la tienda de Alcaraz como perteneciente a un Carrancista de nota como lo es el Gral. Francisco José Múgica. Esto se lo platicó Julio Guerrero a Don. José María Morfín quien tiene un tendajón por Naranjos”.

Julio Guerrero vive en la calle de Corregidora frente a la esquina conocida con el nombre de piedra Lisa” (AMZ. Fondo, Prefectura. Sección Justicia. Año de 1915. Expediente 42. Caja 70)

Así, entre dimes y diretes, aquí observamos la represión a que fueron sometidos personajes de la demarcación, antes del triunfo de la Revolución. Contestémonos: ¿Reaccionarios o Revolucionarios?  

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JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Jesús Alvarez del Toro, licenciado en Historia. Director del Museo de Zamora, Cronista de la ciudad de Zamora.

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