Hay que reconocer la madurez que ha logrado la institución y el esfuerzo colectivo de investigadores, trabajadores administrativos, estudiantes y autoridades
Los aniversarios permiten hacer un alto y mirar hacia el pasado para imaginar el futuro. Eso es lo que el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) ha hecho ahora que llega sus primeros 50 años.
Como cualquier institución que cumple medio siglo de vida, el CIESAS ha pasado por diferentes fases en donde ha tenido retos y desafíos. Su fase inicial del CIS-INAH al CIESAS, donde el liderazgo intelectual de sus tres fundadores (Gonzalo Aguirre Beltrán, Ángel Palerm y Guillermo Bonfil) dibujó las bases del imaginario institucional. Luego vino una fase de crisis 1980-1982, en donde dimos múltiples batallas para responder a una dirección que se dedicó a confrontarse con la comunidad; logramos tener plazas y estabilidad laboral gracias a la creación de un sindicato único (SUTCIESAS). Con el cambio de sexenio llegó una etapa de normalización, unos años después empezaron a surgir las unidades regionales que hoy suman siete (Guadalajara, Xalapa, Oaxaca, Monterrey, San Cristóbal de las Casas, Mérida y la Ciudad de México, la casa fundadora). En los años 90 llegaron los primeros trazos de un modelo de evaluación basado en estímulos y productividad y se generalizó la docencia. Desde entonces el CIESAS no ha dejado de crecer académicamente, incluso en las épocas de austeridad y crisis económica. Tuvimos una austeridad por disminución del gasto en los años 80, diferente a la actual que obedece a un cambio en las jerarquías del gasto público, que no es lo mismo.
Hay diversas formas de ver al CIESAS, una cuantitativa a través de sus indicadores, sus publicaciones, posgrados, las unidades regionales, el número de sus proyectos de investigación, sus convenios y, por supuesto, sus presupuestos y recursos. Otra forma es cualitativa: CIESAS pertenece al sistema de Centros Públicos de Investigación, son 26 en todo el país, y su cabeza de sector en la administración pública es el Conahcyt (antes Conacyt). CIESAS empezó con tres disciplinas: Antropología, Historia y Lingüística, y poco a poco se ha ampliado a la Sociología, Ciencia Política, Geografía y Etnohistoria. También hemos experimentado el fenómeno de la hibridación, donde los núcleos duros de las disciplinas han movido sus fronteras, importan y exportan conceptos para tratar problemáticas más complejas.
CIESAS tiene registradas 13 líneas de investigación en donde se mezclan y cruzan disciplinas, problemáticas sociales, políticas públicas, especializaciones y periodos históricos. De igual forma sucede con la docencia (5 doctorados y 6 maestrías). El sistema nacional de docencia ha crecido en calidad y cantidad y se organiza en torno a problemáticas y aprendizajes especializados.
A través de los años CIESAS ha construido un régimen académico y administrativo para gobernarse como institución. Se cuenta con espacios colegiados, comisiones, consejos y comités, en donde se consulta y se toman decisiones con base en criterios académicos y de especialización. Como en toda institución hay pendientes, reformas y cambios que es necesario hacer. CIESAS ha logrado adaptarse a los diferentes tiempos que le ha tocado vivir. En los últimos años vemos que nuestras fortalezas internas están en las agendas de investigación (internacional, nacional y regional) y la colegialidad. Actualmente nos enfrentamos a las incertidumbres por las que atraviesa el país y a un cambio de reglas, con una nueva Ley de Ciencia que ha sido aprobada, pero que se encuentra impugnada en la SCJN. Las medidas de austeridad han complicado la buena marcha de la institución, es decir, los recortes de plazas de mando, la desaparición de nuestro fideicomiso, las dificultades para conseguir recursos propios, o la necesidad de contar con un sistema de publicaciones más fluido. Además, CIESAS tiene que responder a mecanismos de control excesivos y auditorías que entorpecen su trabajo.
Cumplir 50 años implica reconocer la madurez que ha logrado la institución y el esfuerzo colectivo de cientos de investigadores, trabajadores administrativos, estudiantes y autoridades, que todos los días aportan su inteligencia y talento para que CIESAS siga siendo un espacio de libertades y de crítica. (El Universal)