López Obrador impuso su voluntad. Morena ungió a Claudia Sheinbaum como su candidata. No les importó que haya sido un proceso desaseado, ilegal, en el que desviaron recursos públicos, ni que hayan utilizado a los servidores de la nación como promotores o donde explotaron a conveniencia los programas sociales, lo único que tenían como tarea era encubrir el dedazo presidencial y así lo hicieron.
Desde un inicio, se sabía que la señora Sheinbaum era la preferida de Palacio Nacional. No dio resultados como Jefa de Gobierno en la Ciudad de México, pero eso a Andrés Manuel no le importa, porque en su persona, Claudia cumple fielmente con los estándares que pide AMLO a sus allegados: 90% lealtad y 10% capacidad. Para muestra, el abandono en que se encuentra la capital del país.
Morena y el Presidente saben que su candidata no levanta el ánimo y que perderán frente a la oposición que sí tiene un perfil competitivo con Xóchitl Gálvez y que además cumple con las expectativas ciudadanas.
El Presidente sabe que perdió el dominio de los temas públicos y está desquiciado. Todo el espectáculo que han dado estos últimos días, no es más que una cortina de humo para tapar la desesperación de Palacio Nacional.
Todo su proceso fue una simulación, porque desde hace dos años, se sabía que Claudia Sheinbaum sería la “fichita” que elegiría López Obrador. En Morena saben que con Xóchitl Gálvez como coordinadora del Frente Amplio por México perderán sus privilegios, perderán las elecciones y se perseguirá su corrupción.
A Palacio Nacional no le importa resolver la inseguridad, ni la falta de medicinas, ni darle justicia a los desaparecidos, no lo han hecho en cinco años de gobierno y no lo harán en los últimos once meses. Lo que les importa, es continuar en la batalla electoral para conservar sus privilegios. Morena debería ponerse a trabajar estos meses que les quedan. Ya son el peor gobierno de la historia, pero al menos, deberían irse con dignidad.
Ni con todo el dinero del gobierno y estos distractores podrán debilitar al Frente de oposición. Xóchitl Gálvez es una mujer trabajadora, honesta, con el mejor proyecto de país y, sobre todo, con el respaldo de los mexicanos, por eso AMLO le tiene miedo a la oposición.
El pilón: Palacio Nacional quiere debilitar al Poder Judicial de la Federación porque no les gusta la autonomía e independencia. Porque no han entendido que este país tiene un poder público trifurcado en Ejecutivo, Legislativo y Judicial y que sirven de contrapesos entre sí. Insisten en minar a la Corte porque los ministros valientes no han permitido las atrocidades y la destrucción de Morena. La amenaza de los correligionarios del presidente contra el Poder Judicial ha escalado día con día. Quieren disminuir su presupuesto para colapsarlo y hacer del sistema judicial, una oficina más de presidencia. Pero desde la oposición lo decimos claro y fuerte, lucharemos para que este gobierno no siga destruyendo a las instituciones y defenderemos al Poder Judicial. (El Universal)