India: la violencia contra cristianos sigue haciendo estragos en Manipur

El mortífero conflicto comenzó como una serie de peleas entre las tribus meitei, de mayoría hindú, y kuki, de mayoría cristiana. En el contexto del conflicto étnico se están produciendo ataques religiosos, y cientos de iglesias y otros bienes de la Iglesia han sufrido graves daños.

Amy Balog

(ZENIT Noticias / Imphal, India).- Según el arzobispo de Manipur, no se vislumbra el final del violento conflicto que estalló en mayo en el noreste de la India, causando más de 185 muertos y decenas de miles de desplazados.

 Los enfrentamientos en algunas zonas de Manipur «podrían prolongarse durante meses» si el gobierno indio sigue sin responder adecuadamente, declaró el arzobispo de Imphal, Dominic Lumon, a la organización caritativa católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN): «No ha parado. Uno aquí, otro allá, todos los días ocurren cosas, hay tiroteos, violencia. Esperamos que el gobierno central intervenga. Si dice ‘basta’, creo que la violencia se detendrá, pero si nadie interviene se prolongará durante muchos meses más».

 El primer ministro Narendra Modi no ha visitado Manipur desde que estalló la violencia, dijo el arzobispo. Y añadió: «Hasta ahora, no le hemos oído decir gran cosa, y ya han pasado más de cuatro meses. Sólo una vez, cuando aparecieron vídeos de dos chicas que desfilaban desnudas, hizo una declaración, pero sobre la cuestión de la violencia en general no ha dicho nada hasta ahora».

 El mortífero conflicto comenzó como una serie de peleas entre las tribus meitei, de mayoría hindú, y kuki, de mayoría cristiana. En el contexto del conflicto étnico se están produciendo ataques religiosos, y cientos de iglesias y otros bienes de la Iglesia han sufrido graves daños.

 El arzobispo Lumon afirmó: «Destruyeron estatuas con saña, destrozaron y destruyeron todo, y luego se marcharon. Cuando se apagó el incendio, volvieron para asegurarse de que la iglesia quedaba totalmente destruida. No pertenece sólo a los kukis, nos pertenece a todos».

 El arzobispo subrayó que los cristianos meitei también eran el blanco de su propia comunidad: «Podemos ver que también actúan por odio al cristianismo, porque las iglesias meitei fueron destruidas y los líderes religiosos no kuki también están huyendo de Imphal».

 El arzobispo Lumon afirmó que la Iglesia ha estado fomentando el diálogo entre los líderes religiosos para intentar rebajar la tensión: «Vamos a reunir a los jefes de ambas comunidades para que digan a las bandas que pongan fin a la violencia. El camino hacia la paz sólo pasa por el diálogo, y eso es en lo que vamos a insistir. Además, sólo podemos apelar al gobierno local y al gobierno central para que intervengan y pongan fin a la violencia».

 El arzobispo también hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que rece por la paz y evite que la situación se convierta en otro conflicto olvidado.

 Cuando comenzaron los conflictos, AIN envió ayuda de emergencia para ayudar a la Iglesia local a prestar apoyo a las víctimas de la violencia. La Iglesia católica ha prestado ayuda a miles de personas, entre ellas unas 2.400 familias desplazadas.

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