Arrestos de personas procedentes de ese continente pasaron de 1,560 a más de 21 mil en 3 años; políticas migratorias racistas en Europa influyen en el mayor flujo hacia América: experta
En tres años, las detenciones de africanos en territorio nacional se dispararon en más de 1,250%, al pasar de mil 560 en 2021 a 21 mil 158 en lo que va de 2023, según la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob).
La dependencia que encabeza Luisa María Alcalde señala que durante 2022 los arrestos de migrantes provenientes de ese continente alcanzaron 5 mil 560.
La mayoría de las detenciones de migrantes africanos, de enero a julio de 2023, en su mayoría fueron de personas de origen senegalés, mauritano, guineano y ghanés, destaca el reporte de Segob.
La coordinadora de Agenda Migrante, Eunice Rendón, dice a EL UNIVERSAL que ha ido creciendo anualmente la cifra de migrantes africanos en territorio nacional que llegan en barco o avión para intentar cruzar a Estados Unidos.
“Sí hemos visto un aumento, incluso cuando ha habido algunas detenciones que difunde el Instituto Nacional de Migración [INM] o rescate de migrantes, cada vez vemos más el perfil africano. Esto no quiere decir que antes no había. A México siempre ha llegado migración de más de 120 países, pero esa migración desde el continente africano sí se ha agudizado”, indica.
Explica que ese fenómeno “tiene que ver mucho con el tema de lo sucedido en el Mediterráneo, incluso de lo que está pasando en Italia y estas revueltas que sucedieron en Francia por su política migratoria. Ha habido también una política que es mucho más racista y xenofóbica en estos países. Esto ha hecho que algunos migrantes de África vean más al continente americano, en este caso a la Unión Americana, como una probabilidad más que a Europa” de desplazarse.
“Por eso vemos esa afluencia en México, que es un destino de tránsito para ellos. Pocos se quedan en el país porque una gran mayoría trata de atravesar México para llegar a Estados Unidos”, señala.
Eunice Rendón considera que los migrantes pueden ser integrados de diferentes maneras en el país, aunque destaca que se carece de políticas adecuadas.
“Nos hemos concentrado mucho en una política que tiene que ver más con la securitización, con la militarización. O sea, con una política más hacia esta parte que hacia un modelo integral e integrador de migrantes bajo una perspectiva humana, segura y ordenada”, dice.
Opina que “el punto que estamos perdiendo de vista, y donde debemos enfatizar, es en la parte productiva. Con todo el tema del nearshoring y lo que se viene, hay una necesidad muy grande de la iniciativa privada de esa mano de obra. Si a tiempo hacemos las conexiones de oferta con demanda, del escaneo que se tiene que hacer, de la perfilación, en fin, podríamos estar aprovechando esa ola y ganar todos.
“Al final está siendo un tema en el que esta exclusión no favorece a nadie. Hay un pequeño programa piloto que hizo el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) con el gobierno mexicano, a través del que a 30 mil refugiados los conectaron con un empleo, los asesoraron para que abrieran su cuenta bancaria y tan sólo en un año pagaron 170 millones de pesos en impuestos. Si aprovecháramos la migración por otras vías, sería un ganar-ganar”.
Rendón asegura que la presencia de migrantes africanos seguirá en aumento en lo que resta de 2023. “Este año sí va a pintar con más de lo que veníamos viendo hasta ahora, por todo lo que está sucediendo en Europa”, comenta.
Roberto Zepeda Martínez, investigador del Centro de Estudios sobre América del Norte (Cisan), de la UNAM, señala que el crecimiento económico de EU provocará que más migrantes intenten cruzar.
“El dinamismo de Estados Unidos y la creación de empleos va a empujar a más africanos a llegar al país y cruzar a suelo estadounidense. Esto apenas comienza, muy probablemente veremos en los próximos meses un pronunciado aumento de africanos”, refiere.
El extitular del Instituto Nacional de Migración, Tonatiuh Guillén López, sostiene que existe un crecimiento de migrantes africanos en territorio mexicano, aunque es el equivalente al de un mes de venezolanos u hondureños.
“No son cifras particularmente importantes, pero las dos cosas son reales: sí hay crecimiento, pero continúa siendo una escala pequeña en comparación con otras nacionalidades y con una expectativa de crecimiento relativamente baja porque moverse de África a México es muy caro y complejo”, explica.