De principio a fin, el viaje puede durar meses o años, indican expertos, quienes describen que los indocumentados entran al hemisferio occidental por Brasil y Ecuador; pasan por al menos 9 países antes de llegar al río Bravo
Bruselas.— Si bien la Unión Europea (UE), por su cercanía y lazos culturales, sigue siendo el “gran dorado” para la gran mayoría de los africanos que buscan mejores oportunidades de vida en el extranjero, en los últimos años las Américas han ido tomando relevancia en la mente del migrante del segundo continente más poblado.
El número de migrantes de países africanos que intentan cruzar la frontera hacia Estados Unidos sin la documentación adecuada comenzó a crecer en 2013, se disparó en 2019 y este año ha vuelto a romper récords.
Durante el año fiscal 2019, más de 5 mil migrantes africanos procedentes de 35 países fueron detenidos mientras intentaban cruzar de manera irregular a Estados Unidos desde México.
Este año el número de migrantes africanos registrados por las autoridades mexicanas ya triplica el total de 2022, de acuerdo con la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados.
En los primeros ocho meses del presente año, el gobierno de México reportó 28 mil 164 eventos de personas en situación irregular procedentes de África, siendo los meses de julio y agosto los más numerosos, 4 mil 436 y 4 mil 345, respectivamente. En agosto, 84% de los eventos involucraron a ciudadanos de Senegal (mil 501 casos), Mauritania (833), Guinea (723) y Egipto (600).
De acuerdo con una investigación realizada por Caitlyn Yates y Jessica Bolter, del Migration Policy Institute (MPI), con sede en Washington, los inmigrantes africanos rara vez siguen una ruta lineal desde sus países de origen hasta la frontera entre Estados Unidos y México.
“A menudo, ni siquiera inician el viaje con un destino final en mente, sino que van tomando decisiones sobre la marcha, determinando sólo el próximo país al que viajarán, en lugar de un objetivo final”.
Sostiene que algunos intentan buscarse la vida en los países de Sudamérica antes de pasar por Centroamérica con la ilusión de llegar a Estados Unidos o Canadá.
“Para los que no empiezan con la intención de llegar a Estados Unidos, el interés en el país puede comenzar una vez que están en él. De principio a fin, sus viajes pueden durar meses o incluso años”.
Una fuente especializada consultada por EL UNIVERSAL en el marco de la presentación del Índice Global sobre Delincuencia Organizada, un proyecto de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Trasnacional, explicó que la diferencia entre los que parten sin planificación previa y los que tienen en mente un destino, es la implicación de bandas trasnacionales especializadas en la trata.
“Los migrantes se embarcan en aviones desde África Occidental hacia Sudamérica y destruyen sus documentos en el punto de llegada para ser traficados”.
“Estos migrantes pagan sumas elevadas y tienen un enlace de traficantes hasta México y Estados Unidos. Este es el nuevo centro neurálgico de la migración, y lleva algunos años produciéndose”.
Criterios laxos
Tradicionalmente los inmigrantes africanos han entrado en el hemisferio occidental a través de Brasil y Ecuador. De allí atraviesan al menos nueve países antes de llegar al río Bravo.
Los expertos en Washington describen a Brasil como uno de los países latinoamericanos más accesibles para los viajeros procedentes del continente africano debido a que tiene en la región más representación diplomática que cualquier otro país sudamericano, así como hay vuelos directos desde las principales capitales de África. Además, el gigante del sur se ha caracterizado por tener algunos de los requisitos de visado y de entrada más laxos del hemisferio occidental.
La otra puerta de entrada más habitual es Ecuador. La presencia diplomática de Quito en el extranjero es limitada, solo cuenta con embajadas en Egipto y Sudáfrica, pero históricamente ha contado con uno de los regímenes de visados más liberales del mundo.
En 2008, bajo la presidencia de Rafael Correa, el país eliminó el requisito de visado prácticamente a todas las nacionalidades. A partir de 2019 la situación ha ido cambiando, actualmente 23 naciones africanas aparecen en el patrón de visados del Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador. Algunos africanos también entran al hemisferio por Guyana y Bolivia.
Los migrantes africanos que llegan a Brasil hacen escala primero en Perú y de allí avanzan a Ecuador. Luego continúan hacia Colombia en autobús o embarcaciones hasta llegar a la frontera con Panamá.
Sin embargo, la Organización Internacional para la Migraciones (OIM), en un comunicado divulgado el 27 de septiembre, reportó cambios en la ruta hacia el norte.
Los migrantes procedentes de países africanos están eligiendo cada vez más llegar a Centroamérica por vía aérea, para evitar los peligros que supone el Darién, el cruce selvático entre Colombia y Panamá.
Desde el norte de Colombia, el viaje a través de la selva dura entre cuatro y 10 días a pie, y es altamente peligroso, no solo por los retos que supone la falta de refugio y de caminos demarcados, también por la presencia de bandidos, narcotraficantes y guerrilleros.
La Organización de Naciones Unidas con sede en Ginebra reporta que 4 mil 100 migrantes africanos cruzaron el Darién entre enero y julio del presente año, lo que representa 65% menos que en el mismo periodo de 2022.
En contraste, los arribos a Honduras registraron un incremento de 553%, sumando un total de 19 mil 412 personas africanas.
En lo que va de 2023, el Instituto Nacional de Migración de Honduras contabiliza 324 mil 754 casos de movimiento irregular en sus fronteras; tres naciones africanas figuran en los 10 primeros puestos, Senegal (6 mil 197), Mauritania (5 mil 625) y Guinea (3 mil 549). Si la lista se amplía a las 15 nacionalidades con mayor flujo irregular a Honduras este año, la lista incluiría además a Egipto (2 mil 610), Angola (2 mil 219) y Ghana (mil 533).
Discriminación estructural
La OIM sostiene que la mayoría de los africanos que transitan por Centroamérica y México, padecen hambre, duermen en la calle y sufren diversos problemas de salud, como diarrea y deshidratación.
A esto se añade el racismo y la discriminación que enfrentan por motivos de nacionalidad, religión, raza e idioma en todos los países latinoamericanos; un fenómeno que es estructural y que en casos como México se manifiesta en los centros de detención, violencia policial, exclusión laboral y falta de acceso a servicios como educación. Como resultado, son pocos los migrantes africanos que consideran como una opción viable el asentamiento y la integración en los países de tránsito.
Históricamente, los africanos que no pueden obtener un visado y que optan por emigrar de forma irregular de su país de origen, apuestan por los canales de tráfico hacia Europa, en lugar de forjar nuevas rutas transatlánticas. La Agencia Europea de Gestión Fronteriza (FRONTEX), reporta que 905 mil 596 migrantes llegaron irregularmente a Italia, España, Grecia, Malta y Chipre, por mar y tierra durante el período 2017-2023, procedentes de África.
La investigación publicada en 2021 por Caitlyn Yates y Jessica Bolter indica que el reciente aumento de inmigrantes que cruzan el Atlántico y viajan irregularmente a través del Continente Americano se debe en gran medida a existencia de redes africanas cada vez más establecidas en Estados Unidos, la consolidación de las rutas migratorias en el hemisferio occidental, y al cierre de los canales migratorios hacia Europa. “En los últimos cinco años, Europa se ha vuelto más difícil de alcanzar (…) Durante este mismo periodo, las rutas hacia Estados Unidos, que parten de Brasil o Ecuador, se han hecho más populares”.
Entre los factores que impulsan la migración de Eritrea y Somalia en el Cuerno de África, Camerún y la República Democrática del Congo en África Central, o Ghana en África Occidental, están los conflictos armados, la precariedad y falta de expectativas, los efectos del cambio climático, la búsqueda de oportunidades económicas y la reunificación familiar. Los servicios de investigación de las instituciones de la Unión Europea prevén que la tendencia migratoria continúe, por la agudización de los conflictos, la inestabilidad política y las crisis económicas. A mediados de 2022 había 103 millones de desplazados forzosos en todo el mundo, la mitad de los cuales cruzó fronteras internacionales.
Naciones Unidas espera que más de la mitad del crecimiento demográfico mundial se produzca en África en el horizonte del 2050. Dada la posición geográfica de Europa, los servicios comunitarios prevén que la emigración hacia los países europeos siga aumentando. Está por ver si la oleada migratoria sin precedentes desde África a Centroamérica y México se mantiene. Lo que sí es evidente, es que la situación actual pone de relieve la urgente necesidad de la participación colectiva de los gobiernos de los países de origen, tránsito y destino, asegura la directora la OIM para Centro y Norteamérica, Michele Klein Solomon.