Maquio, 34 años de su partida

Manuel J. Clouthier

El modelo económico de hoy reduce el componente economicista e incrementa los sesgos populistas

Han pasado 35 años de la elección histórica de julio de 1988 donde participaron los candidatos presidenciales Manuel J. ClouthierCarlos Salinas y Cuauhtémoc Cárdenas. Según los resultados oficiales, el PRI seguía siendo el partido de las mayorías con el 50.36% de los votos. Los análisis que ordenó mi padre realizar sobre los resultados de la elección y que publicó en su artículo en EL UNIVERSAL el 1o. de noviembre de 1988 se comprueba un fraude masivo y al mismo tiempo ilustra que más del 60% de la votación fue en contra del PRI.

También el pasado primero de octubre se cumplieron 34 años del fallecimiento de Manuel Clouthier por lo que creo que después de más de un tercio de siglo se hace necesario revisar cómo hemos avanzado los mexicanos con rumbo al desarrollo o si seguimos siendo un país tercermundista.

Recordemos lo escrito por Maquio en su artículo del 19 de julio de 1989, en el ensayo titulado Paternalismo e infantilismo nos dice: “Siempre he sostenido que nada hay que les haga tanto daño a los mexicanos como el paternalismo feroz que padece nuestro pueblo. Recordemos que los esclavos se hacen con regalos (dadivas) que acaban por inhibir la capacidad creadora de los individuos”.

“Los que tienen mente infantil quieren seguir teniendo papá que les resuelva sus problemas toda la vida… todavía hay algunos que sueñan con “élites pensantes” que los dirijan en su infantilismo porque se rehúsan a asumir el riesgo de ser libres, porque saben que esto implica actuar con responsabilidad. Para que exista el paternalismo, es necesario que exista el infantilismo”, concluye Clouthier.

También 15 días antes de morir nos dice en su artículo Modernización con humanismo solidario: “La doctrina hay que aterrizarla en cada uno de los actosestrategiasiniciativas propuestas que se realizan, para responder a las exigencias del momento y del futuro… ahora tenemos el compromiso de aportar soluciones viables a los problemas que afligen al pueblo de México, independientemente de quien ejerza el poder. No debemos introducir un radicalismo contestatario o subversivo en la escena política, sino incorporar nuevos elementos enriquecedores del debate partidista”.

“México ha operado con una formula híbrida de 3 modelos de desarrollo: el determinismo economicista enfocado en promover crecimiento económico sostenido; el asistencial que plantea que el crecimiento económico no resuelve los desequilibrios sociales por lo que impulsa políticas complementarias de asistencia social; y el populista que intenta maximizar la distribución de la riqueza mediante una creciente intervención del Estado en la economía. Y se ha puesto énfasis en alguna de las tres según el capricho presidencial en turno. Los resultados están a la vista: impresionantes desigualdadesirresponsabilidadabstencionismo, concentración grave de la riqueza, marginación y pobreza crecientes, baja productividad nacional, escasa competitividad internacional, crisis económica, el país hipotecado con la banca, denigración de los mexicanos y de la nación. La estrategia está equivocada pues no tiene por eje el respeto a la persona”. Concluyó Maquio hace 34 años.

Hoy se intenta reformular esa mezcla reduciendo los componentes economicistas e incrementando los sesgos populistas asistencial para fortalecer una clientela electoral pero no aportan soluciones de fondo a los grandes problemas nacionales. Faltan propuestas que ayuden a superar los enormes rezagos en materia de saludeducaciónviviendaserviciosempleos atención al sector primario.

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