Los nacimientos

                                                           I

EVERILDO GONZÁLEZ ÁLVAREZ

Definitivamente que a medida que pasan los días nos acercamos a uno de los tiempos más alegres del año: el nacimiento del Niño Dios. Cuando el hijo del creador del Universo se hizo hombre y habitó entre los seres humanos, entre los que él mismo creo y que poblamos este planeta. Ya para mediados de Noviembre, —-los que creemos en el hijo de Dios— lo recordamos y ya próximo a celebrar un año más de que vino al mundo, y como una forma de festejar su nacimiento, hacemos representaciones poniendo en algún lugar una cabaña y dentro a la Virgen María, a San José con los animalitos que se dice estaban al momento de nacer, esto es lo principal y se le llama pesebre, pero hay quienes gustan de complementar lo anterior dejando un área para pastores, para  un río que pasa por la orilla del pueblito, en una loma una cabaña  para el ermitaño, claro que un lugar donde se encuentra el diablo que espía a los pastores, algún pastor embelesado viendo a una pastora, diversos animalitos propios del lugar y más que podamos imaginar había en ese famoso pueblo. Todo lo anterior es lo que conocemos como nacimiento.

Vamos a conocer de la historia, ya sabemos que María y José pensaban quedarse con unos familiares ahí en Belén, pero como el lugar ya estaba lleno, se dice que, por otros familiares, tuvieron que pedir los dejaran estar en otro lugar, así llegaron a una casa que tenía un establo en donde había animales y un pesebre.

La palabra Navidad es una abreviatura de Natividad proveniente de la voz latina Nativitas, que significa nacimiento. Es por ello que se aplica este nombre a la fiesta cristiana del 25 de diciembre, en que se celebra el nacimiento del Niño Jesús.  Esta celebración se remonta a los primeros años de la iglesia cristiana, cuando el Papa Telésforo la instituyó en el siglo II.  En esa época se celebraron las primeras ceremonias religiosas, en las que la iglesia utilizó el género teatral para persuadir a la gente sobre las bondades de su religión.

Durante la Edad Media en España, se representaba la Natividad en una ceremonia nocturna en la que un grupo de niños vestidos de ángeles cantaban en honor del Niño Jesús y otros ataviados como pastores hacían los coros, después de lo cual se abrían las cortinas que cubrían el pesebre y se mostraban al Niño y a la Virgen, dando paso a la celebración de la misa. También en España a finales del siglo XV, fue representado un auto sacramental del poeta Jorge Manrique- que se hizo famoso por las coplas a la muerte de su padre-  llamado Renacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, que es una escenificación de la Navidad.

El Nacimiento es la representación plástica de la Natividad de Jesús. En los Evangelios Canónicos ––canon del Nuevo Testamento que se considera y acepta que narran correctamente la vida de Jesús— se narra con sobriedad la adoración al Niño Jesús por los pastores y por los Reyes Magos, en cambio en los llamados Evangelios Apócrifos- –escritos surgidos en los primeros años del cristianismo, o sea después de Jesucristo  y que no fueron aceptados por la ortodoxia católica— se relata con mayor detalle el mismo episodio, motivo por el cual estos últimos fueron los más consultados por los artistas en busca de inspiración para crear sus obras.

Por el siglo VII la escena de la Natividad adquiere la importancia para ser utilizado en los cultos. Algunas crónicas afirman que el pesebre más antiguo que se conserva, aunque sólo en parte, está en la basílica romana de Santa María la Mayor. Este adoratorio guarda la misma estructura de la cueva de Belén. Fue San Francisco de Asís, nacido en 1182 en Asís, Italia y a quien se le considera el protector de la naturaleza- –patrono de organizaciones ambientalistas—, quien después de conseguir una autorización del Papa Honorio III instaló el primer Nacimiento en la ermita de Greccio en el año de  1223.  

San Francisco  celebró el nacimiento de Jesús colocando un altar frente a la ermita con una escenografía mínima; colocó luminarias por el monte y repartió hachas encendidas entre los frailes y los campesinos que lo acompañaban, lo que atrajo a muchos habitantes de la ciudad de Greccio. En la ermita de Greccio San Francisco tuvo la inspiración de reproducir en vivo el misterio del nacimiento de Jesús. Construyó una casita de paja a modo de portal y puso un pesebre en su interior, pidió prestado un buey y un asno e invitó a un pequeño grupo de gente a reproducir la escena de la adoración de los pastores , ya después de un tiempo lo hecho por San Francisco se popularizó en todo el mundo cristiano, y así de los seres vivos, se pasó a la utilización de figuras   Él cantó el Evangelio invitando a todos a participar en el nacimiento del redentor y los campesinos reprodujeron el histórico acontecimiento. Tiempo después, sobre el pesebre de Greccio se erigió una iglesia en conmemoración de San Francisco.

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