Los trabalenguas son una manera jocosa de comunicación que suele existir en prácticamente todos los idiomas. Sus inicios están relacionados con ejercicios de oratoria realizados por políticos y oradores de la antigua Grecia, y de ahí su principal beneficio, relacionado principalmente con la mejora del lenguaje.
Con el tiempo los trabalenguas fueron formando parte también de los programas de desarrollo infantil, siendo objetos de estudio pedagógico y ejercicios de pronunciación y soltura recomendados incluso por terapistas del lenguaje.
Los trabalenguas son oraciones de textos breves que se pronuncian con cierta dificultad, como si fueran juegos de palabras, y que constituyen un tipo de literatura popular. Suelen contener palabras con secuencias de sonidos que riman entre sí, por ejemplo:
Pablito clavó un clavito en la calva de un calvito. En la calva de un calvito, un clavito clavó Pablito.
Pablito clavó un clavito. ¿Qué clavito clavó Pablito?
De igual forma, los trabalenguas pueden utilizarse como un ejercicio para el desarrollo de la dicción, principalmente en niños pequeños. Por ejemplo, en el uso de la lengua castellana es común incitar a los niños a pronunciar el siguiente trabalenguas para ayudarles a tener una mejor dicción de la “R”:
Erre con erre cigarro, erre con erre barril.
Rápido corren los carros sobre los rieles del ferrocarril
O este otro:
Tres tristes tigres tragan trigo en un trigal
Los trabalenguas también sirven para aprender un nuevo idioma, ya que con frecuencia se usan para distinguir a un hablante nativo de un aprendiz. Por ejemplo, es popular el trabalenguas siguiente en francés:
Un chasseur sachant chasser doit savoir chasser sans son chien
En la lengua castellana no existen los sonidos nasales que se presentan en este trabalenguas, por lo que vemos que cualquier trabalenguas, en su idioma correspondiente, es una buena herramienta para aprender los mecanismos de cada lenguaje, así como la pronunciación y la destreza de los hablantes.
Características de los trabalenguas
- Presentan rimas en su estructura interna, compuestas por fonemas similares, en palabras distintas o aliteraciones que exigen cierto esfuerzo en su pronunciación.
- Se conforman de oraciones breves cuyo contenido suele ser imaginativo, reflejando a un mismo tiempo la cultura local.
- Son de difícil pronunciación cuando se dicen por primera vez.
- Se transmiten de generación en generación casi siempre de forma oral y con autores anónimos.
- Ayudan a destrabar la lengua facilitando el habla de adultos y niños.
- Su pronunciación compleja se presta para la burla, la risa y el entretenimiento, clasificándose dentro del género jocoso de la literatura oral.
Ejemplos de trabalenguas
Y para poder poner en práctica todas estas ventajas y utilizar los trabalenguas en casa o en clase, os mostramos a continuación algunos ejemplos de trabalenguas populares en castellano:
- Juan tuvo un tubo, y el tubo que tuvo se le rompió. Para recuperar el tubo que tuvo, tuvo que comprar un tubo igual al tubo que tuvo.
- ¡Compadre, cómpreme un coco! ¡Compadre, coco no compro! Porque el que poco coco come, poco coco compra, y como poco coco como, poco coco compro.
- El dicho que tú has dicho es un dicho que yo he dicho. ¿Por qué has dicho el dicho que yo he dicho, si es un dicho que he dicho yo?
- Cuando cuentes cuentos, cuenta cuántos cuentos cuentas, pues sin saber cuántos cuentos contaste, no sabrás cuántos cuentos tienes por contar.
- Pedro Pablo Pérez Pereira, pobre pintor portugués, pinta por poca plata preciosos paisajes para pasear por París.
- El obispo de Constantinopla se quiere desconstantinopolizar. Quien bien lo desconstantinopolice, buen desconstantinopolizador será.