Han sido cinco años de turbulencias en la política, de un desempeño desigual en la economía y de fuertes contrastes en la política social.
Hace cinco años comenzó oficialmente el gobierno del presidente López Obrador.
Y digo que oficialmente porque aun no estando en ejercicio de sus funciones como presidente, comenzó a tomar decisiones que incidieron en el país, por ejemplo, al anunciar la cancelación del aeropuerto en Texcoco.
Han sido cinco años de turbulencias en la política, de un desempeño desigual en la economía y de fuertes contrastes en la política social.
Sin pretender hacer un análisis exhaustivo le expongo algunos de los claroscuros de este periodo.
1.- Un incremento histórico de los salarios reales.
El salario medio con el que los trabajadores cotizan al IMSS se incrementó en 50.7 por ciento en términos nominales entre noviembre de 2018 y octubre de 2023. En ese mismo periodo la inflación fue de 27.7 por ciento, de modo que el aumento real ha sido de 18 por ciento.
El incremento es más notable en el caso de los salarios mínimos, pues el incremento para el periodo de referencia fue de 134.7 por ciento nominal, por lo que, en términos reales, el alza resulta de 83.8 por ciento.
Con el incremento para 2024, del orden de 20 por ciento probablemente, y con una inflación que podría terminar el siguiente año en algo así como 3.5 por ciento, se concluirá el sexenio quizás con un aumento real del mínimo superior al 110 por ciento.
2.- El disparo de la carencia en materia de salud.
Si hay un aspecto en el que las políticas sociales fueron un desastre es en la salud. Los datos del Coneval indican que la población carente de acceso a los servicios de salud pasó de 20.1 millones de personas en 2018 a 50.4 millones en 2022 (última cifra disponible). Perdieron el acceso a la salud 30.3 millones de personas.
En el balance de salud no puede dejar de mencionarse que la llamada mortalidad en exceso, por efectos directos e indirectos de la pandemia, fue de 678 mil 981 personas entre 2020 y 2022, uno de los saldos más elevados a nivel global, lo que revela el pobre desempeño de las políticas de contención de la enfermedad.
3.- Los contrastes de la inversión productiva.
Existen dos etapas contrastantes en el comportamiento de la inversión productiva en México en esta administración.
En los primeros dos años de este gobierno, la inversión total cayó en 14.4 por ciento y desde el cierre de 2020 hasta la mitad de este 2023, el alza fue de 32.9 por ciento, de acuerdo con los datos de demanda agregada del INEGI.
La inversión privada, a veces tan satanizada, cayó menos que la inversión total, 12.7 por ciento, entre 2019 y 2020, y creció más en la siguiente fase, 33.9 por ciento.
En el caso de la inversión pública, entre el cuarto trimestre de 2018 y el mismo periodo de 2020, hubo un desplome de 25 por ciento, mientras que desde el cierre de 2020 hasta el segundo trimestre del año 2023 hay un alza de 18 por ciento, es decir, con todo y las megaobras sigue por abajo del nivel que alcanzó al final del sexenio pasado.
4.- Los golpes al Estado de derecho y a la certidumbre.
De acuerdo con los analistas que mes con mes entrevista el Banco de México, el 50 por ciento señaló que entre los factores que obstaculizan el crecimiento económico del país, los principales tienen que ver con la gobernanza, es decir, inseguridad pública y otros problemas de falta de Estado de derecho; impunidad, incertidumbre política y corrupción.
La cifra llegó a un mínimo de 12 por ciento en abril del 2020, y luego creció significativamente.
El conjunto de decisiones de gobierno que generaron incertidumbre va desde la cancelación del aeropuerto de Texcoco hasta el decreto que pide establecer siete rutas ferroviarias de pasajeros.
No lo sabemos, pero sin esos cambios quizás la inversión privada sería mucho mayor.
Los balances siempre requieren puntos de referencia y, en este caso, uno de ellos es lo que se pensaba en un principio respecto a una posible trayectoria del gobierno de AMLO.
El resultado económico fue mucho mejor que lo previsto.
Otro de esos puntos, sin embargo, fue lo que perdimos por malas decisiones, lo que nunca sabremos con precisión, pero que sin duda es gigantesco.
Sin duda, cinco años de claroscuros. (El Financiero)