En el arroz, en las lentejas o hasta en el postre, el plátano macho esconde un gran número de propiedades benéficas para nuestro cuerpo
El plátano macho se diferencia del plátano común por su tamaño, color y su sabor al momento de maduración. Sin embargo, la principal diferencia radica en su uso en la cocina pues, mientras uno es comúnmente consumido crudo, el plátano macho se cocina para poderlo comer.
Este tipo de plátano esconde muchos beneficios nutrimentales que nada le pide a los que contiene el plátano común, descubre cuáles son aquí en Menú.
Gran fuente de energía
El plátano macho aporta una suficiente cantidad de carbohidratos, los cuales brindan una buena parte de la energía que necesitamos para llevar nuestro día a día. Además, al contener complejo B, permite que nuestro metabolismo absorba los nutrientes del plátano para procesarlos como energía.
Favorece el sistema digestivo
Comer plátano macho es una gran forma de mantener nuestro sistema digestivo en óptimas condiciones. Tiene un alto contenido de fibra soluble e insoluble, lo que evita el estreñimiento, pues uno de sus tipos de fibra más comunes es la hemicelulosa que favorece el transito del alimento a través del intestino.
Incluso, el plátano macho tiene almidones capaces de proteger la mucosa gástrica, por lo que se recomienda para aliviar los síntomas de la gastritis.
Aliado de tu corazón
Relacionado con la buena salud, el plátano macho es sumamente rico en potasio, un mineral que promueve la salud cardiovascular al permitir el buen flujo sanguíneo en las arterias y prevenir la hipertensión, así como posibles ataques al corazón. Asimismo, el potasio ayuda a eliminar el exceso de sodio en la sangre a través de la orina.
Ideal para personas con diabetes
Una de las mejores propiedades del plátano macho es que sus almidones no se trasforman en glucosa al ser consumidos. Sin mencionar que es un gran aliado para sentirse satisfecho, ya que aumenta el tiempo de digestión de los alimentos en el estómago, promoviendo la saciedad.