Cifra de denuncias se incrementó 186% de 2019 a 2023; los casos comprenden robo de contraseñas, fraude y suplantación de identidad
Diariamente, la Dirección General Científica de la Guardia Nacional (GN) recibe en promedio 112 llamadas de quejas que comprenden más de 30 incidentes cibernéticos, entre ellos robo de contraseñas en redes sociales, fraude al comercio electrónico, amenazas, acoso, difamación y suplantación de identidad.
De 2019 a septiembre del año pasado, las quejas cibernéticas que documenta la Guardia Nacional aumentaron en 186%.
De acuerdo con estadísticas proporcionadas a EL UNIVERSAL, en 2019 fueron 12 mil 338; en 2020, 21 mil 288; en 2021, 18 mil 763; en 2022, 24 mil 339, y de enero a septiembre de 2023, 35 mil 282 incidencias.
Los reportes que la Dirección General Científica realiza se derivan de la atención a la solicitud de los ciudadanos, sin que de ellos se desprenda el tipo penal por el que se iniciará la investigación, al ser competencia de la autoridad ministerial determinar cuál será el delito por el que se ejercerá la acción penal.
“La Dirección General Científica recibe reportes, los cuales son denominados denuncia ciudadana o quejas, que son identificados y catalogados únicamente para efectos estadísticos, de conformidad con la relatoría de hechos”, remarca la corporación.
En caso de ser procedente, de acuerdo con lo establecido en la ley, se dará parte del mismo al representante social mediante denuncia o querella, según sea el caso aplicable, sin calificar ninguna conducta, ya que le corresponde al agente del Ministerio Público y a los órganos jurisdiccionales.
Especialistas en ciberseguridad refieren a El Gran Diario de México que no hay una estrategia por parte del Titular del Ejecutivo federal que marque la línea en el combate al delito cibernético.
Carlos Hernández, excolaborador de la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), comenta que durante la pandemia por Covid-19 se amplió la digitalización y se dio paso para que la delincuencia pudiera tener mayor acceso a diversos delitos.
Argumenta que estas acciones generaron un aumento de denuncias y que después de la pandemia la tecnología permanece. Subraya que se carece, sin embargo, de una estrategia por parte del gobierno.
El también consultor en justicia, seguridad y diplomacia refiere que las policías locales han visto la necesidad de crear áreas cibernéticas. En algunos casos, las fiscalías tienen un sitio para revisar estos delitos, pero no hay una estrategia que las coordine como en Estados Unidos, Reino Unido y Colombia, entre otros países. “Por ejemplo, la GN hace su trabajo porque desde hace mucho tiempo —con la entonces Policía Federal— estaba la Dirección Científica, que es hoy con la que trabaja la corporación”, precisa.
Hernández resalta que la Guardia Nacional ha hecho sus propios programas institucionales de trabajo e insiste en que no hay una estrategia nacional de combate.
“Tenemos acciones aisladas por parte de las diferentes autoridades de todos los órdenes de gobierno”.
El especialista recomienda verificar la información del sitio en el que el interesado desea ingresar y contar con contraseñas sólidas que involucren diferentes caracteres, entre números, letras y signos.
Asimismo, utilizar mecanismos de doble autenticidad que proporcionan los proveedores de redes sociales. También se recomienda tener antivirus en los dispositivos, incluyendo celulares y tablets.
“Los adultos deben tomarse el tiempo para orientar y supervisar los contenidos a los que acceden niñas, niños y adultos mayores… Las empresas deben tener protocolos de ciberseguridad para sus organizaciones e incluir en sus estructuras de liderazgo a alguna persona encargada del tema”, destaca.
Abelardo Cruz, especialista en ciberseguridad y tecnologías de defensa, advierte que no existe un protocolo de seguimiento a estas eventualidades.
Indica que el registro de la Guardia Nacional sirve para llevar un control, por ejemplo, observar los niveles de phishing, un método para engañar al usuario y hacer que comparta contraseñas y números de tarjeta de crédito, entre otros datos.
El integrante del Consejo de Datos y Tecnologías Emergentes explica que el robo de contraseñas ocurre por un mal manejo por parte de las personas: “Somos muy descuidados a la hora de administrar nuestros passwords [contraseñas], es un tema del usuario”.
En el caso del fraude a comercio electrónico, asevera que hay un mercado de ventas de datos bancarios y en el concepto de fraudes diversos comprende clonación de tarjetas y cargos no reconocidos.
Israel Reyes, experto internacional en ciberseguridad y estrategias cibernéticas, señala que se requiere desarrollar los marcos jurídicos y crear una agencia nacional de ciberseguridad.
Además, brindar capacitación tanto a los entes encargados de la investigación, persecución del delito y a los usuarios.
Considera que al final del día es una responsabilidad compartida entre los interesados, los creadores de la tecnología y el gobierno.
“Esos marcos jurídicos deben implementarse para que podamos investigar y hacer persecución del delito cuando se den estos temas que afectan la economía nacional y a las personas”, puntualiza.