Análogo al “Camino de Santiago” español, se trata de un itinerario que posibilita la peregrinación a través de bellos paisajes para promover la nueva evangelización en torno al tema Guadalupano y teniendo al centro la Eucaristía y las obras de misericordia.
(ZENIT Noticias / Orizaba, México).- Una de las iniciativas surgidas en el marco del próximo V centenario de las apariciones de la Virgen María a san Juan Diego, es el “Camino de Guadalupe”, en torno al punto más alto de México: el Pico de Orizaba.
Análogo al “Camino de Santiago” español, se trata de un itinerario que posibilita la peregrinación a través de bellos paisajes para promover la nueva evangelización en torno al tema Guadalupano y teniendo al centro la Eucaristía y las obras de misericordia. Con la reciente bendición de 3 nuevas imágenes de la Virgen en las faldas del volcán, el “Camino de Guadalupe” tiene ya en tiempo récord 12 “Plazas de Guadalupe” y alcanza la mitad de su recorrido: 50 kilómetros. Cada una de las plazas lucen imágenes monumentales de la Virgen de Guadalupe elaboradas por artistas mexicanos de gran talento, como puede apreciarse en este video: “En el Camino de Guadalupe la oración y la acción van de la mano”, dice a ZENIT el P. Evaristo Sada, LC, impulsor del proyecto.
Por eso, entre las obras de misericordia corporal en beneficio de los campesinos del volcán que los legionarios de Cristo han realizado mientras hacen el camino con los párrocos y las comunidades locales, destacan la construcción de 25 viviendas (otras 40 están por comenzar), 57 kilómetros de tubería para la conducción de agua potable y los correspondientes centros de acopio para 9 comunidades y proyectos productivos varios (200 huertos de follaje, 25,000 árboles frutales, 80 invernaderos para el cultivo de flores, 85 gallineros, etc.).
¿Y por qué el Pico de Orizaba? El P. Evaristo nos recuerda que “al ser la cumbre más alta de México, simboliza el destino más elevado al que se puede aspirar: el cielo”. De ahí que “Peregrinar por el “Camino de Guadalupe” es caminar con determinación a los brazos del Padre tomados de la mano de la Virgen María e inspirados por los campesinos del volcán: auténticos Juan Diegos de nuestros tiempos. Los mexicanos estamos convencidos de que la Virgen de Guadalupe es la manifestación más segura de la presencia amorosa de Dios en México”. Por la gran belleza de los paisajes, de las esculturas y de las plazas, algunos lo llaman ya el “Camino de la belleza”.
Los amantes de la naturaleza, los senderistas, los aventureros del ciclismo de montaña y los aficionados a la fotografía y a la pintura, se encuentran aquí en su ambiente.
Mientras peregrinas, contemplas la belleza de la naturaleza de la sierra veracruzana: bosques de niebla, ríos, cascadas, campos rebosantes de flores, rebaños de ovejas y cabras, y, sobre todo, pueblos hospitalarias.
El padre Evaristo Sada, LC, promotor del “Camino de Guadalupe”, explica que se trata de “un camino de oración, inspirada por la belleza; de servicio, interpelado por la pobreza; de conversión, atraído por el cielo; y de desarrollo, urgido por México”.