Cinco lugares de Michoacán llenos de magia en Semana Santa

Para estos días de Semana Santa, los pueblos de Michoacán ofrecen atractivos a todo aquel que quiera pasar unos días rodeado de hermosos paisajes y colorido abanico de tradiciones, por eso aquí le presentamos cinco lugares para recorrer:

Uruapan

Ciudad típica de Michoacán que conserva su organización por barrios: La Magdalena, Santo Santiago, San Pedro y San Miguel.

Durante la Semana Santa, desde el Domingo de Ramos, Uruapan ofrece a los visitantes una exposición con lo más representativo de las artesanías de Angahuan, Patamban, Paracho, Pichátaro, San Felipe de los Herreros, Tarecuato, Zacán y la Cantera, en materia de textiles, alfarería, tallado en madera y laudería.

Al Tianguis Artesanal acuden artesanos de las cuatro subregiones del pueblo purépecha a exponer sus trabajos mejor seleccionados. Además de la cascada de La Tzaráracua, la Rodilla del Diablo y el Parque Nacional, Uruapan no ha dejado de ser profundamente religioso y centro de una dinámica comercial que mantiene viva la tradición.

Tzintzuntzan

Ciudad primitiva y Pueblo Mágico que conserva la lengua de sus ancestros, su comida tradicional y la organización de las festividades indígenas. Muestra a sus visitantes un arraigado sentido religioso que, en armonioso sincretismo, combina prácticas religiosas prehispánicas con las del cristianismo actual.

Junto con Pátzcuaro e Ihuatzio, esta ciudad es centro de uno de los antiguos señoríos, de los tres en que estaba dividido el otrora floreciente imperio purépecha, a la llegada de los españoles, hacia finales del siglo XVI.

El desfile de cristos es un rito que los asistentes esperan con marcada devoción el Viernes Santo.

Pátzcuaro

Pueblo Mágico que ofrece a los visitantes un paisaje urbano típico de tiempos de la Colonia, con edificaciones de adobe colorado y diseños europeos de la época.

Circundada por comunidades purépechas, Pátzcuaro sigue siendo centro de intercambio comercial entre pueblos ribereños, como Santa Fe de la Laguna, Janitzio, Ihuatzio o Huecorio, y comunidades rurales como Opopeo y Santa Clara del Cobre.

Con miras a convertirlos a la religión cristiana, durante el siglo XVI, franciscanos y agustinos edificaron sus templos y dedicaron su misión a inculcarle al pueblo tarasco su propia doctrina.

Así, durante la Semana Santa Pátzcuaro ofrece, entre otros atractivos, una oportunidad para degustar alimentos típicos de la región y participar de la Procesión del Silencio el Viernes Santo.

Tarímbaro

Más de doscientos actores, lugareños en su mayoría, escenifican cada año la Última Cena, el lavatorio de los pies a los apóstoles, el prendimiento de Jesús (acto donde lo toman preso), la condena de Jesús ante Pilatos. El Viacrucis, la crucifixión, Pasión y muerte del Hijo del Hombre se llevan a cabo en esta población, que se ha preparado desde enero para encarnar a cada uno de sus personajes.

La celebración de la Semana Santa termina con la Procesión del Silencio y la Vía Matris, o el camino de la Mater Dolorosa, hasta la tumba de su hijo muerto en manos de los judíos.

El Sábado de Gloria es un día de luto, pero el Domingo de Resurrección tendrá espacio la quema de las figuras de Judas en una festividad de júbilo donde tomarán parte los toritos de petate.

Tarímbaro está en la zona metropolitana de Morelia, a unos quince minutos de la capital michoacana.

Santa Clara del Cobre

Pueblo Mágico michoacano que encabeza el municipio de Salvador Escalante y ofrece un atractivo paisaje urbano típico de la región, con casas de adobe y tejados rojos, que lo hacen muy pintoresco.

Inspiración de los Apuntes de un lugareño o de La vida inútil de Pito Pérez para el ilustre literato de Tacámbaro, don José Rubén Romero, hay en Santa Clara festividades religiosas en honor a Santa Clara de Asís, a Nuestra Señora del Sagrario y a la Asunción de la Virgen María, una feria nacional del Cobre durante el mes de agosto y, por supuesto, el fervor religioso durante la Semana Santa.

Artífices de primorosas artesanías, los santaclareños cultivan la técnica del cobre martillado, enseñanza que les legó el proyecto de Quiroga, hacia finales del siglo XVI.

Adquiere el libro

Un viaje a través de la historia del periódico Guía.

Colegio Fray Jacobo Daciano