Todos debemos hacer un mayor esfuerzo por remediar las fisuras y la polarización que son tan
frecuentes en las sociedades actuales.
Debemos fomentar la comprensión mutua e invertir para lograr que triunfe la diversidad.
Y debemos manifestar nuestra oposición y rechazo a las personalidades
de la política que aprovechan las diferencias con fines electorales.”
António Gúterres
Secretario General de las Naciones Unidas
La Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución A/RES/2142(XXl), decide proclamar el 21 de marzo como el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, de igual forma hace un llamamiento a los Estados miembros para que en la lucha contra las prácticas discriminatorias, la eliminación de los prejuicios y las creencias erróneas se orienten la educación y la cultura, así como los medios de comunicación para las masas y las actividades literarias.
La discriminación racial contamina cualquier democracia y cualquier sociedad, es un fenómeno cotidiano que impide el progreso de millones de personas en todo el mundo. El racismo es una expresión que lastima la dignidad de las personas. Las víctimas de racismo pueden ver cortadas sus posibilidades de una mejor vida, salud, empleo, educación o desarrollo personal, sólo por el prejuicio de quienes carecen de educación y de cultura y las juzgan por el color de piel, por su aspecto y vestimenta, o la lengua que hablan.
Desde su fundación las Naciones Unidas han mostrado su interés, por la prohibición de la discriminación racial, la cual ha quedado consagrada en todos los instrumentos internacionales básicos de derechos humanos, punto central de la labor de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
En este sentido, la Declaración y el Programa de Acción de Durban son el resultado de estudios y debates presentados antes y durante la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, llevada a cabo en la ciudad de Durban, Sudáfrica, entre el 31 de agosto y el 8 de septiembre de 2001. En ese marco la Declaración y el Programa de Acción de Durban se orientan a la adopción de medidas que respondan a las especificidades de los diferentes grupos o poblaciones que se ven afectadas por la discriminación e intolerancia, como lo son las comunidades indígenas y afrodescendientes, los migrantes, los refugiados y los desplazados internos, las mujeres, las niñas y niños, así como otros grupos vulnerables a este tipo de agresiones.
Una de las principales acciones que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) llevó a cabo en este sentido, fue la proclamación del Decenio Internacional de los Afrodescendientes 2015 – 2024, mediante su resolución A/RES/68/237 acordada por la Asamblea General el 23 de diciembre de 2013, y cuyo tema central es: “Afrodescendientes: reconocimiento, justicia y desarrollo”.
Respecto al tema, México en el ámbito institucional, crea en 2004 el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), como órgano del Estado mexicano responsable de velar por la protección, respeto, cumplimiento y promoción del derecho a la no discriminación; entre sus facultades, se encuentra la generación de información y documentación que permitan conocer y visibilizar las dimensiones, y tipos de discriminación, las actitudes y las percepciones de la población mexicana sobre este fenómeno social.
Por otra parte, la Relatora Especial sobre formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia, la Sra. E. Tendayi Achiume, emitió el 7 de agosto de 2018 un informe en el cual señala el uso contemporáneo de la tecnología digital para la propagación de la intolerancia neonazi y otras formas conexas de intolerancia, haciendo una mención especial a las tendencias y manifestaciones recientes de glorificación del nazismo, el neonazismo y otras prácticas que contribuyen a exacerbar las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia.