Claudia Sheinbaum se disfraza de lo que le conviene para llegar a la presidencia. Malabarismo puro. Científica, ¿para seguir destazando al Conahcyt y atacar a la UNAM?, ¿agnóstica, pero peregrina al Vaticano?, ¿militante antimilitarista, pero dispuesta a seguir con los contratazos verde olivo?, ¿“demócrata”, pero disimuló frente a los señalamientos de Marcelo Ebrard de compra de votos y acarreos desde la Secretaría de Bienestar?, ¿bilingüe pero obligada al más rancio nacionalismo?, ¿doctora ambientalista, respirando el carbono de las refinerías de Pemex?, ¿“comprometida” con los derechos humanos, pero insensible a la humillación de una mujer indefensa en Zacatecas?. Claudia zigzaguea, ¿cuál es el personaje real y cuál el ficticio?. Así lo demostró en el encuentro con la Conferencia Episcopal Mexicana, donde firmó a regañadientes el compromiso de dialogar para alcanzar la paz en nuestro país.
¿En verdad, no comparte el “proceso de degradación acelerada” de nuestra “casa común”, como sostienen los Obispos, después de ver el pudridero de Guerrero y la esperpéntica secuela de esos gobiernos de Morena? En muchas regiones del país se mata y extorsiona libremente y eso no le parece degradante. Ya afirmó que la prostitución de la militarización seguirá, mientras la fiscalía de la CDMX no aclara más del 90% de homicidios violentos. Meterá como avestruz la cabeza en las fosas de los criminales para no ver la “gobernanza autoritaria y criminal”. Disfraz político con careta cínica. Olvidó que el Papa Francisco dijo en Ecatepec, Estado de México, en febrero de 2012, que México debe ser “una tierra que no tenga que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños que terminan destruidos en las manos de los traficantes de la muerte”. Mascarada trágica.
La científica burló y omitió el contexto de sus citas de la encíclica Fratelli Tutti; por ejemplo, la frase que repitió de una ética global de solidaridad y cooperación, fue dicha por el Papa Francisco para exigir un desarme nuclear en Japón en noviembre de 2019 y, además, obligaría al gobierno de México a “pensar y gestar un mundo abierto”. Mundo abierto y Morena no soporta los señalamientos al déficit en el combate al crimen mexicano, emitidos por una diputada española de derecha, por el presidente de España de izquierda, y la directora de Inteligencia de los Estados Unidos. Sólo desde el impudor se puede citar ese documento (Fratelli Tutti, todos hermanos) sin pensar en “el otro”, en quienes sienten distinto, y en ficticios “lados correctos de la historia”. Citar esa carta vaticana titulada en recuerdo de Francisco de Asís, patrono de la ecología, y arrasar la selva maya con un tren de diesel, equivale a disfrazarse de pacifista con una ametralladora en la mano.
Pero lo más burdo de Claudia fue sacar las frases de Fratelli Tutti que hablan del “neoliberalismo” para que la oiga AMLO, y esconder las críticas al populismo de ese documento católico: el desprecio a los débiles puede esconderse en formas populistas que utilizan gobiernos demagógicamente, el populismo es “insano” cuando se convierte en proyecto personal y exacerba las inclinaciones bajas, y se agrava “cuando se convierte, con formas groseras o sutiles, en avallasamiento de las instituciones y de la legalidad”. Por eso, los remilgos para firmar.