Jesús Álvarez del Toro  // LA PASTORAL SOCIAL DE FRANCISCO OROZCO Y JIMÉNEZ

         Escudriñar sobre la vida y obra de Francisco Orozco y Jiménez nos llevó a transitar por Chiapas y buscar –aunque superficialmente- parte de sus huellas en el archivo diocesano de San Cristóbal de Las Casas y ahí adquirimos el texto denominado “Libro de oro” de San Cristóbal de Las Casas de don Eduardo Flores Ruiz y editado por el Consejo Consultivo del Centro Histórico. San Cristóbal de Las Casas, A.C. del cual extraemos el siguiente texto dedicado al zamorano:

“Uno de los hombres más grandes que ha honrado el suelo de Chiapas. Nació en Zamora, Mich. El 19 de noviembre de 1864. Nombrado Obispo de Chiapas en 1902, el 3 de diciembre de ese mismo año tomó posesión de la diócesis en el templo de La Merced, por estar la catedral deteriorada a causa de uno de los terremotos habidos tres meses antes. Desde luego, desplegó gran actividad y eficiencia, y en pocas semanas quedó la catedral reparada y nuevamente en servicio. Al año siguiente fundó el colegio marista, estableció el propio edificio episcopal (donde se asienta hoy la escuela Centro de Estudios Científicos y Técnicos número 28).

         En 1906, fundó la casa de la salud de Nuestra Señora de Lourdes; en 1908, introdujo en la ciudad la energía eléctrica, construyendo el edificio adecuado que reparado, todavía subsiste; en 1906, fundó el nuevo colegio de las niñas, bajo la dirección de las religiosas de la providencia, traídas de Francia, como las maristas; y enseguida estableció colegios de la misma índole en Comitán y Ocosingo y un colegio de guadalupanos del P. Plancarte en Tapachula. En 1906, había hecho esculpir en Génova una estatua en mármol de carrara de Fray Bartolomé de las Casas, que donó a la ciudad y luce en el parque de su nombre.

         En 1910, estableció un servicio de transportes por medio de guayines que unió las ciudades de Arriaga, Tuxtla, Comitán y San Cristóbal. En todas estas obras erogaba fuertes sumas de su patrimonio, así como el envío de jóvenes a Europa, para realizar estudios superiores. Celebró el primer sínodo diocesano que, después de las constituciones diocesanas de Núñez de la Vega, fue la legislación puesta al día para el gobierno de la Diócesis. Fundó una beca en el colegio Pío Latinoamericano a favor de la diócesis en 1908. Reconstruyó el antiguo colegio franciscano para el seminario, y aunque después trasladó ahí el colegio marista, dejó para la construcción del seminario una finca cerca de Chapilla, ahora en manos de agrarista, y mientras tanto, pasó el seminario a su propio palacio. Fundó también una fábrica de órganos tubulares, de los cuales subsiste uno en el Carmen. Publicó dos volúmenes de documentos inéditos de la iglesia de Chiapas, en 1906 y en 1911. (Decidió concentrar los archivos parroquiales, clasificarlos y procesarlos, formando en San Cristóbal el mejor archivo histórico de la República, antes que los carrancistas lo saquearan en 1914. Aun así es un archivo sustancial para preservar la memoria histórica de Chiapas).

         Proyectó complementar la catedral con una cúpula, lo que no consiguió por haber sido trasladado a la metropolitana de Guadalajara, ascenso que coincidió con la deplorable escisión entre San Cristóbal y Tuxtla, durante la cual fue víctima de injustificadas calumnias, odios y amenazas que lo siguieron después en su nueva sede jalisciense. Su fallecimiento ocurrió en 1936, después de realizar maravillas de valor, de constancia, de energía y de eficacia en su trabajo pastoral”. (“Libro de oro” de San Cristóbal de Las Casas. Eduardo Flores Ruiz, PP. 163-164)

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JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Jesús Alvarez del Toro, licenciado en Historia. Director del Museo de Zamora, Cronista de la ciudad de Zamora.

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