Jesús Álvarez del Toro // SOBRE UNA OPOSICIÓN NACIONAL

         Debo confesar, no sin cierto morbo, que la lectura de los acontecimientos políticos de la oposición del país va más allá de la víscera; están entrampados en el odio ciego a que los ha llevado la soberbia y la decisión irracional de un empresario que ahora pretende ser líder de una oposición que no razona. La única sabiduría que externan no tiene parangón: “No tenemos compromiso alguno con la nación”.

         Con tono doctoral, producto de la ignorancia, la mezcla ‘política’ sin principios, mucho menos identidad ideológica, que se dice ‘oposición’, ha venido difundiendo como ‘mágicas’ una serie de, esas sí, ocurrencias fundadas, según la escuela subliminal, en el miedo, el temor y la mentira.

         Preocupa que se desconozca el principio de que el pueblo es origen y destino, preocupa el nivel de reflexión de una oposición que cada vez más encuentra triunfos ante las derrotas y que cuando parece percibir que perdieron evade la responsabilidad de ser oposición por mandato popular y, hay que decirlo, de ser unos operadores políticos torpes que ante su rechazo al cambio se obstinan en no reconocer que el país dejó de ser el que alguna vez gobernaron para convertirse en la nación que los echó de Palacio Nacional.

         Recordemos que los gritones (manifestantes u opositores) de hoy, fueron los aplaudidores de ayer; es también de recordarse que los partido (sus dirigentes) políticos que se agruparon en una alianza opositora han decidido marginarse del nuevo pacto social que se está construyendo a través del actual gobierno y por tanto han perdido el sentido de ubicación.

         No existe conciencia en esta oposición al vapor de que muchos militantes de base –aún sin pertenecer a Morena-, se están movilizando, ya no en favor de un presidente o un líder, sino de una causa: la justicia social.

         Cómo podemos avanzar hacia la democracia si ni siquiera se puede avalar que el juego electoral se lleve a cabo con las personas que elija el pueblo y no por quienes, en diversos momentos de nuestra historia fueron nuestros verdugos.

         Esta crisis que está viviendo la oposición se expresa esencialmente en el quebrantamiento de principios fundacionales de partidos y organizaciones políticas que  esbozaron en algún momento una lucha contra el capitalismo e, incluso, propugnaban el socialismo, y que, una vez en los gobiernos neoliberales, entraron en procesos de contemporización y aun de colaboración abierta con los dictados neoliberales y los poderes fácticos, y provocaron un alejamiento o franca ruptura con los movimientos de masas de la sociedad civil.

         Para finalizar con esta pequeña disquisición es triste despedirnos con una pequeña frase que dibuja de cuerpo entero a lo que hoy es la oposición: “Los partidarios al odio no perdonan que se les prive de una sola dosis”. Es triste el papel que la oposición nacional está jugando en este proceso electoral.

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JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Jesús Alvarez del Toro, licenciado en Historia. Director del Museo de Zamora, Cronista de la ciudad de Zamora.

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