Jesús Álvarez del Toro // UNA LECCIÓN PARA NO OLVIDAR

         Hoy, que las autoridades norteamericanas han endurecido su política migratoria ante la avalancha de solicitudes de asilo de miles de personas de centro y sur América, más el Caribe; junto a los miles de paisanos mexicanos que cotidianamente desean brincar la línea fronteriza, se ha generado un grave problema.

         Evidentemente que la actitud de los norteamericanos no es nada novedosa en la política estadounidense y sobre todo en lo que insistió respecto a nuestro país y respecto de los mexicanos que, expulsados de su propia patria salieron en búsqueda de un proyecto  laboral que les permitiera allegarse recursos para aspirar a una vida mejor, sacrificando la unión y relación familiar.

         Muchos legalizaron su estancia en el vecino país y otros continúan como ilegales, interesándonos ambos, puesto que con el producto de su trabajo han sostenido, en buena medida, la economía del país; gracias a la cantidad de remesas que envían a los familiares que se quedaron en el terruño, han venido convirtiéndose en dínamos de la economía nacional.

         Vale la pena recordar lo que ya acontecía hace poco más de un siglo con los migrantes de aquellos tiempos, donde algunos zamoranos ya se habían lanzado a la aventura de transitar hacia los Estados Unidos con la esperanza de encontrar un trabajo que les permitiera satisfacer de mejor manera las condiciones en que se encontraban.

         Una circular de la Secretaría de Gobernación, dirigida a la prefectura de Zamora, es muestra contundente de las condiciones que enfrentaban los migrantes por los años de 1913 y 1914 de ésta parte de la geografía michoacana:

“Al ciudadano Presidente Municipal. Presente.

         La Secretaría de Gobierno en circular número 29 de 13 del actual, dice a esta Prefectura lo que copio.-

         “El señor Cónsul de México en Galveston, Estados Unidos de América, ha dirigido una nota a la Secretaría de Relaciones Exteriores, comunicándole que muchos mexicanos van a aquella Nación en busca de trabajo, guardan malas condiciones y sufren grandes penalidades, debidos a la mala voluntad que los norteamericanos tienen a nuestros nacionales, quienes, según asegura el mencionado Cónsul, son explotados por hombres sin conciencia aprovechándose de la ignorancia de los mismos mexicanos, lo que no les permite adquirir el idioma inglés y hace que su defensa en cualquier asunto que se les presente, sea muy difícil y casi siempre son las víctimas de las autoridades de aquel país. Los cuales los condenan a penas severas, aun por faltas de poca importancia; y con tal virtud, propone el referido Cónsul que se dicten medidas encaminadas a impedir, o cuando menos a restringir, la emigración de mexicanos a los Estados Unidos, haciéndoles presentes las dificultades de que se hizo mérito.­­­— Atento lo expuesto, el C. Gobernador ha tenido a bien acordar, que, al darse conocimiento a esa Prefectura de la nota citada, se le recomiende, como lo hago, que al dirigirse a los Ayuntamientos del Distrito con este motivo, les haga presente la necesidad de que, en cuanto esté de su parte, influyan en el ánimo de los vecinos de sus respectivos Municipios, para disuadirlos del propósito que algunos pudieran tener de emigrar a los Estados Unidos, en busca de trabajo, dándoles a conocer los inconvenientes que existen para ir a prestar servicios a un país extraño, en donde, por la mala voluntad que se tiene a todo lo que es mexicano y por hablarse un idioma extraño, que no poseen nuestros nacionales tienen que sufrir las penalidades que menciona el expresado Cónsul; y que por tanto, y en su propio bien, deben abstenerse de salir del territorio nacional, en espera de que mejore nuestra situación, para lo cual hace esfuerzos el actual Gobierno de la República”.

         Que transcribo a usted recomendándole se sirva secundar en cuanto fuere posible la idea a que se refiere la disposición inserta; acusando recibo de la presente circular.-

Libertad y Constitución. Enero, 20 de Octubre de 1913.

El Prefecto Benjamín Barragán (rúbrica)” (AMZ. Ramo: Justicia. Años de 1913-1914. Expediente 36. Caja 68)

El anterior documento viene acompañado de una carta del Sr. P.U. Polanco de Dallas, Texas, con domicilio en House Wilson # 602. Karmer Bros. R.R. Contractor. Dallas Texas, en el cual solicita el auxilio de la presidencia para avisar públicamente de la muerte de Gustavo Torres, quien “Según él me decía tiene familia padres y hermanos en Zamora y que era muy conocido en esta ciudad” La carta está fechada el 16 de febrero de 1914.

         Un hermano del fallecido, Jesús Torres, escribe desde la Ciudad de México, solicitando la veracidad de dicha carta al presidente municipal de Zamora y anexa su domicilio: primera de la mosqueta, número 18, interior 3.

         Por su parte el Presidente Municipal contesta el 13 de marzo de 1914 al ciudadano Polanco y le dice ya haber publicado la muerte de Gustavo Torres en el periódico “VERDAD Y JUSTICIA”.

         Así podemos afirmar que las condiciones a que se han enfrentado los migrantes regularmente han sido difíciles y más aún, cuando tienen que enfrentar sistemáticamente el racismo que ha caracterizado a varios de los presidentes norteamericanos.

         Hoy, creemos que los miles de zamoranos que han creado emporios habitacionales en los estados de California y en Chicago, tanto en Illinois como Indiana, verán obstaculizada la esperanza de mejorar la condición de seguridad y trabajo que deberían buscar las autoridades de los tres niveles de gobierno.

         Recordemos que la historia alienta no olvidar los acontecimientos de los cuales podemos y debemos obtener lecciones de dignidad y valor para enfrentar lo que ya de suyo puede convertirse en el peor momento a que se hayan enfrentado nuestros migrantes.

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JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Jesús Alvarez del Toro, licenciado en Historia. Director del Museo de Zamora, Cronista de la ciudad de Zamora.

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