Estados Unidos, Rusia y China son los principales vendedores de armamento en la región, pero otros actores, como Irán y Bielorrusia, han entrado en el juego
San José.— El negocio del suministro general de armas, aviones y buques de guerra y demás equipo bélico a América Latina y el Caribe por venta o donación exhibió en 2023 y 2024 la intensa competencia de influyentes actores de la política mundial, de Estados Unidos a Rusia y China y de Francia, Irán, Bielorrusia, Dinamarca a Países Bajos, Israel, Taiwán y Australia.
El (no estatal) Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI por sus siglas en inglés) precisó que las importaciones de armas de los gobiernos latinoamericanos y caribeños y de guerrillas comunistas y anticomunistas y otras fuerzas irregulares desde proveedores de América, Europa, Asia y Oceanía sumaron 103 mil 700 millones de dólares de 1950 a 2023.
En una zona con 35% de pobreza en sus 661 millones de habitantes, las compras alcanzaron 341 millones de dólares en 2023, con presupuestos castrenses de 21 de los 33 países latinoamericanos y caribeños de 59 mil 323,3 millones de dólares en ese año, reveló. El gasto militar del área superó los dos billones 8 mil 511 millones de dólares de 1949 a 2023, reportó.
“Las nuevas compras son un juego global de conexiones”, afirmó el politólogo ecuatoriano Diego Pérez, decano de la Escuela de Seguridad y Defensa del (estatal) Instituto de Altos Estudios Nacionales, de Quito.
“Este equipamiento tiene una conexión clara y definitiva. Lo compran [básicamente] a EU, Rusia y China y marcan una nueva vinculación estratégica (con esas tres naciones) para que les generen apoyo y poder competir por un rol regional”, dijo Pérez a EL UNIVERSAL.
“Cuando nuestros países empiezan a comprar equipamiento [militar], como aviones cazas [que adquirió Argentina] que presionan a otros países, revelan su deseo de jugar en geopolítica global o la necesidad de protección mayor ante eventuales conflictos”, argumentó.
Mientras que la mayoría de ejércitos del área se armó en el siglo XXI con el alegato de combatir a las guerrillas comunistas, la zona arrastró al XXI la amenaza del narcotráfico y el resto de la delincuencia organizada.
La vía de militarizar la seguridad pública fracasó en México, Centroamérica o Colombia y el narcotráfico se asentó en esas naciones. En ámbitos políticos interamericanos se clamó por reforzar los aparatos policiales, judiciales y de inteligencia y desistir de armar a los ejércitos con equipos que son para la defensa más que para atacar al crimen organizado.
“El aumento de los gastos militares en América Latina y el Caribe es, lamentablemente, un dato que se repite los últimos 20 años”, recordó el sociólogo, politólogo y relacionista internacional boliviano Franco Gamboa, catedrático para Bolivia de Fulbright, programa internacional estudiantil y cultural de EU.
“Sobresale la necesidad de combatir el narcotráfico en algunos países y, en otros, se argumenta que las fuerzas armadas requieren estar a la altura de cualquier amenaza a la guerra contra el terrorismo mundial y el compromiso con la seguridad del Estado en un entorno globalizado, siempre amenazante”, describió Gamboa a este diario.
“En el caso de Bolivia, la compra de material bélico a Irán responde a una política exterior antimperialista, únicamente para desafiar y afectar la tradicional hegemonía de EU en el hemisferio. Mantener contentos a los militares (bolivianos) otorgaría, aparentemente, un signo adicional de estabilidad política”, puntualizó.
Bazar de armas
Los recuentos oficiales de compras de armas mostraron las transacciones de Bolivia, Nicaragua, Cuba, Venezuela, Argentina, El Salvador y Ecuador, entre otros.
Irán acordó en 2023 con Bolivia aportarle “material militar” y entrenamiento de personal. El Instituto de Estudios para la Guerra de Irán aportará drones, tecnología avanzada y cooperación en ciencia, defensa y seguridad a Bolivia.
Bielorrusia pactó este año con Nicaragua entregar “suministros y equipos” al ejército nicaragüense.
En noviembre de 2023 y basada en medios bielorrusos, la agencia española de noticias EFE reveló que Cuba buscó que Bielorrusia le dotara de lanzaderas de misiles Polonez, de fabricación bielorrusa y con 300 kilómetros de alcance.
No se logró confirmación independiente de ese dato, que trascendió en una ronda de negociaciones entre jerarcas castrenses de ambos gobiernos en La Habana para firmar un acuerdo de cooperación militar. Bielorrusia confirmó en mayo de 2023 el adiestramiento de soldados cubanos en bases bielorrusas.
Cuba, Nicaragua, Venezuela y Bolivia se afianzaron en el siglo XXI como los principales clientes regionales de Rusia en provisiones militares. Rusia continuó en 2023 con la instalación de un reactor nuclear en Bolivia y aseguró que tendrá uso científico y tecnológico.
Nicaragua rompió lazos diplomáticos en 2021 con Taiwán y los restableció con China. Sin los donativos taiwaneses a sus fuerzas militares, Managua recurrió a Bielorrusia.
China desbancó en 2010 a Rusia como mayor proveedor de armas de Venezuela. De 2005 a 2021, Beijing recibió 49 contratos de Caracas y Moscú obtuvo 39 y la mayoría hasta hace unos 12 años, con sólo tres de 2013 a 2016.
China y Argentina acordaron en 2014 construir una base china en el suroccidente argentino y se temió por su uso militar. China garantizó su exclusivo uso científico y civil.
EU aceptó en 2024 enviar ayuda militar a Ecuador para la seguridad pública.
Argentina pagó 650 millones de dólares a Dinamarca el mes pasado por 24 aviones de guerra F-16 Figh- ting Falcon y sus sistemas de armas, como misiles y bombas guiadas, todo de manufactura estadounidense.
Argentina anunció en abril de este año que pedirá convertirse en socio global de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Las maniobras Buenos Aires–Washington serían contrapeso a las de La Paz-Moscú en Bolivia, vecina por el norte con Argentina.
Brasil, en 2019, y Argentina, en 1998, ascendieron a aliados importantes extra–OTAN. Colombia, que se transformó en 2018 en el único país de América Latina y el Caribe como socio global de la OTAN sin ser miembro pleno, rompió este mes relaciones diplomáticas con Israel por la guerra israelí contra Palestina y la denunció como genocidio.
La decisión repercutirá en más de 73 años de estrechos nexos castrenses de Bogotá y Tel Aviv. Israel canceló el envío de equipos, repuestos, partes y accesorios a las Fuerzas Militares (aérea, marítima y terrestre) de Colombia.
El lazo con Israel se convirtió en crucial para Colombia que, con 503 millones de dólares, se afianzó como segundo principal comprador de pertrechos militares israelíes de 1950 a 2022, después de Chile, con 658 millones de dólares, según SIPRI.
Sin precisar montos, El Salvador ostentó en 2023 las compras de armas sofisticadas a EU, Francia y Australia para fuerzas militares y policiales. SIPRI confirmó que Países Bajos entregó buques de transporte a Jamaica en 2020.
En el listado de SIPRI sobre negocios de armas de 2023 también aparecieron importaciones de Uruguay, Brasil, Perú y República Dominicana.