Sacerdote y hermanas cuidan a desplazados internos y desnutridos en medio de una ‘destrucción inimaginable’ en Sudán

Un sacerdote está ayudando a las Hermanas a cuidar a refugiados internos hambrientos y traumatizados que han huido de sus hogares debido a la guerra civil en curso en Sudán.

 (ZENIT Noticias / Jartum, 12.06.2024).- El padre Jacob Thelekkadan está ayudando a las Hermanas Salesianas locales a cuidar a unos 80 desplazados internos que se refugian en la residencia de las Hermanas Dar Mariam en Shajara, a cuatro millas de Jartum, la capital de Sudán.

El padre Jacob dijo a la organización benéfica católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) que la zona ha sido devastada por una “trágica y desafortunada guerra” que estalló en abril de 2023 y que ha provocado “un desplazamiento masivo de personas, numerosas víctimas y una destrucción lamentable e inimaginable”.

El padre Thelekkadan, director del Centro de Formación Profesional St Joseph en Jartum, dijo que los combates han causado “traumas psicológicos y físicos”, así como “miedo, hambre, sed, soledad y enfermedad en los corazones y las vidas de las personas” en la región.

El sacerdote salesiano, nacido en India, añadió que todos están “desnutridos y débiles”, especialmente los niños, pero él y las hermanas están haciendo todo lo posible para proporcionar alimentos, aunque sean escasos.

Explicó: “Nuestra comida diaria son gachas de harina o lentejas, o kisra, una especie de panqueque hecho de sorgo [un grano local de la región], sin disponibilidad de ninguna verdura, incluidas cebollas y patatas, sin ningún tipo de alimento, fruta, sin carne ni huevos”.

El sacerdote dijo que cada vez es más difícil obtener combustible para el generador, esencial para suministrar electricidad y hacer funcionar la bomba de agua. Agregó que, aunque las temperaturas pueden superar los 43°C (110°F), solo tienen acceso al agua dos horas al día. Destacó que Dar Mariam se ha visto a menudo atrapado en el fuego cruzado y que las bombas han explotado en el edificio al menos en tres ocasiones, destruyendo habitaciones e hiriendo a las personas que se encontraban dentro.

El padre Thelekkadan dijo que todos los residentes se limitaron a la casa debido a la constante amenaza de disparos de francotiradores y bombardeos, pero algunos voluntarios ocasionalmente se aventuran a salir a recoger leña.

Añadió que muchos desplazados internos han fortalecido su relación con Dios en medio de la destrucción, lo que “ha traído una atmósfera serena y pacífica… Participan diariamente en la Eucaristía de la mañana, el servicio del Rosario y la adoración de media hora al Santísimo Sacramento con el rezo de la Coronilla a la Divina Misericordia por la tarde”.

El padre Thelekkadan destacó: “Aunque hay sufrimiento en muchos aspectos, en Dar Mariam reina una atmósfera de paz, alegría, contentamiento y jovialidad”. Y concluyó: “Dios Todopoderoso, un millón de gracias por lo que eres para nosotros en Dar Mariam.

“¡Que tu voluntad y tu gloria prevalezcan siempre!”.


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