Jesús Alvarez del Toro // UN PEQUEÑO RECUERDO DE FRAY MANUEL NAVARRETE EN EL 215 ANIVERSARIO DE SU FALLECIMIENTO.

         Fray Manuel Navarrete Ochoa nació en en la villa de Zamora el diez y ocho de junio de mil setecientos sesenta y ocho. A los diecinueve años decidió consagrarse a la Iglesia, y marchó a Querétaro,  para ingresar al Convento Franciscano de San Pedro y San Pablo, donde tomó el hábito franciscano el 6 de agosto de ese mismo año de 1787 y profesó el 7 de agosto de 1788 juntamente con su amigo Fray Vicente Victoria, el Fileno a quien dedica algunos de sus poemas Hizo allí el noviciado: pasó al Convento de recolección del Pueblito, donde perfeccionó sus estudios de latín, Aunque en este lugar enfermó de pleuresía y su salud quedó muy quebrantada, terminó sus estudios y de ahí pasó al Convento de Celaya a cursar tres años de filosofía, junto con su amigo Victoria. En Celaya escribió sus primeros versos, y, según parece, hizo muchas lecturas literarias y filosóficas. Se cita el hecho de que se dedicara, en unión de su amigo Fray Victoriano Borja, a la lectura de Laurentio Altieri, que sin duda pasaba en México por innovador en filosofía.

«Öleo de Fray Manuel Naraette, realizado por el maestro Arturo Hernández R»

Cuando decidió consagrarse a la Iglesia y marchó a Querétaro, para ingresar al Convento Franciscano de San Pedro y San Pablo, donde tomó el hábito franciscano el 6 de agosto de ese mismo año de 1787 y profesó el 7 de agosto de 1788 juntamente con su amigo Fray Vicente Victoria, el Fileno a quien dedica algunos de sus poemas. El acta de profesión de este solemne momento dice: Fr. José Manuel Navarrete, de 16 años cumplidos. (al margen izquierdo). En siete días del mes de agosto de mil setecientos ochenta y ocho años, yo, Fr. José Quevedo, Lector jubilado y Guardían de este convento de N. P. S. Francisco de Querétaro, junta la Comunidad en el coro a son de campana, admití a la profesión de nuestro santo Instituto para fraile del coro al hermano Fr. José Manuel Navarrete, hijo legítimo de don Juan María Navarrete y de doña María Teresa Ochoa y Abadiano, vecinos de la Villa de Zamora, donde nació; cuya profesión hizo el dicho en mis manos en presencia de los RR. PP. Discretos y toda la comunidad, entre las diez y once de la mañana, habiendo precedido lo que disponen nuestras sagradas Constituciones de ser examinado en la doctrina cristiana, y preceptos de nuestra santa Regla, y demás obligaciones religiosas. Y para que conste haberse obligado libre y espontáneamente, lo firmó conmigo, y los RR. PP. Discretos, y el P. Fr. Juan de Ortega, actual Maestro de novicios, en este sobredicho convento dicho día, mes y año, ut supra.

Fray José Quevedo; Fr. Pablo Sánchez; Fr. Antonio Pío Gaona; Fr. Antonio Perusquía; Fr. José María Carranza; Fr. Juan de Ortega y la firma del profesante; José Manuel Navarrete. (Restos de un Libro de Actas de Profesiones de los Religiosos de la Provincia de Michoacán. (L. Serie A; N° 11) fol. 135 r). (AMZ. Fondo: Gobernación. Exp. 162. Caja 62. Año 1905).

         Regresó a Querétaro a cursar teología; terminados sus estudios, obtuvo la cátedra de latinidad en el Convento grande, en este tiempo glosó en décimas el texto de Job. Pasó más tarde al Convento de Valladolid de Michoacán (hoy Morelia); luego, siendo ya sacerdote, estuvo como predicador en Rioverde y Silao (hacia 1805); fue nombrado, por fin, cura párroco de San Antonio de Tula (1807), donde le conoció Feliciano Marín, Obispo de Nuevo León. Quizás este prelado influyó en su posterior promoción a guardián del Convento de Tlalpujahua (1808). Y al él le dedicó la “Oda sáfiro-adónica”.

         Comenzó a publicar sus versos en el Diario de México, en 1806, sin firma o con las iniciales N. o F.M.N. Adquirió pronto renombre en todo el país; la Arcadia de México, reconociendo en él al primer poeta de Nueva España, le nombró su Mayoral, y aun algunos de sus literatos residentes en la capital pensaron emprender su viaje por conocerle. No usó nombre de árcade, aunque en sus versos se llamaba Silvio, y Mariano Barazábal le llamó Nemoroso (Diario de México, 20 de marzo de 1808 y 28 de septiembre de 1809). Por error se le atribuye el nombre arcádico de Anfriso, que era precisamente el de Barazábal. Obtuvo, en 1809, un premio en el certamen abierto por la Universidad de México, en honor de Fernando VII; ya que el 21 de agosto de 1808, participó en el homenaje que se ofreció a Fernando VII como protesta por la invasión francesa de España, con un soneto al dicho Fernando VII. Y Finalmente, el mismo año de 1808, fue nombrado Guardián, superior, del convento  de Tlalpujahua, Mich.

         Joven aún, murió en Tlalpujahua el 19 de julio de 1809. Fue, según se cuenta, hombre sencillo y amable, modesto y tímido, aunque de buen porte y tipo europeo. Dícese que, poco antes de morir, destruyó algunas comedias y poesías inéditas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Deja un comentario

JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Jesús Alvarez del Toro, licenciado en Historia. Director del Museo de Zamora, Cronista de la ciudad de Zamora.

Gracias por visitarnos