En El Video del Papa de julio, Papa Francisco eleva su oración para que el sacramento de la Unción de los Enfermos se convierta cada vez más en un “signo visible de compasión y de esperanza”. En el videomensaje el Papa insiste en que este “no es un sacramento sólo para quienes están a punto de morir” y aclara que “es uno de los ‘sacramentos de sanación’, de ‘curación’, que sana el espíritu”.
(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano).- La intención de oración de Francisco para este mes es por el cuidado pastoral de los enfermos. Y precisamente al sacramento de la Unción de los Enfermos está dedicado El Video del Papa, que acompaña sus palabras.
En el videomensaje, difundido a través de la Red Mundial de Oración del Papa, Francisco pide orar “para que el sacramento de la Unción de los Enfermos dé a las personas que lo reciben y a sus seres queridos la fuerza del Señor, y se convierta cada vez más para todos en un signo visible de compasión y de esperanza”.
El consuelo, motor de la esperanza
“Cuando el sacerdote se acerca a una persona para darle la Unción de los Enfermos, no está necesariamente ayudándole a despedirse de la vida. Pensar así es renunciar a toda esperanza. Es dar por sentado que después del cura llega el enterrador”, comenta Francisco al inicio del video.
Los sacramentos de la Iglesia son regalos, las formas en las que Jesús se hace presente para bendecir, animar, acompañar, consolar. La Iglesia cree y confiesa que el sacerdote viene a ayudar al administrar la Unción de los Enfermos, un sacramento que ofrece consuelo a los que padecen una enfermedad y a sus seres queridos.
Un sacramento de dimensión comunitaria
La invitación del Papa Francisco a la oración de toda la Iglesia es un modo de visibilizar que la Unción de los Enfermos es un sacramento de naturaleza comunitaria y relacional.
“En el momento del dolor y de la enfermedad no estamos solos: el sacerdote y quienes están presentes durante la Unción de los enfermos representan, en efecto, a toda la comunidad cristiana que, como un único cuerpo nos reúne alrededor de quien sufre y de los familiares, alimentando en ellos la fe y la esperanza, y sosteniéndolos con la oración y el calor fraterno”, afirmó el Papa ante miles de fieles en una audiencia general en febrero de 2014, dedicada a este sacramento.
La cercanía de Jesús
Este sacramento asegura la cercanía de Jesús al dolor de quien yace enfermo o anciano, el alivio de sus sufrimientos y el perdón de sus pecados, pero no es sinónimo de la recepción de un milagro de sanación del cuerpo ni de la muerte inminente.
La Unción de los Enfermos es, muchas veces, el sacramento olvidado, o menos reconocido, continuó el Papa. Sin embargo, “es Jesús mismo quien viene a aliviar al enfermo, a darle fuerza, a darle esperanza, a ayudarlo; y también para perdonar sus pecados. ¡Y esto es muy hermoso!”, de ahí su importancia pastoral.
Las imágenes que acompañan las palabras de Francisco -filmadas en dos diócesis estadounidenses: Allentown (Pensilvania) y Los Ángeles (California)- ponen de relieve precisamente los diferentes contextos en los que se puede administrar el sacramento. En el vídeo, realizado por un equipo de profesionales de la Arquidiócesis de Los Ángeles, se entrelazan dos historias aparentemente muy diferentes en edad y situación clínica del enfermo, pero unidas por la gracia del sacramento y el gran afecto de los seres queridos que se reúnen en torno al receptor.
La Unción de los Enfermos a la luz de los Evangelios
El Padre Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, destaca que, aunque muchos hayan redescubierto la profundidad del Sacramento de la Unción de los Enfermos, todavía se entiende a menudo como una forma de preparar a los enfermos para la muerte. “Esto es lo que dice Papa Francisco cuando recuerda que, cuando alguien está gravemente enfermo, queremos postergar siempre más el Sacramento de la Unción de los Enfermos, pues persiste la idea de que los sepultureros llegan después del sacerdote (Audiencia general del 26 de febrero de 2014). Por eso, Papa Francisco desea que este mes podamos redescubrir toda la profundidad y el verdadero sentido de este sacramento, no solo como una preparación para la muerte, sino como un sacramento que ofrece consuelo a los enfermos en tiempos de enfermedad grave, a sus seres queridos y fuerza a quienes los cuidan”.
La persona enferma no está sola; con el sacerdote y las personas presentes, es toda la comunidad cristiana que lo apoya con sus oraciones, nutriendo su fe y esperanza, y asegurándole, así como a su familia, que no están solos en su sufrimiento. Todos conocemos personas enfermas, recemos por ellas, y si consideramos que enfrentan una enfermedad grave, así como aquellos que son ancianos y están en declive, no dudemos en proponerles vivir este Sacramento de consolación y esperanza”, concluyó el Padre Fornos.