El día después

Alfonso Zárate

Aunque no sea ya el supremo mandatario de esa República mugrosa, el Poder sigue siendo mío, porque no lo he cedido, porque mía son de la primera a la última las piezas que lo componen y las herramientas que lo reparan. —Luis Spota. 

El primer día

En su obra El primer día, Luis Spota describe el cruel destino del ex presidente, cuando ha quedado atrás el ajetreo del poder y el tiempo corre muy lento, cuando transita desde la supremacía hasta convertirse en un ser vulnerable e indefenso objeto del canibalismo político. Sin embargo, este no parece ser el destino de López Obrador, simplemente porque a diferencia de sus antecesores conserva intactos los hilos del poder, porque el poder no ha dejado de ser suyo y porque él sigue siendo objeto de culto y reverencia para millones de mexicanos.

Por las tardes, ya en su refugio en Palenque, aburrido de escribir, caminar y descansar, encenderá la televisión y se asomará a algunos noticieros que ofrecerán un juicio crítico a su gobierno y exhibirán los patrimonios y la manera ostentosa de vivir de sus hijos, de sus parientes y de quienes supieron servirse de los cargos y de su cercanía. “Habladurías sin fundamento”, pensará, que no tienen otro objeto que dañar su reputación, ofenderlo.

La presidenta da instrucciones para que se le cuide y atienda, el problema es la discreción, porque seguramente los de Latinus o los de Mexicanos contra la corrupción estarán muy pendientes de constatar si en efecto el ex presidente vive solo, con sus propios recursos y no tiene a un médico de cabecera.

Sus críticos harán las cuentas que no salen, de lo que cuesta el impuesto predial de su finca, sus medicinas, las compras del mercado, el pago a los jornaleros y todo lo que supuestamente cubre con los recursos modestos de su pensión y con las regalías menguantes de sus libros.

Sin su presencia indisputada, los jefecitos de Morena empiezan a hacer de las suyas, a reñir los pequeños y grandes espacios de poder y negocios y no hay una figura capaz de meterlos al orden.

Algunas decisiones de la nueva presidenta lo sorprenden, lo desconciertan e irritan, ¿por qué le está entregando porciones de poder a quienes me traicionaron y me jugaron las contras?, ¿cómo que la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina están en guerra con las organizaciones criminales? “Regresarán las masacres de los días de Felipe Calderón García Luna”, concluye; ésa no es la Claudia que conoció a lo largo tres décadas. “Le voy a pedir a mi comadre que le mande una Rayuela, ¿o será mejor si la llamo por teléfono?, ¿llegó el momento en que empiece a ejercer mi derecho a disentir?”

En algún momento estará dispuesto a dejar un testimonio de sus turbaciones en una entrevista a profundidad con uno de sus fieles, las que se expresarán en un libro que quizás se llame —como el libro de Luis Suárez con el ex presidente Echeverría— “López Obrador rompe el silencio”.

Presidente de Grupo Consultor Interdisciplinario.

@alfonsozarate

(El Universal)

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Un viaje a través de la historia del periódico Guía.

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