Francisco Martínez // “PORQUE ASÍ ES LA DEMOCRACIA…”

         De ‘demos’ = pueblo y ‘cratos’ = autoridad, la palabra democracia expresa que el poder -y su ejercicio- pertenece al pueblo. No obstante, en la práctica y en la realidad, se trata de un concepto polivalente: países como Francia y Estados Unidos, acentúan el valor de la libertad; en tanto otros, entre los que se halla el nuestro, el acento lo colocan en las masas, ésas, las supuestamente conformadas por el ‘pueblo bueno y sabio’.

         Como se puede observar, los defensores de cualquier tipo de régimen, sostienen que el suyo es una democracia. Que así lo hacen dictadores: Ortega en Nicaragua, Kim Il Sung en Norcorea y, entre muchos otros, Maduro en Venezuela… así se reelijan ad infinitum, utilizando todo el poder y recursos del Estado. De modo que, en vez de ser un ‘gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo’, como aseverara Lincoln, lo que termina siendo es un régimen en favor de un grupo o partido político, utilizando como pretexto a un pueblo, al que se le manipula, se le maneja, se le seduce, se le compra o se le oprime.

         Porque democracia implica libertad e igualdad de oportunidades ante la ley. Sin igualdad, como la que no ocurre en una sociedad piramidal, no existe libertad. Tampoco, legitimidad. De hecho, lo que acaba de suceder en Venezuela, no fue un proceso democrático, sino una elección de Estado en la que éste cooptó a las instituciones. Además, cuando se quebranta la máxima “sufragio efectivo no reelección”, resulta perverso pretender que una reelección institucionalizada pueda calificarse como democracia.

         A la letra, la condición de Obrador para reconocer a Maduro: “si la autoridad electoral confirma esta tendencia, nosotros vamos a reconocer al gobierno electo por el pueblo de Venezuela porque así es la democracia”, pretende pasar por alto que la ‘autoridad electoral’ a la que se refiere, no es otra que una extensión de quien detenta el poder. De quien quiere engañar y engañarse fungiendo a fortiori como juez y parte. Lo que conduce a un mal entendido: tomar el proceso electoral, no como un hecho democrático efectivo, sino como una performance.

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FRANCISCO MARTÍNEZ GARCIÁN

Estudió Filosofía y Teología, en el Seminario Diocesano de Zamora, Historia en la Normal Superior Nueva Galicia de Guadalajara y fundador de la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán.

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