La nueva legislación, que recibió un respaldo contundente en la Rada Suprema con 265 votos a favor y apenas 29 en contra, otorga al gobierno ucraniano las facultades legales para investigar y prohibir las actividades de grupos religiosos que se considere tengan lazos demasiado estrechos con Rusia o que apoyen la agresión militar contra Ucrania.
(ZENIT Noticias / Kiev).- En un movimiento que subraya la creciente tensión entre Ucrania y Rusia, el parlamento ucraniano aprobó una ley que prohíbe la actividad de cualquier grupo religioso con vínculos a la Iglesia Ortodoxa Rusa o que respalde la invasión rusa de Ucrania. Esta decisión, tomada el 20 de agosto, ha generado un intenso debate, ya que muchos ven la medida como un golpe directo a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana (UOC), a pesar de sus repetidos esfuerzos por distanciarse de Moscú.
La nueva legislación, que recibió un respaldo contundente en la Rada Suprema con 265 votos a favor y apenas 29 en contra, otorga al gobierno ucraniano las facultades legales para investigar y prohibir las actividades de grupos religiosos que se considere tengan lazos demasiado estrechos con Rusia o que apoyen la agresión militar contra Ucrania. Aunque la UOC ha proclamado su independencia de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el gobierno ucraniano sostiene que la iglesia sigue estando canónicamente ligada a Moscú, cuyo patriarca, Kirill, ha justificado la invasión de Ucrania como una «guerra santa».
La aprobación de esta ley, que ahora espera la firma del presidente Volodymyr Zelenskyy, se da tras un largo proceso de revisiones y consultas. Zelenskyy, quien ha apoyado la medida desde su propuesta inicial, ha enfatizado que garantizar la independencia espiritual de Ucrania es un deber nacional. «Es nuestro deber común garantizar la independencia espiritual de Ucrania», declaró el presidente a principios de agosto.
La Iglesia Ortodoxa Ucraniana, que durante siglos ha mantenido una relación cercana con la Iglesia rusa, ha sido objeto de crecientes sospechas y acciones legales desde que comenzó la invasión rusa a gran escala en 2022. El Servicio de Seguridad de Ucrania ha investigado a más de 100 clérigos de la UOC por presuntos crímenes relacionados con la guerra, y ha presentado pruebas que incluyen rublos, pasaportes rusos y propaganda prorrusa encontradas en sus iglesias.
El proyecto de ley no solo se dirige contra la UOC, sino también contra cualquier organización religiosa que promueva la ideología del “mundo ruso” o que esté vinculada a un Estado que actúe de manera agresiva contra Ucrania. Robert Amsterdam, un abogado que representa a la UOC, ha calificado la legislación como una «violación grotesca de la libertad religiosa» y ha prometido llevar el caso a tribunales internacionales, incluidos los de las Naciones Unidas.
Esta ley también se inscribe en el marco de una lucha más amplia y profunda que va más allá del ámbito militar, tocando las raíces culturales y espirituales de la región. El concepto de un «mundo ruso», promovido por el presidente ruso Vladimir Putin, ha sido utilizado para justificar la invasión y mantener una influencia sobre Ucrania. Sin embargo, los ucranianos rechazan firmemente esta ideología, recordando que Kiev fue el centro espiritual de la región mucho antes del surgimiento de Moscú.
El Patriarca Kirill de Moscú, que ha respaldado abiertamente la invasión, ha caracterizado la guerra como una batalla metafísica contra Occidente, asegurando que Rusia está protegiendo un «espacio espiritual único» de la región. Esta postura ha llevado a una profunda división dentro de la comunidad ortodoxa, con la Iglesia Ortodoxa de Ucrania (OCU) separándose completamente de la influencia rusa en 2019, tras recibir el reconocimiento de independencia del Patriarca Ecuménico Bartolomé de Constantinopla.
A medida que la guerra continúa, las tensiones entre estas facciones religiosas no muestran signos de disminuir, y las nuevas leyes ucranianas probablemente intensificarán el debate sobre la libertad religiosa y la identidad nacional en un país que lucha por definir su futuro lejos de la sombra de Rusia.