Jean Meyer // ¿TO BE OR NOT TO BE?

Se trata de saber si el “Occidente colectivo”, concepto manejado por el presidente ruso, está o no está en guerra con Rusia. Todos juegan tramposamente con las palabras. Vladímir Putin, como no ha declarado la guerra a Ucrania, habla de “Operación Militar Especial”, como si estuviese limpiando su territorio del crimen organizado. Ni los Estados Unidos, ni la Unión Europea han declarado la guerra a Rusia, por lo tanto juran y perjuran que no están en guerra con ella. ¿Quién les cree a los de Moscú, Washington, París y Bruselas? El especialista constata que la guerra jurídica, formal, ya no existe –lo que permite no respetar las tradicionales reglas de la guerra–, empezando por la Convención de Ginebra. Existen puras guerras “híbridas” ( concepto lanzado por el jefe del estado Mayor ruso Guerassimov, en 2014, a la hora de la anexión de Crimea y del inicio de la guerra en el Donbas). Israel no ha declarado la guerra a Palestina, sino efectua una “operación militar especial”.

Sin embargo, la realidad se impone y las mentiras no funcionan. Rusia hace la guerra contra Ucrania y Occidente, por más que minimice su apoyo militar y financiero a Ucrania, está en guerra con Rusia. Incluso, puede que la tercera guerra mundial haya comenzado cuando uno analiza la visita oficial que el presidente Putin acaba de realizar a Corea del Norte para ratificar una “alianza estratégica total”.

¿“Cobeligerencia”? Palabra hipócrita que el presidente francés desintegró el pasado mes de mayo cuando dijo que no se podía excluir el envío de tropas a Ucrania y que Francia disponía, como Rusia, del arma nuclear. Los que acuñaron la palabra querían decir que, si bien había que ayudar a Ucrania, no se debía cruzar la línea roja que haría de los occidentales unos “cobeligerantes”, es decir, unos compañeros de Ucrania en la guerra contra Rusia. ¿Definición de la línea roja? Fluctuante, primero se prohibió dar armas ofensivas a los ucranianos, luego darles armamento pesado como los tanques; cuando de manera tardía y a cuentagotas empezaron a entregar los Abrams y Leopardos, se dijo que “aviones, nunca jamás”. Ahora prometen dar no muchos aviones en el transcurso del año. Nueva línea roja: esas armas no pueden usarse en territorio ruso, sino estrictamente para que los ucranianos luchen en Ucrania; esa última línea empieza a diluirse: se pueden emplear siempre y cuando se trate de defender a la ciudad de Kharkiv amenazada por la ofensiva rusa en mayo. Pero los “aliados” siguen haciéndose del rogar para entregar una seria defensa aérea tipo Patriot o Taurus. Un cuento de nunca acabar.

Todos los aliados, incluyendo Francia, siguen afirmando que no están en guerra con Rusia, que hay que evitar una escalada que podría llevar definitivamente a la tercera guerra mundial. Putin sabe que tienen miedo, cuando maneja periódicamente la amenaza nuclear. Y Putin tiene razón cada vez que afirma que el “Occidente global” está en guerra con Rusia. Albert Camus, en una fórmula famosa, dijo que “mal nombrar las cosas, aumenta la desgracia del mundo… hay que esforzarse en tener un lenguaje claro para no engordar la mentira universal”. En este asunto todos mienten, menos los ucranianos y sus verdaderos aliados polacos, baltos y finlandeses, los que tienen frontera común con Rusia y sienten el peligro.

Los mentirosos tienen razón en un solo sentido: los únicos en morir, y son muy numerosos, son los ucranianos y los rusos. No los aliados. Putin puede ironizar: los occidentales lucharán hasta el último ucraniano. El sofismo es el siguiente: como ningún soldado de la OTAN ha muerto en combate contra los rusos, la OTAN no está en guerra con Rusia. ¿Por qué? Porque de correr sangre occidental, no tardaría el apocalipsis nuclear: lo que había que demostrar queda demostrado. A pesar de todas las contorsiones semánticas, la tercera guerra mundial ha empezado y podemos especificar los numeros países implicados tanto en el “Occidente global” que incluye a Japón y Corea del Sur, como en el “Gran Sur” que incluye a Irán, Corea del Norte, China…

Historiador en el CIDE

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JEAN MEYER

Dr. Jean Meyer. Francés nacionalizado mexicano. Historiador. Licenciado en grado de doctor por la Universidad de la Sorbona. Profesor e investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) donde además fundó y dirigió la División de Historia.

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