Respuesta del Padre Edward McNamara, Legionario de Cristo, profesor de liturgia y teología sacramental y director del Instituto Sacerdos de la Universidad Pontificia Regina Apostolorum.
(ZENIT Noticias / Roma).- Respuesta del Padre Edward McNamara, Legionario de Cristo, profesor de liturgia y teología sacramental y director del Instituto Sacerdos de la Universidad Pontificia Regina Apostolorum. ***
Pregunta: Durante una Hora Santa sin sacerdote y sin director de canto, ¿se puede utilizar una grabación del Tantum Ergo y del O Salutaris Hostia para ayudar a la congregación a cantar? ¿Puede ser esto una excepción a la regla? — R.C., Hayesville, Carolina del Norte
Respuesta: Creo que nuestro lector se refiere a la prohibición general de utilizar música grabada durante la liturgia. Hemos escrito sobre esto en varias ocasiones, la última en octubre de 2022.
Podemos recordar sólo uno o dos de los documentos relevantes:
El documento de 2007 de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos «Cantad al Señor» dice:
«93. La música grabada carece de la autenticidad que proporciona una asamblea litúrgica viva reunida para la Sagrada Liturgia. Mientras que la música grabada podría ser utilizada ventajosamente fuera de la Liturgia como una ayuda en la enseñanza de nueva música, no debería, como norma general, ser utilizada dentro de la Liturgia.
«94. Hay que señalar algunas excepciones a este principio. La música grabada puede utilizarse para acompañar el canto de la comunidad durante una procesión al aire libre y, si se usa con cuidado, en las Misas con niños. Ocasionalmente, podría utilizarse como ayuda a la oración, por ejemplo, durante largos períodos de silencio en una celebración comunitaria de la reconciliación. Sin embargo, la música grabada nunca debe sustituir al canto de la comunidad».
Un documento similar de la conferencia episcopal canadiense se publicó en 2015, afirmando:
«33 La voz humana: La voz humana debe ocupar siempre un lugar primordial en la creación musical de la Iglesia. Por esta razón, la música grabada nunca debe reemplazar el canto de la asamblea, ni debe desplazar el ministerio de otros músicos. Sólo en casos de necesidad puede utilizarse música grabada en la liturgia con el fin de apoyar el canto de la asamblea».
Como vemos más arriba, aunque reafirmando las normas y principios básicos, «Cantad al Señor» permitiría algunas excepciones.
Cabe señalar que las excepciones mencionadas se refieren a situaciones mixtas en las que la celebración litúrgica propiamente dicha se intercala con elementos de piedad popular, como procesiones o servicios penitenciales comunitarios.
En este último ejemplo, el aspecto litúrgico del sacramento de la reconciliación se mezcla con elementos menos reglamentados, como el modo de celebrar un servicio penitencial comunitario que prepare a los fieles para la reconciliación y los comprometa en la oración mientras esperan su turno para confesarse.
Todos los documentos insisten en que la música grabada no debe sustituir al canto.
Dado que la adoración del Santísimo Sacramento podría incluirse entre las celebraciones en las que se mezclan elementos estrictamente litúrgicos, como la exposición y la bendición, con elementos menos regulados, como el canto, las reflexiones públicas y los períodos de silencio durante el tiempo de adoración, creo que podría haber margen para utilizar música grabada como apoyo al canto de la asamblea.
Dicho esto, sin embargo, yo desconfiaría de utilizar grabaciones de himnos como el Tantum Ergo, que son obras litúrgicas tradicionalmente asociadas a la Bendición. Puesto que se trata de una Hora Santa en ausencia de sacerdote, faltará este rito.
Creo que no hay ninguna dificultad en acompañar al ministro laico de la exposición con un himno de exposición tradicional como O Salutaris Hostia, pero sin utilizar música grabada. Lo mismo puede decirse de la reserva del Santísimo Sacramento, aunque el canto es menos necesario en este momento.
El lugar para un eventual uso de música grabada como apoyo al canto sería en diferentes momentos de la Hora Santa. Hay muchos himnos latinos y vernáculos que pueden cantarse para fomentar el fervor y la devoción eucarísticos.