Los terroristas cortaron primero las comunicaciones en la ciudad y luego atacaron el mercado local, donde la gente había acudido después de misa. Allí abrieron fuego indiscriminadamente e incendiaron varios edificios. Algunas víctimas fueron quemadas vivas
(ZENIT Noticias / Manni, Burkina Faso).- Entre el domingo 6 y el martes 8 de octubre de 2024, la ciudad de Manni, en la región oriental de Burkina Faso, fue testigo de una serie de atentados terroristas que, según fuentes locales contactadas por Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), se cobraron al menos 150 vidas. Entre ellos, miembros de la numerosa comunidad católica de la ciudad, así como musulmanes.
Los terroristas cortaron primero las comunicaciones en la ciudad y luego atacaron el mercado local, donde la gente había acudido después de misa. Allí abrieron fuego indiscriminadamente e incendiaron varios edificios. Algunas víctimas fueron quemadas vivas. Al día siguiente, los mismos grupos terroristas atacaron a los heridos y al personal médico que había intervenido para atenderlos. Por último, el tercer día de atentados, los atacantes se dirigieron exclusivamente contra los hombres de la ciudad, masacrando a los que encontraban por las calles. Muchas de las víctimas eran desplazados de pueblos ya golpeados por los terroristas en años anteriores.
En un mensaje del 9 de octubre, Mons. Pierre Claver Malgo, obispo de la diócesis de Fada N’Gourma, capital de la región, calificó el atentado de «barbarie» y expresó su «sincera compasión por todas las familias enlutadas».
En Burkina Faso, nación con más de dos millones de desplazados, se trata del segundo atentado de esta intensidad en poco tiempo: en agosto, un incidente similar en cuanto al número de víctimas confirmadas tuvo lugar en Barsalogho, en la región centro-norte, no lejos de Manni. Según la información recogida por ACS, desde entonces ha habido al menos 400 víctimas de atentados de grupos terroristas en todo el país. El aumento de este tipo de violencia está en el origen del deterioro de la seguridad en el país, uno de los «puntos calientes» del Sahel y de África en general en lo que respecta a las actividades de grupos terroristas e islamistas.
En respuesta a la escalada de violencia, Ayuda a la Iglesia Necesitada ha intensificado su ayuda de emergencia en Burkina Faso en los últimos años. Ante el inmenso sufrimiento y las considerables necesidades de la población burkinesa, en gran medida ignorada por la comunidad internacional, varias Secciones Nacionales de la Fundación Pontificia, entre ellas la italiana, han decidido dedicar su campaña de recaudación de fondos de Navidad también a este azotado país de África Occidental.