Se especifica que la Declaración se opone al acoso y la exclusión, pero deja claro que la verdad biológica y bíblica no está en discusión. En definitiva, se trata de una ayuda para quienes sufren cada vez más las consecuencias de la ideología de género
(ZENIT Noticias / Oslo).- El martes 15 de octubre 31 comunidades cristianas de Noruega, los obispos católicos del país entre ellos, han emitido una Declaración Ecuménica sobre Género y Diversidad Sexual basados en la biología y en la Biblia. Entre los firmantes se encuentra la Sociedad Misionera Luterana, Value Alliance y Foursquare Norway. Se especifica que la Declaración se opone al acoso y la exclusión, pero deja claro que la verdad biológica y bíblica no está en discusión. En definitiva, se trata de una ayuda para quienes sufren cada vez más las consecuencias de la ideología de género.
Ofrecemos a continuación la traducción al castellano de esta Declaración cuya versión original puede leerse aquí: https://www.felleskristen.no/.
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Declaración Cristiana Conjunta sobre Diversidad de género y sexualidad
Sobre la base de nuestra fe en la Biblia como Palabra de Dios, del reconocimiento de las realidades biológicas y por respeto a los derechos humanos de los niños afirmamos los siguientes principios:
Sobre la base de la Biblia
Dios es el Creador y el Fundamento que sostiene el universo. Él ha creado a los seres humanos como varón y mujer.
Todas las personas son creadas a imagen de Dios. Todas las personas son profundamente amadas por Él, tienen la misma dignidad humana inherente y son igualmente valiosas. El matrimonio es una institución divina inscrita en la ley natural.
El matrimonio une a un hombre y a una mujer. Fundada por Dios, confirmada por Cristo y los Apóstoles, la institución matrimonial ha sido reconocida por la Iglesia cristiana a lo largo de los siglos (cf. Génesis 1,26-28 y Mateo 19,4-6).
El matrimonio entre un hombre y una mujer constituye el marco bíblico para las relaciones sexuales. Otras formas de relación sexual, aún aquellas que son fieles y duraderas, representan una «diversidad» en contradicción con la teología bíblica de la creación y con la enseñanza moral de Jesús.
La doctrina y el ejemplo de Jesús nos enseñan que todo ser humano es nuestro prójimo, hermano o hermana. Más allá de las profundas discrepancias sobre cuestiones de fe y visión del mundo, en materia de ética y códigos morales, invitamos a todos al encuentro respetuoso, en un espíritu de amistad.
Sobre la base de la biología
Sólo hay dos sexos biológicos: femenino y masculino. El sexo de cada individuo se determina en el momento de la concepción.
Nuestro sexo viene determinado principalmente por el tamaño y la función de las células reproductoras. Las mujeres producen células reproductoras grandes (óvulos), los hombres producen células reproductoras pequeñas (espermatozoides).
Además de la importancia crucial de las células reproductoras, los cromosomas específicamente femeninos o masculinos (XX o XY) están presentes en casi todos los miles de miles de millones de células del organismo. La afirmación de que hay dos sexos biológicos, y no más, no queda invalidada por el hecho de que algunos niños nazcan con anomalías cromosómicas o por el hecho de que un número extremadamente pequeño de niños (en Noruega, entre 10 y 15 al año) nazcan con genitales poco definidos.
La idea de que el género es una categoría subjetiva y de que la «identidad de género» puede elegirse libremente en función de los sentimientos, con independencia del sexo biológico, se basa en la ideología. No tiene fundamento biológico ni científico.
Resulta extremadamente cuestionable enseñar a niños y jóvenes que hay «niños, niñas y otros géneros», que existe un «género interior», que pueden haber «nacido en el cuerpo equivocado» o que el género es «fluido». Esta forma de influencia puede generar confusión, inseguridad y toma de decisiones destructivas en muchos niños y jóvenes.
La relación de los hijos con su madre y su padre es biológicamente singular, divinamente ordenada y es el fundamento de la familia y de la sociedad.
Por respeto al niño
Los niños son un don de Dios. Ningún adulto tiene derecho a tener un hijo.
El ser humano nace del óvulo de una mujer y del espermatozoide de un hombre. Ni la madre ni el padre, ni la familia extendida de ambos, son superfluos o irrelevantes en la vida de un niño.
Es un derecho humano de todo niño, en la medida de lo posible, «conocer a sus padres y ser cuidado por ellos» (Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño, art. 7.1).
Privar a los niños de forma deliberada e intencional del derecho a conocer a su madre o padre biológicos, y a sus familias extendidas —por ejemplo, mediante la fecundación asistida o la maternidad subrogada— viola la voluntad de Dios para la creación además de los derechos de los niños.
Independientemente del modo en que hayan sido concebidos, todos los niños son igualmente valiosos, igualmente amados por Dios.
Los derechos de los niños y el interés superior del niño deben prevalecer sobre las expectativas y deseos de los adultos, tanto en la sociedad secular como en la Iglesia.
Valores fundamentales
Consideramos la Biblia como nuestra máxima autoridad en cuestiones de fe, doctrina y vida. Como iglesias, asambleas y organizaciones cristianas, y como individuos, asumimos las verdades, valores y convicciones expresados en esta declaración.
Queremos acercarnos a todos con respeto, para entablar una conversación razonable y amable, «diciendo la verdad con amor» (Efesios 4,15), sin concesiones sobre las verdades bíblicas, aun si estas entran en conflicto con presiones políticas o tendencias sociales.
Rechazamos, en cualquier ámbito, toda forma de intimidación y ostracismo, manipulación y coacción, acoso y odio, sabotaje y violencia.
Consideramos que gran parte del contenido de la ideología de género moderna, incluso el concepto mismo de «género y diversidad sexual», además de ser incompatible con nuestra fe, pensamiento y visión del mundo como cristianos, no tiene sustento en la medicina o la biología.
Defendemos una sociedad democrática, pluralista y abierta, en la que haya espacio para la diversidad de creencias, caracterizada por el respeto mutuo. La libertad de expresión y de conciencia, así como la libertad religiosa, son para nosotros valores centrales y esenciales de la convivencia.
Sostenemos que las autoridades y los organismos públicos exceden su mandato y atribuciones cuando intentan presionar a los ciudadanos y a las organizaciones para que se adapten a la «teoría queer» en temas de género, sexualidad y matrimonio. Tal activismo gubernamental viola la libertad religiosa y la libertad de conciencia, así como los derechos de los padres.
Los firmantes de esta declaración adherimos a la Declaración sobre el Matrimonio publicada en 2016 por 36 iglesias y confesiones noruegas. Nos sumamos así a cientos de millones de cristianos de casi todas las confesiones en todo el mundo.
Unas 30 comunidades eclesiales y confesiones noruegas son autoras de esta declaración. Puede encontrar una lista de los firmantes y conocer los materiales que amplían el contenido de esta declaración en el sitio web del proyecto www.Felleskristen.no.
Todos los firmantes de esta declaración apoyan la intención y el mensaje del documento. No obstante, son libres de expresar reservas sobre formulaciones específicas del texto.