El pasado primero de octubre, al menos en la forma, dio un giro la conducción del Gobierno de México. Por vez primera no sólo una mujer tomó las riendas del país, sino también una científica de izquierda. De origen lituano y nacida en la Ciudad de México el 24 de junio de 1962, Claudia Sheinbaum Pardo es hija de una familia judía secular formada por el ingeniero químico Carlos Sheinbaum Yoselevitz y la bióloga, Annie Pardo Cemo. Claudia cursó sus estudios universitarios en la UNAM en la Facultad de Ciencias. Se licenció en Física en 1989. Cinco años más tarde obtuvo su maestría, doctorándose un año después para luego pasar al Lawrence Berkeley Laboratory en California donde hizo numerosos trabajos de investigación científica. Actualmente es miembro del Sistema Nacional de Investigadores y de la Academia Mexicana de Ciencias.
Entre su producción académica: Decomposition analysis from demand services to material production: The case of CO2 emissions from steel produced for automobiles in Mexico (2016), The impact of energy en Science and technology in the framework of the sustainable development goals, World Journal of Science. pp. 50-61 (2016), Electricity sector reforms in four Latin-American countries and their impact on carbon dioxide emissions and renewable energy en Energy Policy. pp. 6755-6766 (2010) y Energy consumption and related CO2 emissions in five Latin American countries: Changes from 1990 to 2006 and perspectives en Energy. pp. 3629-3638 (2011). Y entre sus distinciones: Premio Anual de Investigación Académica, Premio Sor Juana Inés de la Cruz, Premio Joven Investigador de la UNAM en Innovación Tecnológica.
Llegó a la Presidencia luego de obtener el mayor número de votos registrado en la historia de México. En otras palabras y más allá de la forma, no le faltan credenciales para constituirse en todo un parteaguas en cuestiones de justicia y desarrollo para nuestra Patria. Veremos.
