Azerbaiyán es rico con sus 9 millones de habitantes y sus hidrocarburos; Armenia es pobre con sus 3 millones de habitantes ayudados por las remesas de una numerosa diáspora. Del 11 al 22 de noviembre, Bakú, la capital azerí alojará la 29° Conferencia anual de la ONU sobre el Clima: COP 29. Una paradoja si uno piensa que, como todos los Estados petroleros, Azerbaiyán contribuye poderosamente al cambio climático.
Resulta que, poco después de la definitiva derrota sufrida por los armenios del Alto Karabakh, en diciembre de 2023, los dirigentes de los dos países publicaron una declaración conjunta. Ellos son el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinian, sucesor del dirigente prorruso derrocado por un movimiento popular, y el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, segundo de la dinastía Aliyev que dirige el país desde 1969, cuando su padre, Haydar Aliyev fue nombrado secretario general de la república soviética por Leonid Brezhnev.
De manera sorprendente, vencido y vencedor proclamaron lo siguiente: “La República de Armenia y la República de Azerbaiyán comparten la idea que existe la oportunidad histórica de lograr la paz, tanto tiempo esperada en la región. Los dos países confirman de nuevo su intención de normalizar las relaciones y conseguir el tratado de paz sobre la base del respeto a los principios de soberanía e integridad territorial”. Varios gestos de buena voluntad acompañaban la declaración, entre los cuales destaco el apoyo dado por Armenia a la designación de Bakú como sede de la COP 29.
Diez meses después, el 11 de septiembre de 2024, el primer ministro armenio Nikol Pashinian inauguró la primera edición del “Diálogo de Ereván” con un llamado a la paz; presentó un plan intitulado “Encrucijada de Paz” para establecer conexiones y comunicaciones con Azerbaiyán y Turquía (“Dos Estados, una nación” dice el presidente turco Erdogan). Voluntariamente optimista, Nikol Pashinian sueña con “una cumbre internacional para pacificar el Cáucaso meridional y el mundo”; dice que el trabajo de delimitación de las fronteras entre los dos países avanzó, que está en marcha el proceso de una paz duradera, que Armenia está dispuesta a firmar un verdadero Tratado de Paz, que dialogan de manera constante para establecer relaciones diplomáticas…
El proyecto “Encrucijada de Paz” permitiría la conexión con Irán, el único vecino amigo de Armenia, conexión por carretera y por FFCC: las relaciones con Irán son vitales para Armenia desde que Turquía instauró un bloqueo total. Pashinian evoca un futuro de comunicaciones materiales con Turquía y, a través de Turquía, con Europa: FFCC, carreteras, cableado, gasoductos, líneas eléctricas “para mejorar las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán”. Garantiza la seguridad de las comunicaciones entre Nakhichiván, el enclave azerí en Armenia, y Azerbaiyán. Asegura que Armenia está lista para establecer varios puntos de control entre la frontera con Turquía y con Armenia para lograr el tránsito sin obstáculos.
Lo que no menciona el primer ministro armenio es que todavía no se ha realizado la liberación de todos los presos de guerra armenios, tampoco la de los dirigentes de la efímera república de Artsaj (nombre armenio del Alto Karabakh) que esperan en la cárcel un juicio político; no evoca la destrucción sistemática del patrimonio arquitectónico del Karabakh. Prudente, su gobierno no participa en las denuncias internacionales de los defensores del medio ambiente que no aceptan que Bakú sea la sede de la COP 29: Azerbaiyán hosting- The drug dealer presiding conference against drug. Los mismos denuncian el duro autoritarismo de un régimen con fachada democrática, donde la esposa del presidente, la señora Mehrilan Aliyeva, es la vice-presidenta…
Nagorno Karabakh, “el Jardín negro”, disputado y ahora perdido para los armenios, es sólo un recuerdo. Cuando uno lucha para conseguir una paz verdadera y duradera, no puede, no debe recordar que, a la hora de la victoria, el presidente azerí celebraba: “echando a los armenios como a perros”. La esperanza muere al final. ¡Ojalá y no muera!
Historiador en el CIDE