«Se abre una nueva era»: El discurso que Ifigenia Martínez no pronunció por temas de salud en toma de protesta de Sheinbaum

La legisladora morenista de 94 años de edad llegó a la sesión del Congreso General en silla de ruedas y con tanque de oxígeno

La presidenta de la Cámara de Diputados, Ifigenia Martínez, tenía listo un discurso durante la toma de protesta de Claudia Sheinbaum Pardo, que ya no dio presuntamente por motivos de salud.

La legisladora morenista de 94 años de edad llegó a la sesión del Congreso General en silla de ruedas y con tanque de oxígeno. Al término del acto, los empujones entre diputadas y diputados que querían fotografiarse con Sheinbaum Pardo provocaron que se le obstruyera el paso del oxígeno.

La propia Ifigenia alertó a la Presidenta quien volteó a ver y preguntó quién estaba pisando el tubo. Por ese motivo personal de Protección Civil retiró de urgencia a Ifigenia Martínez, quien tomó aire sin que se reportaran mayores contratiempos.

En el discurso, que ya tenía redactado y previamente fue distribuido a los medios de comunicación, Ifigenia afirmaría que con la histórica llegada de una mujer al Poder Ejecutivo, “se abre paso a una nueva era”.

«Su llegada a la Presidencia es la culminación de una lucha que hemos atravesado generaciones enteras de mujeres, quienes con valentía desafiamos los límites de nuestros tiempos. Hoy, junto con ella, llegamos todas y abrimos paso a una nueva era», se leía en el texto.

También destacaría las luchas de millones de mujeres, y afirmaría que esas peleas «han rendido fruto», pues ahora no solo tenemos una Presidenta, «sino que se vislumbra un presente donde las mujeres participemos en condiciones de igualdad en la construcción de futuros posibles y deseables para nuestra patria».

Ifigenia Martínez diría en su discurso que haber sido parte de la transmisión del Poder Ejecutivo y entregar la Banda Presidencial a la primera Presidenta fue uno de los mayores honores de su vida.

«Agradezco profundamente la confianza de mis compañeras y compañeros legisladores para desempeñar este acto simbólico, que representa no solo un punto de inflexión en la historia, sino también el triunfo de nuestros valores: igualdad, justicia y democracia. Hoy, las mujeres, junto a los hombres, estamos listas para continuar construyendo el país que soñamos. El de un México libre e igualitario», expondría.

Finalmente, diría que en México el liderazgo femenino dejará de ser la excepción, para convertirse en norma, y llamaría a todos los grupos parlamentarios a “tender puentes”.

«Desde esta soberanía, le decimos que no está sola. Que la lucha por la justicia y por la igualdad es de todas y de todos. Y que no descansaremos hasta lograr una democracia plena, donde no haya distinción de género, clase o condición. Que nuestras diferencias no nos dividan, sino que sean la fuente de propuestas y de soluciones compartidas a los distintos retos que enfrentamos. Hoy, más que nunca, necesitamos tender puentes entre todas las fuerzas políticas, dialogar sobre nuestras divergencias y construir, juntas y juntos, un país más justo y solidario. Es tiempo de altura de miras. Es tiempo de construir nuevos horizontes y realidades. Es tiempo de mujeres», concluye el discurso, que finalmente desechó para acortar la sesión donde se le vio cansada.

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