Un día antes de su partida, me traje de Editorial Morevalladolid el último volumen de la colección “Biblioteca del Clero Zamorano” que a iniciativa y bajo el patrocinio del Dr. Francisco Miranda Godínez, sacerdote zamorano, Cofundador del Colegio de Michoacán y Fundador del Centro de Estudios Históricos y del Centro de Estudios de las Tradiciones del mismo, comenzó a publicar de tres años para acá.
El padre Francisco nació en Yurécuaro, Michoacán, el cuatro de octubre de 1937. Cursó humanidades y filosofía en el Seminario Diocesano de Zamora. En la Universidad Gregoriana de Roma se licenció en Teología (1961) e Historia (1963). En esa misma Universidad obtuvo el grado de Doctor en Historia (1966) con su ya famosísima tesis sobre Vasco de Quiroga. Apasionado por la figura quiroguiana, prácticamente dedicó toda su vida a enaltecerla impartiendo conferencias magistrales en Ecuador, Brasil, Puerto Rico, Colombia, Venezuela y España. De hecho, se empeñó, hasta que lo convirtió en realidad, en publicar, dentro de la colección referida, el Catecismo de don Vasco.
Otras de sus pasiones y contribuciones fueron sus estudios sobre el documento más importante para la historia de los p’urhépecha: La Relación de Michoacán, de la que hizo no sólo dos ediciones, sino que participó en la magnífica edición de la Colección Thesaurus Americae, y, con ediciones palenque: Monumentos Literarios del Michoacán Prehispánico (2001). Con el Colegio de Michoacán dio a luz Dos Cultos Fundantes en cuya presentación me tocó participar como comentarista.
Bien ejercitado en el oficio de historiar, con amplias vivencias en las tierras p’urhépecha, convocó al Encuentro de Chilchota, punto de partida para la renovación e inculturación de la Pastoral Indígena en nuestra diócesis. Hombre apasionado, al ejemplo de prohombres como Agustín Magaña Méndez de quien publicó recientemente Kempis para nuestro Tiempo (2023) en la colección referida. Michoacán…
Hombres de esa talla, pocos y siempre indispensables.