El sacerdocio irlandés se enfrenta a un futuro precario en medio de una disminución de los números y de desafíos crecientes
(ZENIT Noticias / Dublín).- La Arquidiócesis de Dublín, que en su día fue un bastión del clero católico, se enfrenta a un pronóstico alarmante: se prevé que el número de sacerdotes se desplome en un 70% en las próximas dos décadas. Las tendencias recientes sugieren que este pronunciado descenso podría producirse incluso más rápido de lo previsto, lo que aumenta las preocupaciones sobre la sostenibilidad del ministerio clerical en la región.
Un legado de decadencia
Esta crisis, descrita en un reciente informe del Irish Times, tiene sus raíces en una tendencia que se viene produciendo desde hace décadas. Dublín, que en su día fue sede de seminarios prósperos como Clonliffe y All Hallows, junto con el seminario nacional todavía operativo de Maynooth, se enfrenta ahora a una cruda realidad: desde 2020 solo se han ordenado dos sacerdotes.
A nivel nacional, la situación es igualmente grave. Desde 1970, Irlanda ha visto una caída del 70% en el número de sacerdotes y religiosos, y el envejecimiento del clero se ha convertido en un problema acuciante. Sólo en los últimos tres años, más del 25% de los sacerdotes en Irlanda han fallecido, y la edad media de los que quedan ha superado los 70 años.
El padre Tim Hazelwood, de la Asociación de Sacerdotes Católicos, advierte que tales predicciones a menudo subestiman el ritmo del cambio. Reflexionando sobre la experiencia de los Hermanos Cristianos, señaló que las disminuciones proyectadas a lo largo de 20 años se hicieron realidad en sólo una década. «La gente está conmocionada», dijo, refiriéndose a las pérdidas cada vez más rápidas.
Clero sobrecargado y la tensión del ministerio
La disminución de los números ha dejado a los sacerdotes mayores a cargo de responsabilidades más pesadas. En las diócesis rurales, algunos sacerdotes tienen la tarea de servir hasta 12 iglesias, una carga que el padre Hazelwood describe como «injusta». La tensión es palpable incluso en entornos urbanos como Dublín, donde las presiones financieras agravan los desafíos. El último informe financiero diocesano advierte que las reservas para su brazo caritativo, Diocesan Support Services, podrían agotarse en 16 años.
La dependencia del clero internacional se ha convertido en un salvavidas crítico. Monseñor John Byrne, con sede en Portlaoise, Midlands, supervisa una parroquia apoyada por sacerdotes de Indonesia, Rumania, China y Brasil. Sin embargo, incluso esta ayuda internacional es insuficiente para abordar la creciente brecha en el liderazgo.
Laicos y adaptación
En respuesta a la escasez, las diócesis irlandesas están recurriendo cada vez más a la participación de los laicos. Se está capacitando a los laicos para dirigir liturgias funerarias, un papel tradicionalmente reservado a los sacerdotes. Este cambio señala una transformación más amplia en cómo la Iglesia imagina el ministerio en una época de escasez.
Los cambios no se limitan a Irlanda. En Inglaterra y Gales, las admisiones en los seminarios han fluctuado: en 2022, solo 16 hombres ingresaron a la formación, en comparación con los 20 del año anterior. A nivel mundial, las vocaciones están aumentando en África y Asia, pero este crecimiento no puede compensar la disminución en Europa y Oceanía.