Para mayor precisión, se trata de las motosierras Stihl y husqvarna del departamento de parques y jardines que, a la menor provocación, arremeten contra los árboles en Zamora.
El lamentable caso de fobia forestal urbana que ahora narramos tiene como centro el mango ubicado entre Camelinas, Progreso Nacional y Cosmos, uno de los mejores ejemplares del noroeste de la ciudad; árbol emblemático que había resistido los embates de vecinos (corte de corteza, aplicación de aceite quemado e incendios en su entorno inmediato).
Le llamo “hacha sanitaria” en memoria de aquella medida nacional aplicada entre 1947 y 1955 que costó la vida de un millón de animales infectados de fiebre aftosa (glosopeda). El 2 de abril de 1947 se estableció la Comisión México-Americana para la Erradicación de la Fiebre Aftosa, organismo que decidió una campaña de inspección, cuarentena y sacrificio de animales enfermos, conocida como “rifle sanitario” En esa campaña se eliminaron, en promedio 2 mil cabezas, de ganado bovino y porcino al día (Gobierno de México, Senasica).
El punto de partida fue el ingreso de 327 animales cebú importados del Brasil en mayo de 1946. Además de sacrificar al ganado y un poco tardío se procedió a aplicar 60 millones de vacunas entre 1948 y 1950. En 1955 se declaró controlada la fiebre aftosa.
El costo social del “rifle sanitario” es inmedible. Las reacciones de los pequeños campesinos ganaderos no siempre fueron pacíficas. En Senguio, Michoacán, fueron linchados el veterinario Augusto Juárez y siete militares, por un grupo de pobladores encabezados por Teodora Medina, reconocida heroína en esa región michoacana (La Jornada, 25-05-2022)
La Organización mundial para la salud animal precisa que la fiebre aftosa es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta a los animales de pezuña hendida o doble (bovinos, caprinos, porcinos y ovinos, entre otros) e impacta la producción de carne y leche. El organismo causante de la fiebre aftosa es un aftovirus de la familia Picornaviridae. Existen siete cepas (A, O, C, SAT1, SAT2, SAT3, Asia1), y para cada una se necesita una vacuna específica a fin de proporcionar la inmunidad de un animal vacunado. (OMSA, 2022).
Los bien pensados están felices porque, una vez que el gobierno de Estados Unidos “certificó” el control sanitario del ganado, se reabrió la exportación; los “mal pensados” no están contentos porque el “rifle sanitario” impactó de modo severo al pequeño ganadero, favoreció la concentración de la producción de carne y leche en las grandes empresas y facilitó el mercado de tractores y equipo automotriz en el país.
¿Cuántos errores y horrores se han cometido en México y en el municipio de Zamora bajo el pretexto -o razón- sanitario y la modernización?
Piensa mal y acertarás
Bueno, no siempre resulta, pero tratándose de acciones gubernamentales vinculadas al negocio inmobiliario, es necesario -casi indispensable- dudar de las motivaciones expresas.
El mango en cuestión ha estado en la mira (del rifle sanitario) de vecinos de Camelinas porque “echa muchas hojas; su sombra atrae jóvenes que dicen feas palabras y toman cerveza; en su copa y ramas anidan aves que defecan y ensucian la banqueta y porque Zamora es una ciudad no un rancho”.
Estamos ante un caso de extraordinaria celeridad de la autoridad municipal que autorizó la mutilación del mango; daños severos en sus ramas que propiciaran la infección de descortezadores de rama y fuste. De ese modo, más tarde justificaran el derribo porque el mango no resistirá tanta agresión y presentará tejidos aún más necrosados.
En menos de una semana la Dirección de Ecología y Protección Animal respondió a la solicitud de Alejandro Martínez Gowman ofreciendo un dictamen que justificó la mutilación del mango, no la atención a la salud deteriorada que merecía el árbol. El ciudadano Martínez Gowman presentó su solicitud el 24 de octubre; el día 28 la Dirección de Ecología procedió a elaborar el dictamen técnico 119/2024 y el primero de noviembre dicha dirección protectora de la flora y la fauna envió su dictamen a parques y jardines “para realizar los trabajos señalados en los mismos” (oficio DEPA 364/1-11-24 firmado por el Lic. Leonardo Alberto Meza Enriquez en delegación de facultades de la Lic. Haydee Alfaro Sánchez, Directora de Protección Animal y Ecología).
En ocho días fue resuelto el trámite.
Cortar la cabeza para curar la caspa
Con base en los criterios y procedimientos de la Dirección de Ecología y Protección Animal, si un individuo llega a su consultorio por una afección de Malassezia globosa (caspa) se optaría por cortar la cabeza, no por aplicarle alguna sustancia y/o cambiar de jabón en el baño diario.
¿Qué dice el dictamen? En resumen anota que el mango presenta varias fungosis (oidio; antracnosis – Colletotrichuro spp), necrosis apical bacteriana y mancha foliar. Además, “el tronco presenta cinchamiento -corte de tejidos de conducción- con el propósito de lograr su muerte”.
Un sesgo que no es un simple detalle: el dictamen escribe “árbol perenne que puede alcanzar los 45 metros de altura con una copa de 30 metros de diámetro”. La nota es poco prudente o está escrita adrede para suponer el riesgo que implica para el entorno un árbol casi cuatro veces más alto que su talla en ese momento.
El mango llegó a una altura levemente mayor que un poste de la CFE o de telefonía (8 metros) desde hace muchos años. Antes de que se construyera el Fraccionamiento Progreso Nacional (hace poco más de 30 años) el mango ya era un “señor mango”.
Es cierto que una ceiba puede crecer arriba de los 20 metros en Apatzingán o en las costas de Nayarit, pero no a 1560 metros de altura sobre el nivel del mar, no a una temperatura media de 20-22 grados, no con el grado de humedad de Zamora, no con la longitud solar de este valle. Tampoco las araucarias zamoranas alcanzarán la talla de sus colegas chilenas ni las majahuas serán como sus pares en Cuernavaca o Vallarta.
El dictamen recuerda lo anotado por el Reglamento Ambiental y de Protección del Patrimonio Natural: que “queda prohibido atentar contra la salud de los árboles mediante mutilación, poda excesiva o innecesaria, remoción de la corteza, envenenamiento, aplicación de químicos u otros agentes nocivos a la flora” (Dictamen 119-224, p. 3).
Y concluye: “Derivado de las condiciones fitosanitarias y de estabilidad de los árboles se AUTORIZA realizar la PODA DE SANEAMIENTO de un árbol de nombre mango común debiendo realizar la acción autorizada evitando daños a propiedades particulares y al patrimonio público”.
Así, con ese aval, personal que se parecía muchísisisimo al de parques y jardines, entre el jueves 7 y viernes 8 procedió a mutilar el mango.
¿Qué pensar del “hacha sanitaria” de la Dirección de Ecología y Protección Animal y Parques y Jardines?
La acción de los “tala montes urbanos” suscita muchas interrogantes: ¿Así procederán contra todo árbol que presente alguna fungosis o infección bacteriana allá en el jardín del Teco o en la calzada?
¿Por qué si identifican acciones humanas intencionales para matar el mango no proceden contra los posibles delincuentes?
Si el mango está afectado por hongos, ¿por qué no se le aplica un medicamento, un fungicida? ¿Los hongos empezaron a dañarlo ayer?
Y, es inevitable que surja la duda: la pronta atención para mutilar el mango se debe a la posición del ciudadano Alejandro Martínez Gowman, familiar del reconocido abogado Martínez Gowman, ex secretario del ayuntamiento, ex candidato a la alcaldía y hoy diputado local por el partido Verde?
Actualidad de las recomendaciones “sanitarias”
Sin ser el mismo caso, el “rifle sanitario” contra el ganado nos recuerda que en nombre de la sanidad se han cometido inumerables errores y horrores.
Zamora, Michoacán, 8 de noviembre de 2024