El retorno de Donald Trump a la Casa Blanca representa una amenaza enorme para México. Aunque la presidenta Claudia Sheinbaum haya intentado despresurizar el ambiente al llamar a los ciudadanos a “no preocuparse”, la realidad es que en su gabinete sí están temerosos de las acciones del político republicano.
El lunes expuse que en la Cancillería, que encabeza Juan Ramón de la Fuente; en la Secretaría de Economía, a cargo de Marcelo Ebrard; y la Secretaría de Hacienda, de Rogelio Ramírez de la O, elaboraron un mapa de riesgos y un borrador de posibles respuestas a las amenazas veladas de Trump, como los aranceles de 25% a productos mexicanos, el cierre de la frontera, la deportación masiva de inmigrantes o el combate con drones a los cárteles de la droga, entre otros.
En dicho análisis se toman por verdaderas las amenazas de Trump y los mecanismos de defensa del gobierno mexicano, tales como represalias comerciales, la cancelación de la cooperación en materia de seguridad, las alianzas con gobiernos latinoamericanos y las instancias internacionales.
Otra estrategia evalúa mecanismos de cabildeo mediante empresarios y enlaces diplomáticos con los funcionarios clave del gobierno de Trump; un rol similar al que jugó el excanciller Luis Videgaray con el yerno del expresidente, Jared Kushner. Esta es la opción más viable, pero a su vez la más difícil debido a que Sheinbaum quiere agotar primero todos los cauces institucionales.
Las reuniones recientes con empresarios estadounidenses, así como las que han tenido integrantes del gabinete de Sheinbaum con el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, y las llamadas privadas con funcionarios de gobierno de Joe Biden y con integrantes del equipo de Trump, son un primer paso, pero insuficiente para desactivar cualquier amenaza.
Los funcionarios mexicanos clave de la relación con Estados Unidos serán, en ese orden de importancia, el canciller Juan Ramón de la Fuente y el jefe de Unidad para América del Norte, Roberto Velasco, quien fue ratificado en su cargo. Éste último tiene una amplia relación con el excanciller y actual secretario de Economía, Marcelo Ebrard, quien también será imprescindible en las negociaciones, dada su experiencia con Trump y porque todas las amenazas tienen que ver con el TMEC, de manera que el subsecretario de Comercio Exterior, Luis Rosendo Gutiérrez, también será muy relevante en la estrategia mexicana.
Finalmente, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, quien igualmente tiene relación con el sector financiero de Estados Unidos y deberá combatir la incertidumbre y la volatilidad de la nueva era Trump con acciones de política económica y mensajes de certidumbre.
Por el lado de los empresarios, algunos también serán clave por su relación con Trump y su entorno, como el copresidente de TelevisaUnivision México, Bernardo Gómez; el dueño del fondo Fintech Advisory, David Martínez; Carlos Slim, inversionista de telecomunicaciones y bienes raíces en Estados Unidos; Rogelio Zambrano y Mauricio Doehner, de Cemex; Armando Garza Sada, de Grupo Alfa; Juan Domingo Beckmann, de Grupo Cuervo, quien posee departamentos en la Trump Tower de Nueva York; la familia Sulaimán, por su añeja relación con el multimillonario, entre otros.
Y del lado de los estadounidenses, el empresario más importante será el magnate Elon Musk, además del CEO de BlackRock, Larry Fink, quien tiene una estrecha relación y conocimiento de México, entre muchos más.
@MarioMal
(El Universal)