Petroleras bajan deuda pero Pemex la mantiene

En tanto que otras empresas lograron reducir sus pasivos sustancialmente entre 2019 y 2024, la mexicana permanece como la de mayor déficit, con un débito de 97 mmdd

Petróleos Mexicanos (Pemex) alargó su reinado como la empresa petrolera más endeudada en el sexenio pasado, con un pasivo de 97 mil 309 millones de dólares.

Al cierre del tercer trimestre de 2024, los compromisos financieros de la empresa que ahora dirige Víctor Rodríguez Padilla superan a los de compañías como Shell, Chevron, Equinor, Repsol, BP, Total, Exxon, e incluso los de otras empresas estatales como la brasileña Petrobras, la rusa Gazprom, Saudi Aramco o PetroChina, de acuerdo con sus reportes financieros.

“Pemex ha invertido en el sector de la refinación, donde los márgenes de ganancia son muy reducidos, y ha dejado de ser una empresa que apueste por la extracción de crudo, con plataforma de producción de 1.5 millones de barriles diarios, la menor en 45 años”, mencionó Gonzalo Monroy, director general de la consultora GMEC.

 “Esto, aunado a problemas operativos, de seguridad y las calificaciones de agencias, ha hecho que la empresa encuentre problemas para refinanciar, tener flujo de efectivo, y por esto la deuda sigue por los cielos”, añadió.

Si bien la deuda de Pemex en el sexenio pasado se redujo 8%, a 97 mil millones de dólares, hubo empresas como Petrobras, BP, PetroChina, Chevron y Total que en el mismo lapso redujeron sus pasivos en 69%, 45%, 34%, 33% y 19%, respectivamente, al beneficiarse del impacto de conflictos armados de los últimos años que impulsaron al alza los precios internacionales del crudo, así como también por mayor eficiencia en sus operaciones.

Problema añejo

Los retos por la abultada deuda de Pemex no son exclusivos del sexenio pasado. De hecho, Pemex se convirtió en la petrolera más endeudada en sexenios previos.

En el periodo de Felipe Calderón los pasivos pasaron de 46 mil millones en 2007 a 60 mil millones; con Enrique Peña llegaron a 105 mil millones de dólares en 2018.

Así, la empresa alcanzó el primer lugar entre sus pares internacionales entre 2012 y 2016, al superar a empresas como Petrobras y Petróleos de Venezuela (PDVSA), que ha dejado de hacer pública toda su información financiera.

Ramsés Pech, analista del sector energético por Caraiva y Asociados, explicó que es la más endeudada, pues ha sido usada por los gobiernos como caja chica.

“Unas veces para completar el gasto corriente del país, y en otras como recaudador de impuestos. Lo único que hacen es patear el bote, y sólo se refinancia con diferentes tasas de interés. Los últimos meses han ido al alza”, apuntó.

Esta situación fue reconocida por José Ángel Gurría en 2020, cuando era secretario de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

“¿Por qué es que Pemex tiene 100 mil millones de dólares de deuda? Porque le quitábamos como 70%, no de sus utilidades, no de lo que ganaba, sino de ingresos brutos que recibía. Le generábamos incluso una pérdida artificial a la empresa”, dijo entonces el también extitular de la Secretaría de Hacienda en el sexenio de Zedillo.

Negocios perdedores

Para Miriam Grunstein, académica del Centro México de Rice University, la situación de Pemex se agravó con la reforma energética, pues los gobiernos no se dedicaron a las actividades que dejaban valor, y en los últimos años apostó por la refinación, en el que pierde dinero.

López Obrador le dejó a Claudia Sheinbaum la confusión de generar valor y lucro. Esto puede agravar la condición financiera de la petrolera, porque puede apostar a actividades no rentables”, añadió.

En los hechos, Pemex deja de exportar crudo y, por lo tanto, de recibir recursos en efectivo, al tiempo que aumenta los niveles de refinación, generando más combustóleo y pérdidas. Lo anterior deja menos recursos al erario, mientras la empresa recibió apoyos del gobierno anterior por 1.1 billones de pesos y exenciones de impuestos.

Susana Cazorla, socia consultora de SICEnrgy, coincidió en que en el sexenio pasado la apuesta por la refinación dejó pérdidas cuantiosas, al aumentar los niveles de procesamiento en refinerías que no están configuradas para transformar el crudo pesado que Pemex extrae.

“De seguir así, y si no se hace un cambio de enfoque a actividades rentables, en 2030 vamos a tener peores niveles de deuda. Aún está la esperanza de que los funcionarios especializados en el sector puedan poner la situación técnica sobre los objetivos políticos”, dijo.

Las aportaciones del gobierno a Pemex en el sexenio anterior, por 1.1 billones de pesos, se destinaron al pago de deuda como a la construcción de la refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco, que ha costado 16 mil 800 millones de pesos, el doble de lo estimado al inicio.

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