Jesús Álvarez del Toro // RECORDANDO AL GENERAL FRANCISCO J. MÚGICA (UN ZAMORANO ADOPTIVO) EN EL 108 ANIVERSARIO DE LA CONSTITUCIÓN.


“LA POBLACIÓN DE DONDE SOY HIJO ES EMINENTEMENTE RICA Y PRÓSPERA EN SU AGRICULTURA, ES UN VALLE QUE NUNCA TIENE INVIERNO; ESTÁ EN COMPLETA Y PERPETUA PRIMAVERA: ES EL VALLE DE ZAMORA”. (Francisco J. Múgica).



De don Francisco podemos decir que es de todos conocido que Múgica nació en Tinguindín el 3 de septiembre de 1884, y que su preparación la adquirió como alumno externo del Seminario de Zamora, en el rectorado del Pbro. Leonardo Castellanos y expulsado del centro de estudios por el mismo señor Castellanos, que después sería el obispo de Tabasco; a su salida del seminario se inscribe como alumno en la Escuela de Artes y Oficios para estudiar telegrafía y posteriormente se dedica a laborar como receptor de rentas en algunos municipios de la región.

Al inicio de la Revolución, la familia Múgica Velázquez se traslada a la ciudad de México de donde el futuro legislador y general se daría de alta en el movimiento anunciado por Francisco I. Madero.

Ya como uno de los personajes más importantes del movimiento revolucionario, daría mucho de qué hablar: primero repartiendo tierras que habían sido usurpadas por los grandes terratenientes a las comunidades indígenas; ora como uno de los miembros más radicales del ‘socialismo’ de la Revolución Mexicana; ‘Jacobino trasnochado’ le llamarían los miembros del conservadurismo nacional y en nuestra ciudad sufre las de Caín por los escritos que publica en algunos medios locales como el ‘Demócrata Zamorano’.

Sabemos de las intervenciones que tuvo en el Congreso Constituyente de 1917, sobre todo en los artículos que forman la columna vertebral de nuestra Constitución. Sin embargo, las intervenciones de Múgica, en lo que respecta de manera precisa al artículo 27 constitucional, son clara muestra del compromiso social adquirido al fragor de la batalla y del conocimiento adquirido en el recorrido a lo largo y ancho del país.

Con una visión futurista sobre los aviesos intereses que en el extranjero y sobre todo en el vecino del norte, causaban las propiedades y las riquezas del subsuelo de nuestro país, Múgica decía: “Hay algunas teorías, han corrido algunas opiniones en boca de varios diputados, de que la forma de renunciación parcial de los derechos de extranjería en los casos de adquirir propiedades es un acto que en el Derecho Internacional está condenado por el fallo del Tribunal de La Haya. Otros señores diputados con anterioridad se acercaron a la Comisión y le sugirieron la idea de que, para que fuera efectiva esa renunciación parcial se hiciese por conducto de los representantes diplomáticos del individuo, del extranjero que renunciase a sus derechos de extranjería en este acto particular. La Comisión, que no ha tenido tiempo suficiente para meditar seriamente en todo lo que se le proponga, y que sólo tiene el deseo de presentar lo más conveniente posible esta reforma, la incluyó allí; ahora después se nos ha dicho algún razonamiento en contrario; pero habiéndose presentado ya la adición en el proyecto no es posible que la Comisión lo quite sin el permiso de la Asamblea. Esa es la explicación que doy a su señoría” ((Diario de los Debates del Congreso Constituyente de 1916-1917).

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JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Jesús Alvarez del Toro, licenciado en Historia. Director del Museo de Zamora, Cronista de la ciudad de Zamora.

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