Los datos históricos reafirman la lejanía de las predicciones en los medios de comunicación, laicos en su inmensa mayoría, y los resultados de los últimos cónclaves, como se manifestó en la elección de Juan XXIII, cuando todos los medios señalaban al arzobispo de Milán, Montini, y al arzobispo Domenico Tardini, que trabajaron en la secretaría de Estado con Pio XII, los cuales no eran cardenales
(ZENIT Noticias / Roma).- Los medios de comunicación hablaron antes de la elección del papa León XIV desde enfoques periodísticos, basados en razonamientos humanos y rumbos muy lejanos a los de la mentalidad de los cardenales. Hablaron de una Iglesia dividida, de elegir a un papa africano conservador o de batallas en los diez últimos cónclaves. ¿Quién se fijó en la mucha experiencia de los cardenales, en su conocimiento de las necesidades pastorales de las personas, en la problemática sacerdotal que encontraron durante su trabajo como obispos diocesanos o de los conflictos entre la Iglesia y el Estado que vivieron en sus países de origen?
Una muestra clara está en los señalamientos como papables a individuos o en las listas de posibles candidatos. En el fondo, reprodujeron la visión humana y parcial según se desenvuelven las elecciones políticas o en instituciones empresariales. Pero en la Iglesia se mueven otras fuerzas, sobrenaturales, que superan los problemas diarios, mientras solo llamativos gustan a los periodistas, que resalta en las referencias a los escándalos sexuales, a la alineación de los cardenales con los pobres o migrantes, o la presencia en las redes sociales X y TikTok como hicieron sobre el cardenal filipino Luis Antonio Table.
Igual que en el uso de la inteligencia artificial, los medios resaltaron elementos de juicio sobre datos muy repetidos: el caso del cardenal Angelo Becciu, a quien el Papa Francisco habría prohibido participar en el cónclave a causa de delitos financieros, se retomaba cada tercer día. ¿Por qué resaltar este caso sin referirse a quienes han realizado grandes proyectos evangelizadores en sus países o a cardenales más valorados por su impacto en la vida eclesial?
Los datos históricos reafirman la lejanía de las predicciones en los medios de comunicación, laicos en su inmensa mayoría, y los resultados de los últimos cónclaves, como se manifestó en la elección de Juan XXIII, cuando todos los medios señalaban al arzobispo de Milán, Montini, y al arzobispo Domenico Tardini, que trabajaron en la secretaría de Estado con Pio XII, los cuales no eran cardenales. Sin embargo, un cardenal se levantó en el cónclave y dijo: ‘¿Acaso no hay un candidato digno entre los que estamos aquí reunidos?’. Y propuso al cardenal Angelo Roncalli, patriarca de Venecia, ausente entre los papables, quien fue elegido como Juan XXIII.
No fue así con Pablo VI, quien fue nombrado cardenal por el papa Roncalli y miembro de la Comisión de asuntos extraordinarios en el Vaticano, gran candidato a la sucesión de Juan XXIII. Se desconocía si daría continuidad al Concilio convocado por su antecesor, pues manifestó alguna difidencia durante la convocatoria, aunque reafirmó la continuidad del Concilio Vaticano II.
En agosto de 1978, murió Pablo VI. Aparecieron varios candidatos: Siri, de Génova; Corado Ursi, de Nápoles; y Giovanni Benelli, de Florencia. Pero fue electo Albino Luciani, arzobispo de Venecia, como Juan Pablo I.
El papa Juan Pablo I murió el 14 de octubre. Los medios de comunicación notaron su desacierto en el nombramiento de meses antes. ¿Cómo reaccionaron para acertar con el nuevo papa? Aumentando el número de candidatos en las listas. ¿Resultado? Nuevo fracaso: nadie previno que surgiría un papa polaco con el nombre de Juan Pablo II.
Más previsible fue la elección en 2005 de Benedicto XVI. Desde 1981 fue prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El cardenal Ratzinger era considerado favorito por la mayoría de los medios internacionales, aunque algunos lo consideraban demasiado conservador. Fue elegido en el segundo día del cónclave, tras cuatro rondas de votaciones.
Después vino la elección de 2013. Los medios de comunicación presentaron 28 papables. Destacaban los cardenales Angelo Scola, como arzobispo de Venecia; Marc Oullet se desempeñó como arzobispo de Quebec y fue Presidente del Dicasterio para los obispos, y Sean Patrick O’Malley, arzobispo reformador de Boston en el campo de los abusos. Ninguno fue elegido: se votó por el cardenal Bergoglio, quien asumió el cargo como Francisco.
En la elección del papa León XIV, el cardenal Prevost era una de los señalados… entre los casi cuarenta nombrados, aunque con mayor frecuencia que otros. El análisis del manejo informativo sobre el nuevo nombramiento será más claro en el siguiente artículo.
¿En qué se fijaron los medios para señalar a los cardenales como papables? Unos se fijaron en los cargos importantes que ocupaban en el Vaticano, como Parolin; otros en quienes difundían una buena imagen social, como el filipino Tagle o el sueco Arborelius.
En total, 36 nombres, de un total de 135 cardenales electores figuraron en las 13 listas recopiladas por I.MEDIA. Entre los nombres más mencionados se encontraban el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, y el cardenal filipino Luis Antonio Tagle. Ambos aparecieron en todas las listas. Les seguía el cardenal Péter Erdő, arzobispo de Esztergom-Budapest, nombrado 11 veces.
Otros cardenales mencionados con frecuencia fueron el arzobispo Matteo Zuppi, de Bolonia en 10 listas; el patriarca latino Pierbattista Pizzaballa, de Jerusalén, en 9; el arzobispo Fridolin Ambongo, de Kinshasa en 8; y el arzobispo Anders Arborelius, de Estocolmo en 7.
El cardenal Robert Francis Prevost, quien fue elegido finalmente, apareció en 7, la mitad de las listas. ¿Fue un acierto de los medios de comunicación o un resultado del azar, pues señalaron 36 candidatos y el elegido no apareció en 6 propuestas?
Los medios de comunicación formaron sus listas con una media de 10 nombres, algunas con 8 y la mayoría con 12. Los informadores que colocaron al cardenal Prevost en sus listas fueron 1 de Francia, 1 de Holanda, 2 de Estados Unidos y 3 italianos. Uno de los medios estadounidenses no lo previno, como dos de Francia, 1 de España y otro italiano.
¿En qué se fijaron los medios para señalar a los cardenales como papables?
Unos se fijaron en los cargos importantes que ocupaban en el Vaticano, como Parolin; otros en quienes difundían una buena imagen social, como el filipino Tagle o el sueco Arborelius.
Más común fue la selección por criterios de la orientación del medio informativo, más inclinado a la tradición, como ABC de España o Il Messaggero de Italia, frente a los que acentúan lo novedoso, como La Reppubblica, de Italia; La Croix, de Francia; o Nederlands Dagblad de Holanda, indicando candidatos muy afines al papa Francisco o distantes de él.
Sabemos que el Espíritu Santo conoce todo y no necesita de las opiniones de los medios de comunicación. Qué bueno. Porque muchos informativos preveían un cónclave largo por los muchos cardenales electores y las aparentes diferencias entre sus posiciones. No fue así. La Iglesia y sus cardenales no se mueven según parámetros principalmente sociológicos o de cálculos políticos, como acostumbran los poderes humanos y, para ejemplo de negociadores e instituciones donde emplean mucho tiempo y mucha presión de los grupos para obtener un acuerdo, los cardenales católicos decidieron rápido y con armonía. Dios se movió en la Capilla Sixtina.