¿Papa Francisco dejó una herencia de 200 mil euros para presos de Roma?

Ciertamente el donativo no solo fue un símbolo, fue también una respuesta concreta a una conversación reciente entre ambos. Ambarus le había comentado al Papa que el proyecto de la fábrica de pasta tenía una gran deuda que limitaba su capacidad de crecer y emplear a más jóvenes. Francisco, ya enfermo, respondió sin vacilar: “Me quedan pocos recursos, pero algo tengo aún en mi cuenta”.

(ZENIT Noticias / Roma).- A raíz de unas declaraciones de monseñor Benoni Ambarus, obispo auxiliar de Roma y delegado para la pastoral penitenciaria los medios de comunicación han simplificado y publicado historias acerca de una supuesta herencia del Papa dejada a favor de presos.

Monseñor Ambarus declaró que el Papa donó los últimos 200 mil euros que quedaban en “su cuenta personal” para apoyar a los jóvenes reclusos del penal de Casal del Marmo, en Roma. Se trataría de una ayuda concreta destinada a sostener la fábrica de pasta del centro juvenil, un proyecto laboral y de reinserción social.

Según Ambarus, días antes de su fallecimiento, concretamente el Jueves Santo, el Papa había visitado la cárcel de Regina Coeli: “fue como un padre que no quiere dejar solos a sus hijos”. Y es precisamente así como muchos presos lo han sentido: como un padre que, incluso desde su debilidad, se mantuvo presente hasta el último suspiro. “Se arrastró por ellos”, dice don Ambarus, y eso, asegura, “les dio esperanza”. La conmoción por su partida ha sido profunda en los centros penitenciarios de Roma. “Recibo mensajes todos los días de internos que se sienten huérfanos”, cuenta el obispo. “Ayer, algunos me pidieron que pusiera una flor sobre su tumba en su nombre”.

En efecto el Papa donó 200 mil euros pero no de su cuenta personal. La expresión “mi cuenta personal” fue usada por Francisco no en sentido estricto sino figurado, como cuando alguien dice “lo que traigo en la cartera”. Es la Limosnería Apostólica, brazo de la caridad personal del Papa, la que da las ayudas a causas concretas que el Papa pide. De hecho, días antes el Papa también hizo, “desde su cuenta personal”, un donativo para afectados por el terremoto en Myanmar. Y usualmente esas ayudas salen de la “cuenta del Papa”, es decir, del Óbolo de San Pedro.

Ciertamente el donativo no solo fue un símbolo, fue también una respuesta concreta a una conversación reciente entre ambos. Ambarus le había comentado al Papa que el proyecto de la fábrica de pasta tenía una gran deuda que limitaba su capacidad de crecer y emplear a más jóvenes. Francisco, ya enfermo, respondió sin vacilar: “Me quedan pocos recursos, pero algo tengo aún en mi cuenta”. Y acto seguido, transfirió los 200 mil euros. El Óbolo de San Pedro no es una cuenta personal o privada, es la cuenta para obras de caridad del Papa.

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